Capítulo 1

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Miro por la ventana del copiloto del coche como dejamos las casas atrás y como nos acercamos más y más a mi pesadilla, también llamado instituto. No es que odie ir a clase, todo lo contrario, me gusta o más bien me gustaba cuando tenía amigos, antes de mudarnos a Sheffield desde Liverpool. Ahora, cuando eres nueva y no tienes amigos, es cuando se convierte en una pesadilla. Soy bastante sociable, por lo que espero poder encajar rápido en mi nuevo instituto.

Mi padre paro el coche delante de un enorme edificio. Llegamos. Miro a mi padre esperando a que se apiade de mi y que de media vuelta hacia nuestra nueva casa. Pero, por supuesto, eso no paso.

- Bueno, ya llegamos -dice mi padre con una gran sonrisa plasmada en su cara, alentándome a bajar.

- Si... yuhu, que emoción -nótese el sarcasmo. Mi padre puso los ojos en blanco ignorándome completamente.

- No va a ser tan malo, ya verás. Eres una niña muy sociable, seguro que vas a hacer amigos rápidamente -suspire.

- Lo sé... supongo que estoy algo nerviosa -sonreí levemente y cogí mi mochila del asiento de atrás, bese la mejilla de mi padre y baje del coche.

- ¡Suerte, cariño! -grito mi padre desde el coche. Yo solo eleve mi dedo pulgar como respuesta y me adentre en el edificio.

Los pasillos ya estaban casi vacíos, los alumnos se dirigían hacia sus respectivas clases mientras que yo todavía daba vueltas buscando secretaría.

Después de un rato, por fin encontré la dichosa puerta en la que ponía con letra negrita "SECRETARÍA". Tras la puerta había una mujer de, tal vez, unos 60 años de edad revisando unos papeles. Me acerque a su mesa, al ver que no se percato de mi presencia, carraspee, pero ella seguía a lo suyo.

- Esto... disculpe -la señora mayor levanto la mirada, percatándose por fin de mi presencia.- Soy nueva, necesito mi horario para poder ir a clase.

- ¿Nombre? -pregunto sin quitar sus ojos de mi.

- Cassandra Murray -rebusco unos papeles en uno de los cajones de su escritorio y me tendió una hoja.

- Aquí tienes -agradecí antes de coger la hoja y salir de ahí.

Me dirigí hacia la aula en la que me tocaba, que era la de matemáticas, mi asignatura más odiada.

Cuando me encontré delante de la aula respire hondo y toque la puerta. Cuando escuche un "pasa" del profesor, abrí la puerta lentamente y entre. Todos los ojos estaban puestos en mi, creo que esta es la parte más odiosa de todo el proceso de ser la chica nueva.

Escuche un carraspeo y dirigí mi vista hacia el profesor que me miraba con curiosidad.

- Soy nueva -me limite a decir encogiéndome de hombros. El profesor asintió comprendiendo.

- Muy bien, pues preséntate y luego toma asiento en un lugar libre -esta vez asentí yo con la cabeza y me dirigí hacia la clase que me miraban como si fuera la cosa más interesante de toda la clase.

- Soy Cassandra Murray, vengo de Liverpool y... -me quede totalmente en blanco, no se que decir o que debo decir, nunca preste atención a las introducciones que hacían los alumnos nuevos en mi antiguo instituto y ahora es cuando me arrepiento de ello. - Y eso es todo -sentí mis mejillas ruborizarse, divise un pupitre libre al fondo de la clase y no tarde ni un segundo en dirigirme hacia el. Creo que fue la introducción más penosa jamás dicha por algún alumno nuevo, pero claro si no hago algo penoso dejaría de ser Cassandra Murray.

Las clases pasaron más rápido de lo que yo esperaba y me encontraba ya en la cafetería con una compañera de clase que conocí durante la clase de historia. Se llama Phoebe Rennoll, durante la clase de ciencias se sentó a mi lado al final del aula y comenzamos a hablar. Como no conocía a nadie todavía me invito a su mesa a la hora del almuerzo y como no querría quedarme sola acepte gustosa.

Phoebe se dirigió hacia la mesa más apartada del centro, cerca de las ventanas, mientras que yo la seguía de cerca. En la mesa había dos chicos y una chica.

- Hola, chicos -saludo mi compañera, los demás le devolvieron el saludo y luego dirigieron la vista hacia mi. - Ella es Cassandra, es nueva en el pueblo así que la invite a que se sentara con nosotros -Phoebe sonrió encantada, mientras los demás asintieron, luego dirigió su vista de nuevo hacia mi. - Te presento a los chicos, ellos son Molly, Shaun y... -cuando iba a decir el último nombre fue interrumpida por el susodicho.

- Soy Cox, Zac Cox -mire al chico de ojos azules con el ceño ligeramente fruncido por la confusión mientras que el me miraba con una sonrisa de oreja a oreja.

- Zac, tu mala imitación de James Bond apesta -dijo Phoebe con los brazos cruzados y fulminando con la mirada al ojiazul quien ahora mostraba un puchero, no pude evitar reír ya que la escena me pareció graciosa.

- Sabes estas hiriendo mis sentimientos.

- Oh, que pena me das - le contestó esta con sarcasmo, a lo que todos estallamos en carcajadas.

Nuestras risas fueron interrumpidas por un chico que se acerco a nuestra mesa. Tenía el ceño fruncido y sus ojos estaban clavados en mi. Todos de la mesa se callaron cuando notaron la presencia del rubio.

- Ryder.


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Hoooolaaaa! Nueva historia.

La de la imagen es nuestra protagonista Cassandra.

Espero que os haya gustado este primer capítulo. Por favor, comentad aunque sean comentarios negativos (tampoco seáis muy duros/as conmigo) y votad si os gusto. De verdad, quiero opiniones no solo lectores fantasmas.

Gracias por vuestro tiempo.

Besos.


The Last BreathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora