This party is not a party I

46 6 0
                                    

*POV Solar*

Buzón de espera, una, dos, tres veces, "este usuario no se encuentra disponible", ¡Maldita sea!
Me encontraba en mi cuarto, comiéndome las uñas, con menos paciencia de la que un niño de cinco años tendría frente a un tazón de dulces. Había intentado contactar a Sodam todo el jodido día; le dejé más de seis mensajes, la busqué por los pasillos, pregunté a siete conocidos en el club de actuación, llamé a su casa por si estaba ahí, la esperé a la salida, intentando ubicarla entre el montón de cuerpos que se amontonaban en las puertas... Nada. Lo único que conseguí es que Eric se ofreciera a traerme a casa, pero no lo creí conveniente, así que desde entonces estoy aquí, encerrada, contando las horas en las que no he sabido nada de ella, y ya van a ser ocho.
Cada nueve minutos me asomo a la ventana con la esperanza de que aparezca, agotada, nerviosa, con diez ideas en la cabeza. ¿Dónde se metió? ¿Por qué?
Entiendo que se haya molestado por mi repentina decisión de quedarme conversando con Eric en la cafetería, tal vez debí ser más sutil con ella, o decirle que necesitaba que él me explique la razón de sus comportamientos, y decirle que no iba a tolerar que vuelva a hacer algo como eso, sobre todo teniendo en cuenta que no teníamos un título oficial respecto a "lo nuestro", y es precisamente por eso que sentí la necesidad de hablarle, porque todo este tiempo nos hemos mantenido en un estado extraño, con besos y cumplidos, pero sin ir a ningún sitio. Por mi parte, sentía que las cosas no estarían bien si me convertía en su novia, pero por alguna razón quería escuchar lo que él tenía que decirme respecto a sus sentimientos, porque los míos me estaban abrumado, y cada vez que me sentía abrumada, tomaba decisiones alocadas, como la de hacer a un lado a Sodam, pero aún así, esos comportamientos extremos que tenía me confundían muchísimo, y lo más extraño es que después me enviaba un mensaje dulcísimo, y al día siguiente actuaba como si nada, volviendo a ser la misma hasta que otro incidente sucedía y el ciclo se repetía.
Me asustaba lo mucho que la necesitaba, y justo ahora tenía miedo de estar provocando esa actitud en ella, porque no soportaba no tenerla a mi alrededor, jugando, diciéndome cosas bonitas, haciéndome cosquillas, o simplemente estar en silencio mirándonos.
Mientras estaba atrapada en mis pensamientos, una llamada entró a mi teléfono, era Sodam, maldición, desearía tener la fuerza para no contestar.
- Hola
Dije con el tono más serio que pude, pero solo escuché silencio del otro lado. Pasaron al rededor de 15 segundos antes de que al fin Sodam hablara.
- Solar, ¿Cómo estás? Lamento no haber cogido el móvil antes, estaba un poco ocupada.
¿Ocupada?, ¿OCUPADA? Mientras yo no pude pensar en otra cosa todo el día, mientras las horas pasaban como segundos, mientras me reventaba la cabeza imaginando escenarios de lo que le pudo haber pasado, ella estaba "ocupada". Quería gritarle, decirle que se estaba comportando como una completa imbécil, pero por qué haría eso, si no tenía una razón clara, Sodam era una persona independiente, y podía hacer lo que sea que quisiera, pero el problema era que ella me había acostumbrado tanto a sentirme la parte más especial de su vida, que ahora que se alejaba, me sentía ardida, muy, muy ardida.
Tomé una respiración profunda, y en lugar de reclamarle por algo sin sentido, con una calmada voz le respondí:
- Entiendo, todo está bien.
Del otro lado, pude sentir un suspiro de extrañeza en ella. ¿Qué pasaba por su cabeza?
- Oh... Bien... Mmmm... Paso por tí a las 7, ya sabes, para la fiesta de Hwasa, le pedí el auto a papá, no olvides tu abrigo.
La fiesta de la dichosa reina, cielos, lo había olvidado por completo, pero aún así, nada me impresionaba más que el modo tan seco en el que Sodam me hablaba, ¿Qué no era su sol, su cariño? Pff... Esto me estaba superando.
- Vale.
Respondí igual de insípida.
- Nos vemos.
Dijo antes de colgar la llamada. No le pedí explicación alguna, nunca antes me había tratado como una simple chica a la que por obligación tienes que dar un aventón. Sodam había cambiado, y necesitaba descubrir por qué antes de que terminara golpeando su dulce rostro. Rápidamente me metí a la ducha, pues sentía el impulso de verme especialmente bien esta noche. Inconscientemente quería que Sodam viera en mí lo que siempre veía, y que se convenciera de lo que me había dicho ayer en el gimnasio, que iba a ser "la chica más hermosa de la fiesta", quería serlo... Para ella.

They... (Soldam/Moonsun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora