Capítulo 7

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Mire desesperada hacia todos los lados buscando una salida de escape. Por la puerta principal no podía salir ya que es donde él se encontraba, el patio no era una opción ya que la única entrada era también la salida y entrar a un sitio sin ningún escape seria cavar mi propia tumba. Por lo que me decante por la puerta trasera que encontraba en la cocina. 

Me dirigí hacia la cocina con pasos apresurados ignorando a Phoebe, quien me llamaba. Dentro de la cocina a penas había algunas personas bebiendo perdidos en su propio mundo. Abrí la puerta trasera de la cocina y cuando a penas di unos cuantos pasos sentí una mano agarrando mi brazo haciéndome parar al instante. 

— Cassandra... —escuchar su voz tan cerca de mi hizo erizar todo el vello de mi piel—. 

Me solté de su agarre y dí dos pasos atrás para mantener la distancia. 

Nunca, jamás hubiera imaginado que me encontraría con él aquí. Pero otra vez me equivocaba, definitivamente Karma me tenía en su lista negra. 

Tenía el ceño fruncido y los labios apretados pensando en cómo acabé en esta situación, mientras que él me miraba con cara de cordero degollado. 

  — Cass...  —me llamó de nuevo pero esta vez con el diminutivo de mi nombre que siempre usaba para dirigirse hacia mi—.

  — ¡Cass mis ovarios! —le interrumpí cabreada—. ¡Ni se te ocurra dar un paso más! —le grité cuando vi sus intenciones de acercarse a mi—.

No quería verle la cara. No quería escuchar su voz. No quería volver a revivir lo que una vez viví por su culpa, no ahora que ya lo había superado. 

Me giré dispuesta a marcharme de allí cuando volví a sentir su mano agarrando mi brazo. 

  — ¡Suéltame! ¡No me toques!  —grité encolerizada sintiendo las primeras lagrimas deslizarse por mi mejilla—.

Me miró dudoso, decidiendo si hacerme caso y soltarme o ignorar mi petición, cuando fue alejado de mi de un empujón. 

  — ¿Estas sordo o qué? Ha dicho que la sueltes  —dijo un calmado Ryder colocándose delante mio, sirviendo como escudo entre él y yo —.

No me había dado cuenta de la presencia de Ryder hasta ahora. ¿Cuándo habrá salido? Más bien, ¿cuánto tiempo llevaba observado? 

Fue entonces cuando me di cuenta de que había unas cuantas personas observándonos, entre ellos Phoebe y Zac quienes miraban la escena sorprendidos. Aunque, ¿cómo no estarlo? Nunca conocieron esta faceta mía, solo a la Cassandra calmada y tranquila.     

Agarré el brazo de Ryder tímidamente llamándole la atención.

  — Sácame de aquí, por favor... —susurré sintiéndome agotada de ese encuentro—.

Ryder se limitó a asentir con la cabeza y me cogió la mano con la suya y me dirigió hacia la salida.

Prácticamente me arrastro hasta su coche de lo débil que me sentía en esos momentos. Nos metimos en el coche y mientras me abrochaba el cinturón, él arranco el coche. 

Durante varios minutos estuvimos en silencio en los que yo me dedique a mirar por la ventana cuando Ryder estacionó el coche frente a una casa de ladrillos rojos. 

Le escuche suspirar antes de hablar.

  — ¿Qué mierda fue lo que pasó en la fiesta? ¿Quién fue ese chico? —preguntó girándose para mirarme—.

Escondí mi cara entre mis manos. No quería hablar sobre ello porque eso conllevaría a remover el pasado que tanto me costo enterrar. Pero al mismo tiempo, una parte dentro de mi, quería contarle. Por muy extraño que suene, porque era perfectamente consciente de lo poco que le conocía, confiaba en él. Por esa misma razón decidí contarle. 

  — Es mi ex-novio —dije apartando mis manos de mi cara—.

Ryder parecía sorprendido y confundido al mismo tiempo. 

 — No entiendo. 

Suspiré. 

  — Es una larga historia. 

 — Tengo todo el tiempo del mundo. Así que desembucha. 

 — Sinceramente prefería contarlo con todos presente porque seguramente también querrán saber lo que paso y no me veo capaz de contarlo dos veces —dije honestamente—.

Ryder me contemplo por lo que pareció una eternidad antes de hablar. 

  — Muy bien. Ahora les aviso para que vengan  —soltó tomando el móvil de su bolsillo—.

Abrí los ojos como platos sintiendo un frío recorrer mi columna. 

Vale, fui yo quien dijo que lo contaría con todos presentes pero no pensaba que iba ser en este mismo instante.

  — Espera, espera, espera  —dije rápidamente—. ¿Ahora? No, no, no. No quiero arruinarles la noche. 

Ryder me miro con el ceño fruncido. 

  — ¿Qué noche? Phoebe y Zac vieron la escena. Deben de estar preocupados por ti. Además, seguramente ya les contaron a los demás. Así que la noche ya esta arruinada  —sentenció dirigiendo su atención de nuevo al móvil—.

Vale, soy consciente que esto último no lo dijo con la intención de culparme pero, vaya si me sentó mal. 

  — Venga, vámonos. Los demás llegaran en un rato —dijo saliendo del coche—.

Salí del coche y le seguí hacia la casa de ladrillos rojos que debía de ser su casa.

Ya dentro de su casa, me dirigió hacia el salón. 

  — Esto... Ryder, ¿por qué vinimos a tú casa?  —le pregunté una vez sentada en el sofá—.

  — Porque no hay nadie y así podemos hablar tranquilamente  —dijo tomando asiento a mi lado—.

Después de eso ambos nos quedamos en silencio, él ocupado con su teléfono y yo echándole una vista al salón con un disimulo mal fingido.   

Después de unos 10 minutos tocaron en la puerta. Ryder se levantó para abrir a nuestros amigos mientras que yo me preparaba mentalmente para lo que se avecinaba. 

Todos entraron en silencio aumentando mi nerviosismo. Ryder se sentó de nuevo a mi lado mientras que las chicas se sentaron en el otro sofá. Shawn se sentó en el apoyabrazos del sofá al lado de Molly y Zac se sentó en suelo. 

Sentí todas las miradas puestas en mi incitándome a hablar. 


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El de la foto es el ex-novio de Cassandra. 

Ciao. 



The Last BreathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora