Capítulo 1. Centro Oficinista

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El inframundo, un lugar rojo oscuro, negro, luminoso, divertido y bastante frio. Pero como todo ser viviente, debía constar de trabajo y obligaciones, no todo era libertinaje. Eran una sociedad común y emprendedora. Eran, seres vivientes, y eso los convertía en una sociedad.

La empresa más popular por todas, el Infra S.A. era la empresa por donde todos los demonios querían entrar. Ya sea como trabajadores, o colaboradores, excepto por un nuevo recluta en el departamento de contratos. Nakajima Atsushi. Un chico de cabellos blancos, ojos color morado y dorado, piel cremosa, una sonrisa encantadora y 0 maldad en su interior.

Las hojas bajaron dejando ver al chico frente a él, un castaño con vendajes en cada piel visible de su cuerpo. – Bien, Nakajima Atsushi-kun, no había escuchado nada de ti. ¿Recién sales de la universidad?

- Estudie en casa.

- Ya veo, pero eso no contesta mi duda. Tienes 118 años, ¿no estás muy joven?

- Así es, puedo volver en un milenio más

- Mmm... - Dazai pensó un momento. Analizo aquel chico que se negaba a entrar como pasante – Eres joven para este departamento, pero tenemos muchos allá afuera, creo que serías un buen demonio de invocación para cumplir contratos

- N-no creo que eso...

Las puertas se abrieron – Ango ~ - sonrió Dazai – dime ¿Qué haces metiéndote aquí en mi linda entrevista?

- Nakajima-san será puesto en el puesto de contratos. Vigílalo y enséñale bien

- ¿Por qué pondría a un chico de 118 años en un departamento tan analítico sin previa experiencia en los contratos demoniacos?

- Puede hacerlo. El presidente lo ordeno así

Dazai sonrió – de acuerdo Atsushi-kun, parece que tienes suerte de estar a mi cuidado – Atsushi trago saliva.

Realmente no quería estar allí.

Dazai llevo al albino por las oficinas, el chico simplemente quería lograr marcharse de allí. Pero claro, era imposible de lograr algo así. Lo que también provoco fue la curiosidad de Dazai. En aquel lugar cualquiera podía tener fáciles accesos a grandes puestos mientras fueses inteligente, ¿servicios? ¿Para qué? Era el mundo demoniaco. En aquella Yokohama oscura, lo que menos faltaba eran las fiestas y el placer. El trabajo bien hecho era requerido y muy estricto.

Mientras las premoniciones abundaban la mente de Dazai, llegaron al nuevo puesto de Atsushi. Dazai le sonrió – Atsushi-kun, estarás trabajando aquí, te enseñaré todo lo que sé. Amaras a nuestro jefe directo.

- Buenos días – escucharon una voz casposa

- Quien acaba de llegar

- Pero... son las 11:00 de la mañana. ¿Qué no entramos a las 9? – cuestiono Atsushi desconcertado.

- Agradece que yo llegue a la entrevista – le sonrió Dazai

- Que locura – murmuro Atsushi.

- ¡Odasaku! – sonrió Dazai viendo al hombre pelirrojo – te traje al chico nuevo sanito como pediste

- Oh, tú debes ser Nakajima Atsushi. Mi nombre es Oda Sakunosuke. Escuche de nuestro presidente Fukuzawa-san que eres un chico bastante hábil, espero contar con tus habilidades pequeño. Estarás bajo mi cuidado y Dazai te enseñará lo básico

- Es un placer. – sonrió en una pequeña inclinación el albino. – estaré bajo su cuidado, Sakunosuke-san

El pelirrojo dio marcha a su oficina y Dazai miro al albino – Atsushi-kun, siéntate, prende el monitor y ahora vengo

Oficinista del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora