21; Kim Taehyung

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SEÚL, 07:08 P.M.

-Otra vez no...- Susurro mientras me llevo las manos a la cabeza y juego con algunos mechones rebeldes de pelo. Es la quinta vez que cae contra el suelo y, sinceramente, me estoy poniendo nervioso solo con verle. Desde las gradas puedo ver que no está bien, lo que provoca que me duela en lo más profundo de mi corazón.

El sentimiento de culpabilidad me quema por dentro, su actitud, su estado de ánimo... Lo he ocasionado yo. -Está así por mi culpa...- Suelto en un débil murmullo.

-¿Qué tú qué?- Pregunta Yoongi a mi costado, sobresaltándome. Giro la cabeza en su dirección y le encuentro mirándome con una ceja alzada.

-Métete en tus asuntos.- Respondo con agresividad. Antes de darme tiempo a reaccionar, él me golpea en la nuca.

-Si te pregunto es porque estoy preocupado por ti, imbécil.- Me siento correctamente en la silla y apoyo una pierna sobre la otra. Al volver la mirada a la pista, logro observar como Lisa le está echando la bronca a Jungkook. Cada vez me siento peor por él. -Por cierto, deberías quitarte las gafas de sol. Pareces idiota llevándolas en un recinto cerrado.

Pero me rehúso completamente a la idea. Dejar a la vista mi rostro ahora mismo supondría que la gente se de cuenta de las oscuras bolsas que hay debajo de mis hinchados ojos, los cuales no están así precisamente por la falta de sueño de estos últimos días. Están hinchados por haber pasado casi toda la noche llorando.

Al no responderle, Yoongi se encoje de hombros y vuelve a prestarle atención a su teléfono. Supongo que le resulta más interesante hablar con ese tal Jimin antes que preocuparse por mi salud. Aunque, siendo sinceros, esto ya había pasado antes, cuando ocurrió el apagón masivo en la ciudad.

Cuando vuelvo a mirar la pista, observo como Jungkook se dirige a la salida, cabreado. Me levanto de mi asiento, dispuesto a ir por él para tratar de animarle. Sin embargo, desde lo lejos, logro percibir como Lisa saluda en mi dirección, sonriente, por lo que me contengo.

Suspiro resignado. Por lo visto, mi día si puede ir a peor. Mientras bajo las gradas a paso lento pienso en cómo lidiar con ella de nuevo, y una idea loca cruza por mi cabeza: contárselo todo.

Bajo los últimos peldaños, pensando en cómo decirle la verdad y acabar con esta tragicomedia. A fin de cuentas, aquí sufríamos todos: Jungkook por sentirse culpable, yo por querer estar con Jungkook y no poder y Lisa, por no saber nada de lo que ocurre entre nosotros dos.

En cuando estoy frente a la puerta de entrada, Lisa se inclina para saludarme, pero yo me aparto. No quiero seguir creándole falsas ilusiones falsas. Ya no. -Lisa, ¿podríamos hablar un momento a solas, por favor?

Su sonrisa se desvanece rápidamente, quedando en una mueca de desagrado. Atraviesa la puerta del recinto en completo silencio, se quita los patines y se pone sus zapatillas. Aún sin decir nada, me coge del brazo y me adentra en uno de los pasillos.

Le sigo a paso ligero, hasta que entramos en lo que parece ser unos vestuarios. Deja la puerta abierta y me indica que me siente en uno de los banquillos. -De acuerdo, ¿se puede saber a qué viene este secretismo? Dime lo que tengas que decir.- Concluye cruzándose de brazos.

Es ahora en este momento en que soy plenamente consciente de lo que estoy a punto de hacer. Voy a arruinar mi imagen como personaje público, voy a romperle el corazón a Lisa y, con un poco de suerte, no me echarán de la empresa por ensuciar su nombre. Sin embargo, es eso o mis sentimientos y los de Jungkook.

-Es sobre Jungkook...- Comienzo a jugar con mis manos mientras pienso en como introducir el quid de la cuestión. Aún así, me decanto por ir directamente al grano. -Él y yo estamos...

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