Capítulo 17. De una sola

994 145 46
                                    

Dazai estaba con su pequeño bebe aun formándose en el sótano de su casa cuando llego Chuuya – Osamu, creí que no querías que el bebé absorbiera tanto de ti – menciono.

― Tengo malas energías, por que nací de un doce y una persona común, un payaso – suspiro – pero mis padres son geniales. Temo que esa energía de doce caiga en él

― Entonces... ¿Por qué estás aquí?

― Porque la energía ya la tiene

― ¿perdón? Aun no nace mi bebé y ya lo estas condenando a ser un doce

― No es condena Chuuya, pero, nuestro bebé será muy fuerte, puedo sentirlo.

Chuuya abrazo a Dazai y esté le miro - ¿Qué pasa?

― Tengo un mal presentimiento con Shibusawa... ¿deberíamos ir a ver a Atsushi? Solo para estar seguros

― Akutagawa me llamo desde su casa, parece que pidió el día a Mori-san, creo que estarán bien juntos

― Aun así, iré a dar mis vueltas de vez en cuando

― Eres genial Chuuya

― Lo sé, ¿ya viste a mi bebé? Es increíble y lo hice yo

― ¿disculpa? ¿y yo?

― Bueno, tantito de tu ayuda, nada más

― Eres un tonto – se quejó entre risas.

Por su parte, en su amado hogar...

Atsushi estaba contra la sabana de su cama, el azabache llego desde su espalda - ¿se siente bien?

― S-sí, pe-pero sácalo, quiero el tuyo

― No, aun no, voy a ponerle más rocas

― ¡n-no tantas rocas!

El azabache se levantó poniendo un par de rocas en los pies del albino, Atsushi apretó las sabanas – aaah ¿Por qué tengo que hacer esto? – se quejo

― Te lo dije, las rocas infernales tienen grandes proteínas para tu cuerpo, quiero que te recuperes pronto

Atsushi mordió la sabana – yo quería sexo – susurro

― ¿Qué dijiste?

― ¡nada! ¡que no quiero esto!

Akutagawa quito las rocas y lo sentó – Jinko ¿Qué pasa? – pregunto preocupado de ver a su pequeño esposo molesto

― T-tu no me has tocado – explico molesto y nervioso. El azabache se sonrojo

― Bueno, sí, quiero cuidar de tu salud

― Pe-pero eso ayuda a mi salud, hasta quita dolores de cabeza

― Lo sé pero es mucho físico, y no quiero que te debilites más

― Puedo hacerlo Ryu... No estoy tan débil – menciono angustiado.

― Jinko, no puedes ni andar en la casa solo – suspiro – en verdad estoy muy preocupado, esa vez estabas tan asustado, no podías estar de pie. En nuestra boda tus padres decidieron llevarte a comer

― ¿papá te dijo del ritual?

― Sí, me dijo, y aun así fuimos a comer en lugar de hacerlo. – abrazo al albino mientras tallaba su espalda – estoy preocupado por ti, no mejoras... tengo miedo de perderte...

El albino se conmovió, abrazo igual al mayor y recargo su rostro en su hombro – es que... Es que yo te extraño tanto, te deseo tanto, quiero tenerte todo el tiempo a mi lado pe-pero... pero pareciera que me huyes, me hace extrañarte más Ryu

Oficinista del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora