Capítulo 3. Joyería

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Los cuatro chicos estaban en un restaurante donde Atsushi aun borracho intentaba arreglar el contrato, Akutagawa le prestaba atención. – En... Entonces... - Atsushi estaba cabeceando, el azabache sostuvo su rostro y el albino le sonrió – n-no puedes dejar que se... se... que-quede – las palabras del albino eran confusas, aun así. El azabache prestaba atención.

Dazai estaba al otro lado de la mesa tomando fotos de ello con su Smartphone, mientras Chuuya le dio un zape en la cabeza – bastardo, ni siquiera puede hablar bien ¿Qué tanto le diste?

-          Me creas o no, solo fue dos cucharadas para que no sintiera tanto el sabor o el olor. Me sorprende Atsushi-kun

-          ¿Por qué haces esto? – se quejó – es un niño

-          Exacto, es un niño, solo tiene 118 años y está a mi nivel en las investigaciones

-          Tu eres un estúpido y lo sabes

Dazai le sonrió – pero sabes lo que soy capaz de hacer, y Ango, y Odasaku

-          Incluso los lideres – se quejó Chuuya – entonces ¿curioso del por qué un niño está a tu nivel?

-          Es peor aún, es mayor a mi

-          ¿Por qué dices eso?

-          Porque tiene solo 118 años, le llevo más de 2 siglos – menciono mirando al albino. – quería saber si decía algo borracho pero no puede ni siquiera hablar

-          ¡ENTONCES! – grito Atsushi asombrando a los dos mayores. El albino reír y señalaba el contrato. Su rostro mostraba una clara molestia – tengo que pas...pasar unos de tus es-estúpidos contratos, ¿no te cansas de versh humanos? ¡Son suavecitos y de ojotes! ¡no debes hacer tantos contratos!

-          Lo va a matar Dazai

-          Sí, estoy en eso

Dazai tomo al albino de sus hombros – Atsushi-kun, deberías dejar de gritarle a Akutagawa-kun – le sonrió - ¿Qué tal si te llevo a tu casa?

-          ¡¿ja?! – grito Atsushi – yo no quiero que usted vaya a mi casa, vaya a saber las estupideces que haría

Chuuya se soltó a las risas

-          Atsushi-kun es que ya estás muy borracho

-          ¡YO NO BEBO! – grito el albino de nuevo

-          Dazai-san, podría llevarlo yo – menciono el azabache

-          ¡¿ja?! – cuestiono Chuuya - ¿no estas molesto por que esta borracho?

-          Escuche que Dazai-san lo puso en su bebida

-          ¡¿Quién ESTÁ BORRACHO?! – grito Atsushi

-          Tranquilo tigre – menciono Chuuya mirando al menor – me llevo a Dazai, llévalo a su casa

-          De acuerdo

-          ¡YO NO IRÉ CON NAD JUUU! – El azabache había tomado al albino y tapado su boca con una cinta que pertenecía a su abrigo. – ¡SUESHAMEEEEE!

Después de atar bien el nudo, el azabache tomo al albino dejándolo sobre su hombro. Dazai tomo el contrato arreglado – por favor, no dejes que tome más – pidió Dazai

-          ¡tú eres el único culpable! – se quejó Chuuya

Akutagawa hizo una reverencia y se llevó al albino quien no dejaba de golpear la espalda del azabache. Fueron todo el camino nocturno, Atsushi no paro de golpear la espalda del azabache, y sin oportunidad de dejarlo hablar, simplemente decidió llevarlo a su casa. Dejándolo en el mueble, estiro un poco su espalda, tras recibir aquellos repetitivos golpes. Miro mejor al albino, sus ojos eran brillantes con el tono amarillo mientras que en el tono morado se veían oscuros y siniestros.

Oficinista del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora