Cuando le vi acercarse, mire desesperada por un lugar al que podría esconderme porque definitivamente no podía dejarle que me vea. En el último segundo me escondí tras un árbol. ¿Mala idea? Definitivamente. Pero situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. O eso es lo que yo creo.
Eleve los ojos al cielo y murmure en voz baja:
- Dios, Buda, Zeus, Alá, Ra, Odín, Michael Jackson o quien quiera que este en el cielo, nunca antes te pedí nada, por eso, por favor, por favor, por favor, que no me vea -sentí sus pasos acercarse cada vez más y más, contuve el aliento y rece interiormente para que no me vea.
Por suerte paso de largo sin percatarse de mi.
Cuando ya estuvo a varios metros de donde me encontraba yo, deje salir el aire que contenía. Mis pies, que hasta ese momento no me di cuenta que estaban temblando, fallaron y por ende me caí al suelo. Me apoye en el tronco del árbol y abrace mis rodillas.
"¿Por qué? ¿Por qué tenía que aparecer justo ahora?" -pensé-. "Ya le había olvidado y ahora todo se fue al garete, solo con verlo... ¡Maldición!"
Aparte con rabia una lágrima que sentía bajar por mi mejilla. No iba a llorar, ya no más. Ahora tenía otras cosas más importantes en los que pensar.
Y con eso en mente, me levante y me fui corriendo a mi casa.
Cuando llegue a casa Mack, mi hermanita, y mi padre estaban sirviendo la cena.
- Llegas justo a tiempo -exclamo mi padre cuando me vio entrar-. Preparamos macarrones con queso, tu preferido.
- No tengo hambre -después de verle no tenia ganas de nada, solo quería tumbarme en mi cama y olvidarme de todo, y eso mismo hice.
Subí las escaleras hasta mi habitación, me puse mi pijama y me metí en la cama.
Al día siguiente, me desperté pronto para preparar el desayuno y compensar a mi padre por lo de anoche porque estoy segura que mi actitud le dejo preocupado pero como no quiere presionarme nunca pregunta, prefiere que se lo cuente yo por propia voluntad. Y eso, es algo que realmente agradezco porque a veces lo único que necesito es espacio y tiempo.
Para cuando mi padre bajo a la cocina yo ya tenia el desayuno preparado.
- Huele a tortitas... -murmuro mi padre aun medio dormido-.
- Si... yo, esto, lo siento lo de anoche. Se cuanto te gustan las tortitas así que quería compensarte por lo de ayer.
Mi padre se acerco y me estrecho entre sus brazos. Siempre que me abrazaba sentía que todo iba a estar bien, me sentía segura.
- No te preocupes, pequeña, no estoy molesto por eso, solo preocupado.
- Lo sé y lo siento.
- ¿Ya estas mejor? -se aparto un poco para poder mirarme a los ojos-.
- Si... ya te contare.
Después de ese momento de padre e hija, mi padre fue a despertar a Mack para desayunar y luego nos llevo a las dos a clase.
Las clases pasaron volando, el descanso lo pase con Phoebe y con los demás. Cada día aprendo algo nuevo sobre ellos, como, por ejemplo que Shaun esta en una banda de rock en el cual toca el bajo y esta misma noche nos invito a verle tocar a el y y su grupo en un pequeño pub. Molly es una adicta a la moda, quiere ser diseñadora e incluso algunos de sus ropas están hechas por ella. Los padres de Zac son los dueños de una de las líneas de hoteles más famosos y el lo heredera en un futuro. Sobre Gina y Ryder no descubrí mucho solo que a ella le gusta la cocina y que el es muy inteligente y saca las mejores notas de todo el instituto. Y Phoebe quiere ser historiadora al igual que su padre.
ESTÁS LEYENDO
The Last Breath
RomanceCassandra Murray se muda a Sheffield junto a su padre y su hermana pequeña, donde decide comenzar desde cero. Ella tiene un secreto que no quiere que sea revelado pero las cosas no son siempre como uno lo desea. Y el pasado, que tanto le costó olvid...