08

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08 | Herederos
"..Como Adan y Eva tengamos nuestros pecados, como dos ladrones, un secreto bien guardado.."

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Nada más cerrar la puerta del departamento, ya a solas con Archivaldo, éste se soltó en un llanto descontrolado que venía aguantando en la camioneta peor que los leves pucheros que hacía inconscientemente lo delataban.

Eran muy pocas las veces que Archivaldo se ponía de mala copa, pero cuando lo hace no hay quien lo aguante, por lo que lo dejé acostado en el sofá y fui a mi supuesto cuarto, uno que sólo se usa para fachada y vestidor para guardar mi ropa, me cambié por algo cómodo, arreglé mi cabello en una media coleta simple y me dirigí al baño, tomé dos cubetas del armario, una la llené de agua y otra la dejé vacía para volver a donde estaba Archi desparramado.

—Hoy en día, ser infiel está de moda.—Archivaldo arrastró sus palabras siendo interrumpido por su hipo pero igualmente siguió intentando cantar, tambaleándose a pesar de estar sentado y señalándome con su mano abierta.—Los buenos sentimientos nomás nadie los valora—Intentó ponerse de pie pero hice que se sentara y pasé mi mano mojada por su nuca.—Se me fueron las ganas de volver a enamorarme.—Tomó mis manos  y de manera inesperada ejerció un poco de fuerza logrando desestabilizarme para hacerme sentar sobre su falda a horcajadas.—Hoy muere este muchacho y nace un borracho—Las lágrimas volvieron a salir de sus ojos y mi corazón se estrujó.

—No seas exagerado bebé.—Acaricié su rostro para quitar las gotas saladas.

—¿Ya me vas a cambiar por ese? O ibas a intentarlo.—Llevó sus manos a mi trasero y lo apretó mientras escondía su rostro entre mi cuello y hombro, besando esa zona y produciéndome escalofríos al su respiración chocar con mi piel. Gimoteó aún llorando y me estrecho más a él.—Ya nadie me iba a dar amor, me iba a morir solito.

—Métete a bañar y luego hablamos Archi.

—No.—Respondió como niño pequeño.—O bueno sí.

—Así me gusta, ya te estaba por lanzar la cubeta.—Él rio y cuando intenté ponerme de pie me volvió a jalar hacia él.

—Pero vente conmigo.—Suspiré regañándome mentalmente de haber creído por un momento que no pondría ninguna condición.

—Métete tu primero y luego de alcanzo.—Besé su frente y con rapidez me puse de pie alejándome de él.

—¿Me quieres ver la cara de estúpido?—Me carcajeé y emprendí camino a la cocina para prepararle un café. Estando en ese estado no llegaríamos a ningún punto en concreto, por lo que mi regaño quedaría en un segundo plano hasta más tarde. Escuché sus pasos y en el mismo momento en que encendí la cafetera, él me rodeo con sus brazos por mi cintura y besó mi cabello.

—Archi ve a duch...

—No vuelvas a irte con un vato así nunca más. No sabes cuanto me dolió pensar que me ibas a cambiar por él—Hizo un puchero.

—Corazón, yo solo salí con un amigo tu solito te hiciste las ideas locas en tu cabecita.—Me paré en puntas de pie para besar su nariz después de darme media vuelta aún entre sus brazos. 

—No son ideas locas.—Frunció su ceño y aumentó la fuerza de su agarre.

—Te vas a arrugar desde muy joven.—Dije mientras pasaba mi dedo pulgar por su ceño.

—Todos quieren con Mia Guzmán, no te hagas. Ese pendejo no quiere ser tu amigo.—Respondió haciendo un puchero que besé antes de deshacer nuestro agarre.

Hᴇʀᴇᴅᴇʀᴏs |Mɪᴀ ʏ Aʀᴄʜɪᴠᴀʟᴅᴏ Gᴜᴢᴍᴀ́ɴ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora