𝟐𝟗 | 𝐃𝐄 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐑𝐎𝐓𝐎𝐒 𝐩𝐭. 𝟓

12K 1.9K 1.7K
                                    


de corazones rotos ; última parte


Nanaba vive en un apartamento un poco alejado del centro de estudios superiores, o quizá mucho más lejos... No lo noté mucho mientras caminábamos. Tardamos en llegar, pues ella prefirió ir a pie. A mi no me molestó en absoluto, de hecho, me alegró bastante, pues con todo lo que tengo acumulado, si iba en un vehículo, lo hubiera botado todo.

El trayecto fue tranquilo. Como no tengo muchas ganas de hablar, ella me estuvo contando algunas cosas de sus amigas y sobre el desastre de su clase de hoy. Yo le escuchaba atenta, no tenía nada que decir. Ella evitó cualquier tema que tenga que ver conmigo, quizá para evitar que hable de más y termine llorando en medio de la calle, o quizá por otra razón... De igual forma, da un efecto positivo y ya he dejado de lagrimear para cuando ella coloca las llaves en la entrada.

Me sorprendo cuando no veo a mucha gente ni muchos vehículos cerca. Es tranquilizante, aunque mis ojos se hieren por las iluminación que da el sol en el vecindario, después de todo, ya están por ser las cuatro de la tarde.

—¿Has almorzado? —me pregunta, asustándome, pues como ya estábamos en el interior del pequeño edificio, su voz suena con ligero eco. Puedo ver su collar moverse suavemente y el sonido de sus llaves aún en su mano.

Y fue como si recordara recién que debía comer por lo menos tres veces al día.

—...Lo olvidé.

Pronuncio. Debí haber comido luego de terminar mis clases y el dinero sigue en mi billetera, dentro de mi mochila, puesto que acostumbro a almorzar fuera y hoy, específicamente, luego de ello iba a sacar algunas fotocopias. Pero lo último esperará hasta mañana.

—¡Genial! Así comemos juntas —. Nanaba sonríe, antes de que ambas entremos a su apartamento, que queda en el segundo piso, al cual subimos por las escaleras con ella tomándome del brazo.

Cuando veo la decoración, me asombro y mucho ¡Qué hermoso! Tiene un estilo muy moderno y las paredes era de un color amarillo pastel. La mayoría de sus muebles son blancos, lo que le da una agradable claridad a toda la estancia. Es un apartamento grande y con mucha personalidad.

— Y... Este es el espacio de Nanaba—dice mientras abría los brazos, en una pose bastante rara. Me causo mucha gracia que se refiriera a sí misma en tercera persona. Nanaba se sonroja debido al cambio de clima y se quita los zapatos para ponerse unos más cómodos.

Una ligera curiosidad me gana y, tratando de apaciguar mi mente de pensamientos que solo me hundían más, decido prestar más atención a lo que sucede ahora: Nanaba, su lindo espacio y yo con mucha hambre.

— ¿Vives sola? —pregunto mientras me acerco a una de las sillas, dispuesta a sentarme; pero luego recuerdo lo desastrosa que me veo ahora y necesito ir al baño a lavar mi rostro. Sin embargo, decido esperar su respuesta antes de preguntar por el baño.

— Tengo una compañera de cuarto, pero está de viaje desde hace dos semanas —. La rubia se ríe mientras estira los brazos, su camiseta y pantalón son de tela y de un color sólido debido a que hoy estuvo en prácticas, aunque lo que destaca es su boina y su collar—. ¿Te gustan los vegetales?  Tengo demasiados y pienso preparar algo con todos ellos, así que no sé si te gustaría. Si quieres algo con carne, puedo pedirlo, no me molesta, para nada —termina por decir, señalando su celular. 

— Yo como de todo, no suelo ser quisquillosa con la comida—digo con una pequeña vergüenza —, ah y solo quiero preguntar dónde se encuentra tu baño...

𝐘𝐎𝐔'𝐑𝐄 𝐒𝐎 𝐂𝐎𝐎𝐋 ✶ Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora