𝟐 𝐦𝐞𝐬𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐦𝐛𝐚𝐫𝐚𝐳𝐨- 𝐅𝐢𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐚𝐠𝐨𝐬𝐭𝐨
Respiro con calma dejándome llevar una vez más por las endulzantes e hipnotizantes palabras de Archivaldo que surten un efecto de tontera en mí cuerpo y mente, el entorno casi paradisíaco en el que estamos también ayuda a que no piense nada más que en las pequeñas caricias que deja mi rubio en mi vientre y no en al discusión que tuvimos hace un par de horas con mis padres quienes, según Archivaldo, se dejaron lavar el cerebro por las palabras de político en candidatura que siempre mantiene nuestro tío Rafael, que insiste en que lo mejor para mí y mi futuro será estudiar alguna carrera universitaria relacionada con la política, y así, tal vez y también lograría "enderezar" a Archivaldo y Mio también al ser las personas con las que más comparto mi tiempo.
Niego internamente al recordar siempre el lema que siempre han tenido para nuestra familia y que tanto me molestaba que se dijera peor en este momento aplicaba.
"Árbol que nace doblado nunca se endereza" y menos si ya no quiere.
Conozco tanto a Archivaldo que estoy tan segura de que si algún día decidiera probar nuevos horizontes por el camino correcto, él se arriesgaría por mí tantas veces como pudiera y no estaba dispuesta a que eso sucediera. Tampoco sabiendo que soy conocida por ser nieta e hija de, con una madre casi procesada y fugitiva de la ley tras en sus tiempos de juventud haber ocupado un importante cargo político y llegando a ser casi la primera dama del país. Me negaba rotundamente a seguir esos pasos después de haberlo pensado bien pues eso no es lo mío, no podría seguir esas estrictas normas de etiquetas, de comportamiento, no estaba dispuesta a abandonar a mi familia así como tampoco lo hizo mi madre, ese fue su más grande error según la vista del resto, sin preguntarse dónde era más feliz ya que claramente lo que sea legal o no, eso a nosotros no nos interesa.
—¿En qué tanto piensas, cariño?—Consulto al notar que la vista del hombre que me tiene entre sus brazos está fija en algún punto de la catarata que se extiende en todo su esplendor en un cristalino lago que atraviesa un delicado puente que conecta al jardín de nuestra futura casa, donde estaba la ilusión de construir un hogar lleno de paz y amor, digno de ser el nido donde crezca nuestro bebé. La espalda de Archivaldo está recargada sobre un pino y me tiene entre sus piernas, cada tanto deja un beso en mi cabello y cuando no está acariciando mi vientre está trenzando las hebras color arena, claramente teñidas.
—En que nunca permitiré que te vayas de mi lado, ni tu ni mi hijo.—La seguridad en sus palabras tan determinadas genera una sensación de ansiedad en mi estómago peor lo ignoro, ya me ha demostrado con hechos esas palabras, no sería nada nuevo, ahora simplemente se le agregaría un bebé.
—¿Cómo esconderemos el embarazo?—Mi pregunta parece haberlo dejado sin palabras aunque me resulta difícil de creer, eso no sucede frecuentemente con él.—¿Amor?
—Puedes comenzar a usar mi ropa para que no resulte extraño cuando la barriguita crezca—Un ronroneo gustoso se escapa de mi garganta cuando vuelve a besar mi cabello y entrelaza nuestras manos—¿Estás emocionada?
Entiendo su referencia y no tardo en aceptar las ansias que traigo desde que reservamos una cita con la obstetra para ver por primera vez a nuestro bebé. Saber que su salud está bien y poder informarnos aun más de lo que ya lo hemos hecho individualmente por la web.
Nuestra extraña relación se ha consolidado con el pasar de los días, sus muestras de afecto hacia mí y especialmente mi vientre son constantes hasta cuando duerme con su mano sobre él y se despierta con cada movimiento para preguntar cómo nos encontramos derritiendo de ternura mi corazón, generando que me replantee si era realmente lo correcto el haber querido acabar con este proceso que cada día nos llena más de ilusión, generando que nos mantengamos unidos por nuestro amor y para mantener un hogar estable para nuestro niño o niña.
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Hᴇʀᴇᴅᴇʀᴏs |Mɪᴀ ʏ Aʀᴄʜɪᴠᴀʟᴅᴏ Gᴜᴢᴍᴀ́ɴ |
Fiksi Penggemar"Y que tal si soy tuyo sin anillo ni título. Y que tal si soy tuyo porque quiero y porque te quiero. Y que tal si la vida nos encuentra más junto que casados, más enamorados que morados, más unidos que asociados. Y que tal si nos queremos sin porqué...