Toda la malla huía despavorida del comisario ruso, tanto vampiros como humanos se la pensaban dos veces antes de ponerse frente a él y sufrir su ira. Viktor Volkov si antes intimidaba, las últimas semanas había sido incluso peor que el mismísimo superintendente y, aunque esto resultaba muy extraño para todos, el que se encontraba de muy buen humor era el de mayor cargo en comisaría, ¿irónico, no?
¿Cómo no estaría así Volkov? Desde lo sucedido en su apartamento, había coincidido en varias oportunidades con Horacio y cada encuentro había sido peor que el anterior. Para empezar, Gustabo se negaba rotundamente a que el vampiro se acercara a ellos y, para su sorpresa e indignación, Conway lo apoyaba; además de eso, el de cresta no miraba en su dirección más de lo estrictamente necesario y debía admitir que este no se esforzaba en lo más mínimo de ocultar el resentimiento en estos.
Los humanos se habían visto en la necesidad de ir a comisaria más de una vez y no era para menos. Emilio había confesado sus sentimientos por Horacio frente a todos sus compañeros y, poniéndolos en compromiso a los de la mafia, había pedido que una vez fueran pareja, tanto él como su hermano, se les diera la oportunidad de poder ingresar en la misma. Aquello había causado un poco de revuelo pues aún tenían ciertas dudas sobre la relación que estos tenían con los oficiales de policía, pero ante la insistencia del mexicano y el cariño que los humanos se habían ganado por parte de los mecánicos, habían aceptado por unanimidad.
Armando había sido claro con el de coleta, les harían unas pruebas para ver si eran de confianza, pero solo si Horacio aceptaba entablar algo formal con él. No podían darse el lujo de arriesgar todo su el esfuerzo de Facundo solo por un amorío, no estaban para eso. El jefe de mecánicos también tenía otras intenciones para sus dos más recientes trabajadores y es que si estos eran importante para Conway, no había mejor forma de tenerlo amarrado de los huevos con ellos dos en su poder.
Cuando Emilio recibió respuesta positiva por parte de su jefe, no dudó en buscar a Horacio en plena jornada laborar y expresarle sus intenciones. Horacio se había quedado de piedra ante ello y sus compañeros de trabajo se habían abofeteado mentalmente por el poco tacto del mexicano en su propuesta. Todos habían notado que el menor de los hermanos estaba teniendo un bajón emocional y de los fuertes, aquella sonrisa cálida y brillante había desaparecido, ya no se veía a ese gigante de 1.81 correteando y alegrando a todos con tan contagiosa risa. Tal parecía que no todos, Emilio estaba tan abstraído en sus emociones y el sentimiento de propiedad que le invadía nada más ver al de cresta azul pasearse por taller que no se enteraba de nada.
Al principio Horacio pudo tomarse unos días con la excusa de que lo pensaría, pero cuando Emilio le contó que si él y su hermano buscaban crecimiento personal y ser parte de la familia que ellos eran, tenía que aceptar salir con él. Eso en un primer momento le disgustó, el podía irse a condicionar a su puta madre; sin embargo, para Gustabo, aquello fue una excelente oportunidad. Tomó un par de días pero al final pudo convencer a su hermano, como siempre, para aceptar la propuesta del mexicano.
- Esto nos beneficiará mucho, Horacio.- comentó el rubio en un pobre intento de levantar el ánimo de su menor hermano.
- Si tu lo dices.
Gustabo hervía de rabia desde aquella noche y si no había ido en busca de ese vampiro ruso con cabeza de almendra era porque Jack y Horacio le habían pedido mantenerse al margen; para él no había peor cosa que ver a Horacio así de triste y decaído, lo peor es que no tenía ni la menor idea de que sucedió esa noche. El de cresta se había rehusado a decir algo al respecto y aunque insistió. terminó cediendo a los deseos de un sollozante Horacio que solo quería pasar del tema y ya; sin embargo, eso no lo había detenido de asesinar con la mirada al comisario nada más este intentaba acercarse a su hermano.
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¿Presa o Cazador?
VampirePara Horacio y Gustabo, las historias tan tétricas que escucharon sobre la ciudad de "Los Santos" solo consiguieron incrementar las ansias de conocer aquel lugar. "Nada puede ser peor que lo dejado atrás", se consolaban y motivaban a sí mismos sin d...