16 | Herederos
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El momento que tanto ansié desde que aquel médico me dio la noticia de tal magnitud que me proporcionó sin ningún tipo de sutileza, al fin llegó. Mi familia había invadido el departamento que comparto con Archivaldo acabando con el silencio y tranquilidad que tanto lo caracterizaba y por lo que me gustaba para por fin, después de cinco largas y tortuosas horas - tiempo donde tuve que sacar a flote los mejores dotes de actriz con Archivaldo prendido a mi lado-, ellos se marcharon con la condición de que llegáramos antes a la fiesta de mi tío para comer la cena que mis abuelos prometieron preparar juntos especialmente para mí.
Un pequeño regocijo hizo que mi nariz picara y mis ojos se llenaran de lágrimas al oír aquello, después de que esos dos locos ya viejos tuvieran una pelea por sobreproteger a sus hijos no se habían hablado por meses, mi salud había cambiado eso y me daba mucho emoción por ellos.
«Si supieran la aberración por la que estoy así no actuarían igual» ¡Nadie me vería igual!
Me es inevitable no tomar mi cabeza entre mis manos, estoy aterrada y desesperada, no sé qué hacer, cómo actuar, simplemente quisiera que la tierra se partiera en dos y me tragara ayudándome a evadir por primera vez uno de mis problemas, porque eso es este embarazo, un grandísimo problema que sólo traerá disgustos y dolores de cabeza. ¡Si mi familia se entera de esto solo causará desunión y estoy segura que sangre correrá también!
Vuelvo a sentir la tibieza que emana el cuerpo de Archivaldo y esta vez me abraza con tanta protección que hace que finalmente estalle en un llanto desesperado, soy consciente que estas son las consecuencias de un error que jamás debimos cometer pero que de todas formas lo gozamos, perpetramos y ahora no soy capaz de asumir lo que nuestro descuido conllevó.
— Todo estará bien, amor—Archivaldo acaricia mi espalda dejando que me esconda entre su cuello y pecho. Me odio por eso, estoy sufriendo por algo que él también hizo y no soy capaz de pedirle mi espacio para encontrar respuestas y sanarme por mí misma. Archivaldo me hace débil.—No te imaginas la felicidad que me ha dado esta noticia, Mia no tengo la forma de explicarlo pero quiero que sepas que esta espera la haremos los dos juntos, que me esforzaré el doble para darles lo mejor y que desde ya amo a ese bebé tanto como a ti.
—No, Archi.. no—Intento calmar mi llanto para así hablar y dejar mi pensamiento en claro.—No quiero hacer esto ¡No puedo!
—Yo sé que es difícil para ti, aún eres joven, recién estamos comenzando a trabajar y nuestra mansión está en proceso pero nos amamos, nos tenemos a nosotros, y ahora a él o ella, con eso ya es suficiente—Intenta convencerme pero yo ya estoy convencida desde hace rato.
—Esto no puede continuar, Archivaldo.
—¿Qué?—Sus manos se detienen unos segundos pero luego vuelve con sus caricias que me rompen cada vez más.—¿Pretendes que nuestro hijo crezca con sus padres separados? Podemos largarnos hoy mismo pero no me parece justo que me apartes de mi...
—No estoy hablando de nosotros.—Tomo sus manos y me aseguro que me observe directamente a los ojos para que contemple la seriedad de la situación y la determinación a través de mis ojos. Dicen que una mirada vale más que mil palabras ¿No? Conozco lo obstinado que es y sé que hace falta más que un par de palabras y miradas para que entre en razón o comprenda mis decisiones pero en esta no hay discusión alguna.—No es contigo con quien quiero terminar, no quiero seguir con este embarazo, Archivaldo.
—¡¿Qué?!—Se pone de pie alejándose y viéndome como si mi sola presencia le asqueara, como si temiera a que le contagiara la peor de las enfermedades. Y me dolió, dolió tanto ese gesto pero que sin embargo ya me lo esperaba, tanto que había insistido en tener un bebé y ahora yo estaba embarazada. Su ilusión se estaba haciendo realidad.
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Hᴇʀᴇᴅᴇʀᴏs |Mɪᴀ ʏ Aʀᴄʜɪᴠᴀʟᴅᴏ Gᴜᴢᴍᴀ́ɴ |
Fanfic"Y que tal si soy tuyo sin anillo ni título. Y que tal si soy tuyo porque quiero y porque te quiero. Y que tal si la vida nos encuentra más junto que casados, más enamorados que morados, más unidos que asociados. Y que tal si nos queremos sin porqué...