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18; Jeon Jungkook

BUSÁN, 06:48 P.M.

-¡Joder!- Grito exasperado, llevándome las manos a la cabeza. Con esta es la quinta vez que intento mentalizarme el poco tiempo que queda para la competición nacional. En concreto, quedan solo dos días. Y sí, reconozco que estoy preparado para esto, pues he ensayado durante muchas horas todos y cada uno de mis pases de baile. Sin embargo, continúo sintiéndome nervioso.

Tal vez sea porque voy a actuar en un territorio desconocido, delante de gente que no conozco. Tal vez era por Lisa, quien me ha sonreído de manera inocente durante estos días, lo que me hace sentirme como una mierda de persona. O tal vez, aunque no quiera reconocerlo, sea por los recuerdos de aquella tarde, hace una semana, cuando me sentí tan bien junto al novio de mi mejor amiga.

-Santa mierda.- Espeto mientras agarro mi teléfono, dispuesto a acabar con esto y contarle toda la verdad  a Lisa. Sinceramente, no puedo aguantar más con la culpa. Así que, sin dudarlo más, desbloqueo al aparato y entro en KaKaoTalk.

Sin embargo, la idea se esfuma tan rápido como aparece cuando una notificación emergente aparece en mitad de mi pantalla. Pestañeo un par de veces, incrédulo.

Vantae

Hey... ¿Qué tal estás?

-Enviado a las 06:57 p.m.

Noto como mis ojos comienzan a aguarse y el pulso me comienza a temblar. ¿Por qué él? ¿Por qué ahora? Combato con mis propios sentimientos. Pienso varias veces sobre si lo que voy a hacer es lo correcto o no, pero la culpa me carcome demasiado como para sobrellevarlo yo solo.

Con la poca fuerza de voluntad que me queda, presiono el ícono con el dibujo de un teléfono y me acerco mi móvil a la oreja. Cierro los ojos y suspiro, contando hasta diez, con tal de tranquilizar mi respiración.

-¿Hola? ¿Jungkook?- Me llevo una mano a la boca para cubrirla y evitar soltar un sollozo. No me puedo creer que, después de todo este tiempo, él vuelva a estar aquí. -Jungkookie, ¿estás bien?

Dejo escapar el aire que tenía acumulado y noto como una lagrima se desliza por mi mejilla. La aparto rápidamente y pestañeo un par de veces, tratando de evitar entrar en llanto.

-T-Tae...yo...- Sin quererlo, un pequeño sollozo se hace audible en el lugar. Mierda. Me hago bolita en mi posición, sentándome de cuclillas. -Hyung, yo... no s-sé que hacer.

Me relamo los labios y miro en dirección al techo, tratando de ordenar mis pensamientos para explicarme de la mejor manera posible. Pero antes de hacerlo, su voz grave interrumpe mi pequeño lapsus mental.

-Jungkookie, respira lentamente, ¿de acuerdo? Repisa conmigo. Inhala, exhala. ¿Me estás siguiendo? Inhala, exhala.- Hago caso de cada uno de sus pasos, y noto como los latidos acelerados de mi corazón se van relajando poco a poco, hasta el punto en que me siento completamente calmado. La línea se queda en silencio durante un par de minutos, hasta que él vuelve a hablar con suavidad. -Jungkookie, ¿estás mejor?

Asiento con la cabeza, aun teniendo los ojos cerrados, y tras no obtener respuesta me doy cuenta de lo estúpido que ha sido: él no puede verme ahora mismo. -Sí, hyung...Yo, lamento haberle llamado así, yo...

-Tranquilo, Jungkook.- Habla de repente, aun con la voz calmada. Es entonces cuando me doy cuenta de que mis pulsaciones se están volviendo a acelerar. Mantengo mi mente en blanco y me recuesto sobre la cama, dejando caer mi cuerpo sobre las suaves sabanas. -¿Te apetece explicarme que ocurre? O, si no, no pasa nada. No voy a obligarte a-