Capítulo 28.

745 120 22
                                    

Los meses siguieron pasando, Tanizaki quedo embarazado también de Tachihara, Atsushi ayudaba bastante a la pareja aunque para algunos era raro que un súcubo supiera tanto pero ya nadie preguntaba nada. Sus días estaban llenos de asesinatos, y mucho disturbio, papeleo y una que otra pelea entre Dazai y Chuuya en los pasillos. Así... Llego el cumpleaños 119 de Atsushi.

Ambos chicos caminaban por las calles de una ciudad humana, el menor llevaba un helado, ¿Qué mejor que celebrar su cumpleaños que yendo al zoológico con su esposo? Miraban felices alrededor, el menor disfrutaba de su helado. La noche era fría, la luna era azul. En el callejón escucharon a una mujer. Aquella mujer estaba embarazada. Ambos demonios se miraron, ¿Por qué no? Estaba sola y ellos simplemente deseaban herencia pronto. Ayudaron aquella mujer solitaria. Atsushi sonrió viendo aquel bebé – mira Ryu... Es tan bonito, un bebe humano

― La humana está muy débil pero el bebé está bien – le miro sosteniendo al recién nacido lleno de sangre de placenta – te vez tan adorable

― Oh Ryu... - le sonrió amplio. - ¿no se parece a mí?

― Solo le faltaría ser un tigre.

Atsushi dejo al bebé con la madre, beso su frente y le sonrió – bebé, yo te maldigo el resto de tu vida, ojala tus días sean los más terroríficos que estalles de felicidad.

― ¿le diste tu maldición a un bebé humano?

― Es lindo ¿no?

― Supongo que sí. Vámonos, busquemos alguien que encuentre a la mujer

― Sip

La mujer fue dejada con el bebé, aquel bebé que comenzó a llorar cuando perdió el rastro de Atsushi. Sus ojos morados y dorados relucían con la luna.

Atsushi y Akutagawa regresaban al portal para el infierno, el albino llevaba unos dulces de más, sin mencionar unos peluches. Habían pasado de vuelta al inframundo donde el albino fue sorprendido por una explosión de un cuerpo de bruja mientras las entrañas caían y todos sonreían - ¡MALDITO cumpleaños Atsushi!

Atsushi sonrió con todos, celebraron en el salón de eventos del edificio. Todo estaba plagado de entrañas, sangre y desgracia, lo cual los tenía alegres.

Chuuya fue quien se acercó con el bebé Osuya, aunque ya no era un bebé, tenía casi un año y era inseparable de Atsushi. – Atsushi ¿Qué maldición diste hoy?

― Oh, hoy vi nacer a un bebé humano

― Era idéntico a él – se quejó Akutagawa – fue como ver a nuestro futuro hijo – se quejó aún más

― Tenía unos ojos preciosos, amarillos y morados. La luna nos brindó un momento de sangre perfecto y su maldición llevará mi marca por siempre

― Bien, así que te divertiste – menciono Abadon a su lado

― Si, también tomamos una decisión

― ¿Cuál? – preguntaron los que estaban alrededor

Akutagawa y Atsushi se miraron, sonrieron, en el acto, el mayor acerco su mano al vientre del menor y ambos miraron a sus amigos, familia y compañeros – esperamos herencia

El grito hizo retumbar el lugar, todos se abalanzaron a ambos. Comenzaba una nueva etapa, una... Que no iban a desperdiciar.

En lugar de quedarse en casa o en el palacio, Atsushi y Akutagawa decidieron ir a cada reino a conversar con los demás reyes, Abadon y Charles se quedaron en el primer reino mientras los menores se aventuraron a su misión con Francis, la nueva mano derecha de ambos.

Oficinista del infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora