Extra 2. Dudas

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Akira era un chico de cabellos negros, puntas blancas, su ojo derecho es violeta y el izquierdo gris. Estaba de brazos cruzados viendo a su amigo de la infancia, Osuya, el joven chico de cabellos castaños, piel morena y ojos azules – Osuya, tu piel se sigue cayendo

- Tranquilo, soy parte del universo – dijo sonriente – Akira, ¿vamos con el tío Satanás?

- El único que se divierte con Satanás eres tu

- Disculpa, soy heredero de ese reino – dijo burlón

- ¿vale la pena el infierno?

- Eres demasiado maldito Akira – se quejo Osuya.

- Chicos – escucharon la tercera y cuarta voz

Los siameses Tachihara habían llegado. Dos chicas de cabellos largos y cabellos rojos, a ambas les faltaba un ojo. – Chia, Chie ¿Qué hacen aquí?

- Pasamos tiempo con ustedes – respondieron alegres

- Insufrible – se quejo Akira.

Akira lo sabía, era el nuevo príncipe heredero y odiaba que su único día libre a sus aprendizajes de realeza, tuviera que pasar tiempo con los hijos de los amigos de sus padres. Esa tarde regreso al palacio, - príncipe Akira ¿Cómo estas hoy? – pregunto Mark sonriente

- Mark, estoy bien, ¿y mis padres?

- Cuidan de tus hermanos en la habitación

- Gracias Mark, ¿me acompañas?

- Si, vamos.

Akira fue por el palacio, vio a su abuelo Charles en la cocina – hola abuelo Char – saludo y vio a sus bisabuelos – abuelo Moon, abuelo Lucy, hola

- Pequeño Akira ¿te divertiste con tus amigos?

- Si, algo... quiero ir con papá

- Ve cariño y llévate unas galletas, están recién hechas y listas para comer

- ¿le pusiste ojo de rana?

- Claro roca infernal

Akira tomo las galletas y se marchó, Moon y Lucy suspiraron - ¿Qué ocurre suegros?

- Akira es totalmente de tela – menciono Moon – no puedo creer que se romperá el linaje con él

- Se que piensas que Akira es diferente, pero es tan hermoso como el señor Lucifer, lo saben

- Si, tienes razón.

Era cierto, Akira no tenia los ojos amarillos de su linaje y tampoco el cabello blanco, había roto aquello y sus bisabuelos, aunque lo aceptaron no estaban del todo fascinados, Akira lo sabía. Era el príncipe heredero sin herencia.

Llego a la habitación topándose con su abuelo Abadon, sus padres y hermanos - ¡AKI! – gritaron los niños mayores

- Akira – le sonrió Atsushi - ¿Qué tal tu día?

- ¡Akira! – le sonrió su tercer hermano

Los segundos en nacer fueron un par de cuates, Atsuke, el segundo heredero, y Ryunushi, el tercero, quien para Akira era un fastidio, no solo era idéntico a su padre, tenia todo lo que sus bisabuelos buscaban, el linaje real.

- Papi, ¿podemos hablar?

- Claro

Atsushi dejo los libros para los cuates, y fue con su hijo mayor, ya estaba de su mismo tamaño – papi, te encargo a mi marido y bebés

Oficinista del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora