04; Kim Taehyung

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SEÚL, 09:34 A.M.

El olor a pavimento mojado es notable después de la tormenta de anoche. Y aunque no me gusten mucho las tormentas, me gusta el aroma que dejan el día siguiente.

Colocando correctamente el cubrebocas para evitar coger enfermedades y ocultando mis ojos hinchados a causa del llanto tras las gafas de sol, continúo caminando calle abajo hasta visualizar el edificio de mi compañía musical, Big Hit Entretainment.

Hoy había decidido ir caminando al trabajo, ya que necesitaba un poco de aire fresco y, puestos a decir, aclarar mis pensamientos. Tal vez fuera la satisfacción por haber sacado un nuevo disco después de tanto tiempo preparándolo, o tal vez fuera la tranquilidad que, sin yo esperarlo, me proporcionó aquel chico cantando para mí.

La cuestión es que me encontraba de mejor humor esta mañana incluso habiendo sonado el despertador a las seis en punto. Me había levantado feliz, lo cual era poco habitual.

Tan solo recordar a aquel chico hacía que me pusiera nervioso. No solo porque me haya escuchado llorando –lo cual de por si es suficientemente penoso-, sino que era muy probable que también me haya escuchado roncando. Como extra podemos añadir que debe pensar que soy como un niño pequeño que le tiene miedo a la oscuridad. Dios, ¿qué he hecho para merecer esto?

Entro al edifico y saludo a las recepcionistas, quienes no me reconocen a primera vista por ir tan cubierto. Y es que no entraba en mi lista de opciones tener tanto frío durante estos últimos días y pescar un resfriado.

Una vez estoy en el pasillo principal, camino hacia el estudio de Yoongi, quien salta en su asiento debido a la sorpresa por entrar tan repentinamente. Conforme voy entrando, mi mal humor comienza a hacerse más notable pues, al intentar contactar ayer con él mientras tenía un ataque de pánico, la llamada me derivaba a su buzón de voz. Y se suponía que yo debía ser su mayor prioridad, sobre todo teniendo en cuenta que él sabe de mi miedo a la oscuridad.

-Taehyung, yo... lo lamento.- Se disculpa inclinándose exageradamente desde su asiento. Después se vuelve a incorporar y me mira con esa cara de perrito mojado. No, mejor dicho de gatito triste. De verdad su mirada mostraba arrepentimiento. –Estaba hablando con un... amigo, sí, amigo, y no me saltó tu llamada. De verdad lo siento.- Y vuelve a inclinarse nuevamente.

Era de las pocas veces que había visto a Yoongi tan arrepentido por algo, pero no era algo que disfrutara presenciar. Me acerco a su asiento y le doy una palmadita en la espalda, ya que parece que en cualquier momento se le vaya a fracturar debido a las violentas sacudidas que hace por inclinarse.

-No te preocupes, no me pasó nada.- Le dirijo una sonrisa sincera para cuando vuelve a mirarme con tal de no hacerle sentir más culpable de lo que ya debe sentirse. Me observa con curiosidad mientras me siento en la silla que está a su lado. Sabe perfectamente que, a parte de él, no hablo con nadie más.

-¿Acaso hablaste con NamJoon hyung?

Su pregunta me pilla por sorpresa, y tengo que hacer un gran esfuerzo por aguantar la risa. La simple idea de hablar con NamJoon, nuestro jefe, fuera del ámbito profesional parecía ser una tremenda tontería. Sobre todo teniendo en cuenta de que, al ser de noche, debió haber estado haciendo cosas indebidas con su amante anónimo. Con una sonrisa sin mostrar los dientes sacudo la cabeza.

-No llegué a tal extremo, no.- Le miro de nuevo, pero por la curiosidad en sus ojos puedo entender que más que aclarar sus dudas, he generado nuevas. Es probable que en sus pensamientos la idea de que hubiese superado mi miedo a la oscuridad no era si quiera una posible solución.

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