𝟓𝟔 | 𝐂𝐀𝐏𝐒𝐔𝐋𝐀

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 capsula 


Solo había una cosa que el perfume no podía hacer. No podría convertirlo en una persona que pueda amar y ser amado como los demás...—Petra lee en voz alta y de pronto calla. Sé lo que sigue luego de aquella oración y esperé a que la dijera, pero no volvió a hablar respecto a ella —¡Qué terrible! ¡No quiero seguir leyendo!

Ambas estamos frente al lugar donde revelaron las fotos de mi cámara, en un bonito papel fotográfico de alta gama. Yo tengo el sobre lleno de fotos del campamento en la mano. Petra sostiene mi libro favorito, el cual estuvo leyendo hasta hace un rato. Esperamos a Gunther, quien llegará todavía en veinte minutos.

—¿Por qué? ¿No lo crees bueno?

—Creo que este libro es tan bueno que aunque no esté escrito algo tan triste en sí, quiero llorar.

—Oh, a eso te referías. Aunque El Perfume no es necesariamente un libro con el que tengas que llorar, eso es fantástico.

—¡Ojalá! Yo quisiera sacar un libro y que se convierta en un Best Seller, y que luego me enferme de tanto verlo en cada lugar.

Las dos nos reímos. La verdad, es que ya se nos hace tarde. Hemos quedado con Erwin en casa de Hanji. Y aunque le escribimos que llegaremos unos minutos tarde, me sigo sintiendo incómoda por el paso de los segundos. 

Mis manos acarician el sobre mientras veo a la gente pasar con sus compras. Los autos se siguen moviendo. Veo a Gunther llegar y entonces pienso en que ya han pasado como dos semanas desde aquel día y, aunque voy con normalidad a estudiar, a veces me encuentro con la mirada de Levi entre los estrechos pasillos llenos de gente. A veces, también, puedo verlo en el campus con Smith. Y otras, en la sala de conferencias. Y quizás eso es el problema, que lo veo en todos lados, lo que me hace pensar que ya no se queda encerrado en el salón de Arte luego de que sus clases terminan. Ocasionalmente, lo veo conversar con alguno que otro compañero o alguien, a quien desconozco, cuando suelo caminar a casa con Gun. Pero es otro tipo de distancia. 

Pensaba en aquel día, en el Royal Club, la mayoría de veces al despertar, sentada en cama a la par que buscaba mis zapatos con los pies y la mirada perdida. No voy a mentir haciéndome creer que no pude haber hecho más. Porque al pensar demasiado me di cuenta que tal vez solo necesité un pequeño empujón de mí misma. Cosas como "Debí haberlo besado" y que pronto me arrepentiría, o no. Pero no puedo retroceder.

—Si movieras esas bonitas piernas llegaríamos más rápido. —Mi amiga de cabellos naranjas me mira como sospechando algo y bueno, yo estoy caminando a paso lento. Y Gunther se está aguantando una risa desde hace un buen rato, quien sabe por qué o desde qué minuto. Quizá desde que llegó, pero nunca lo sabré porque no tomé tanta atención. Bostezo.

—Ya me apuro —digo mientras me acerco al ver que me quedo atrás y a ella la tomo por los hombros. Ambas comenzamos a reír.

Erwin Smith nos dijo hace un par de días acerca de aquella cápsula del tiempo. Desde un inicio la idea me ha parecido fascinante. Nunca antes había hecho alguna. Lo relacionaba más con las películas. O bueno, en mi antiguo salón de clases de secundaria no lo hicieron mientras que en otros sí. Yo voy colocar este sobre de fotos. Nanaba me dio la idea al hablar con ella anoche en videollamada ya que ella también tiene muchas fotos de todos los chicos desde el primer semestre. Después de todos esos altos edificios, recién se logran ver las casas y tras el parque, la bonita casa de Hanji, que ahora huele a margaritas debido a la floristería que sus padres abrieron en el garaje.

𝐘𝐎𝐔'𝐑𝐄 𝐒𝐎 𝐂𝐎𝐎𝐋 ✶ Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora