Plan

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*POV Moonbyul*

Cuando llegamos a la heladería, casi agradecí el estar ahí, pues aunque no fuera lejos, Solar se había sostenido tan fuerte, que sus uñas atravesaron la camiseta que traía, lo cual fue compensado porque también pude oír sus gritos cada vez que aceleraba.
- Por fin, tierra.
Dijo bajando dramáticamente, como si el corto viaje hubiera sido un castigo horrible.
- Oye, que nenita resultaste, eh.
Respondí jugando mientras colgaba ambos cascos en la motocicleta.
- No me juzgues, cualquiera que aprecie su vida se asustaría subiéndose en eso.
Dijo señalando a mi motocicleta con una mueca de repulsión.
- Ya... No parecía molestarte tanto el día en que te llevé a casa.
- Bueno, ese día me habría subido incluso en un monociclo. Resulta que cierta camarera amable se pasó de generosa con las copas.
Ambas reímos por su afirmación y nos encaminamos a la entrada.
- ¿Nunca has venido?
Pregunté observando como detallaba lo colorido del lugar.
- Nunca, pero tal vez vuelva.
Dijo intrigada mientras continuaba mirando la decoración tan bonita del sitio. A mí me encantaba venir cuando quería ignorar el tono gris que podía presentar el exterior, y pensé que a una chica como Solar podría gustarle también; la noche en que nos conocimos me deslumbró desde su entrada, cuando la vi conversando con WheeIn y Hwasa, pero como estaba trabajando decidí concentrarme en lo mío. Cuando regresó angustiada pensé que era una señal del destino, así que intenté de todo para que se quede, fingiendo que era parte de mi servicio, pero no lo logré. Mis alarmas se encendieron cuando la vi por tercera ocasión, haciendo que me jure que no la dejaría ir sin hablarle. Había algo en ella que resultaba demasiado atractivo, a pesar de su vestido y su proyección sexy, sus ojos y su aura gritaban inocencia y paz, lo cual era difícil de encontrar en estos tiempos.
Cuando aceptó quedarse me sentí confiada y lista para coquetearle, pero pronto me encontré con una chica que necesitaba apoyo por encima de flirteo, así que me convertí en el hombro en el que podía llorar, y se sintió incluso mejor que un intercambio de frases pícaras. Su personalidad no me provocaba seducirla, sino protegerla, y eso no me sucedía muy a menudo, por eso cuando su padre la llamó, decidí que me iría de la fiesta, poniendo como excusa que no tenía nada más que hacer, cuando en realidad sólo quería seguir conociéndola más.
No puedo decir que era "amor a primera vista" porque hace tiempo que juré no enamorarme, pero tampoco quería ser una patana con ella, aprovecharme y dejarla o algo así... De hecho no tenía idea de qué quería, tal vez salir un par de veces y desintoxicarme de todas las chicas falsas y plásticas que generalmente se me lanzaban. Solar me había gustado desde el minuto uno, y desde que la dejé en su puerta pensé en contactarla para quedar, pero siempre algo tenía que surgir, y mi estilo no era ser empalagosa y llamar solo para conversar, yo era más bien una chica de acciones, entonces tomé mi día libre para averiguarle a Hwasa lo que sabía de esta niña, y lo que me contó encajaba a la perfección con el perfil dulce y sereno en el que me imaginaba a Solar. Lo único que me inquietaba era recordar que tenía sentimientos confusos por su amiga, la cual se veía muy posesiva, por cierto, y aunque su novia era agradable, había algo que no me cuadraba en esa situación; realmente odiaba los dramas y los triángulos amorosos, por lo que esperaba que el tema de Solar y su amiga no fuese tan intenso.
Iba a portarme bien y a tener una cita decente como hace tanto tiempo no tenía, y si era sincera, estaba emocionada , bastante, a decir verdad. Mirar a Solar entusiasmada por la gran variedad de sabores y aderezos me hacía sentir una chispa que hace tiempo pensé que había perdido. Verla me recordaba que la gente real aún existía, y era maravilloso.
- Espero que no me decepciones pidiendo vainilla con chispas de chocolate.
Dije juguetona mientras la fila seguía avanzando.
- Pues es justo el que iba a pedir.
Dijo sonriendo.
Me detuve un momento a observarla mejor, y confirmé lo ya muy obvio... Solar era hermosa. Que sí, que el día de la fiesta lo supe con solo verla, pero ahora con todas estas situaciones sumadas, el tono de su voz, sus mejillas que a menudo estaban sonrojadas, sus actitudes mimadas, y sobre todo lo que había descubierto ahora: esos dos hoyuelitos que se le marcaban por debajo de los labios, ¡Joder! La haría reír todo el día para seguir viendo lo bien que le sentaban.
- Casi es nuestro turno.
Dijo un poco avergonzada al notar que la miraba fijamente.
- ¿Qué vas a ordenar?
Consulté mirando la amplia gama de helados, batidos y demás.
- No lo sé, hay demasiadas opciones, y quisiera probar uno de cada uno.
Respondió riendo.
- Si quieres podemos hacer eso.
Dije como si no fuera nada raro. Solar me miró y negó como cuando un niño pequeño te dice alguna incoherencia.
- Me gusta el helado de menta con chocolate, así que cualquier cosa que lo lleve me va a encantar.
Dijo pensativa. Yo la miré incrédula; de todos los sabores, de todos los postres, ¿Menta con chocolate? Habría preferido que ordenará vainilla con chispas.
- No comería nada que tenga menta con chocolate ni aunque estuviera muriendo de hambre.
Dije expresando mi disgusto. Odiaba ese sabor.
- ¡Oye! Más respeto por mi sabor preferido.
Gritó haciendo que algunas personas volteen a vernos. Yo sonreí mirando como se avergonzaba otra vez.
- Más respeto por el buen gusto. No puedo creerlo.
Hablé alto también, fingiendo indignación.
Llegamos a la caja y Solar parecía aguantar una carcajada, pero en cuanto la cajera pidió nuestra orden, pude ver como la inseguridad llegaba a su mirada. Oh, chica indecisa.
- Queremos dos brownies de chocolate con helado, uno de galleta y el otro de... Menta con chocolate, ambos con mucha crema y distintos toppings. También nos gustarían dos batidos especiales sin mucha azúcar.
La cajera me sonrió coqueta, pero justo en ese momento Solar tiró de mi chaqueta haciendo que la mirara.
- ¿Cuánto es?
Preguntó mientras sacaba un monedero pequeño de conejitos.
- No lo sé, pero no tienes que pagar nada. Yo te invité, ¿Recuerdas?
Respondí con obviedad.
- Al menos podría ayudarte con la mitad.
Volvió a hablar tímida, pero yo era toda una dama, y no iba a aplicar esas tonterías de la "cuenta dividida" pues yo la había traído, y yo pagaría esta vez.
- Puedes ayudarme con la mitad de muchas cosas, pero no con esta, así no funciona. Mejor ve a separarnos una mesa mientras llevo el pedido.
Le dije en un tono coqueto, mirando como de a poco ese gesto con sus mejillas rojizas volvía ante mí. Hacer que se sonroje sería mi nuevo hobbie.
Asintió apenada y la vi dirigirse a una de las mesas junto a la gran ventana, ahí se sentó y agachó la mirada tiernamente mientras yo sonreía. Es linda, Moonbyul, bien hecho.
- Puedes tomar tu orden por allí, a menos que eso no sea todo lo que quieres.
Dijo la cajera sacándome de mis pensamientos, pero la verdad es que ya había conocido MUY BIEN a estas chicas arriesgadas durante la adolescencia, así que ahora quería darme un respiro de esos líos de una sola noche. Además, estaba en una cita con Solar, o bueno, para mí era una cita, así que estaría cien por ciento concentrada en ella.
- Eres muy amable, creo que eso es todo.
Dije poniendo un billete en su frasco de propinas, pasando a retirar mi orden sin quedarme a ver su cara de resentimiento.
Cuando llegué a la mesa Solar estaba distraída, mirando a través de la ventana como la gente pasaba.
- Señorita, su helado de terrible sabor está listo, si necesita algo más avíseme.
Dije llamando su atención con el tono amable que usualmente usaban las vendedoras en la tienda, ella solo sonrió y me ayudó a poner todo en la mesa.
- Gracias por todo. No debiste molestarte.
Dijo mientras tomaba una cucharilla.
- No es una molestia y es lo que se hace cuando invitas a alguien, ¿No?
Solar me miró con su ya característico semblante avergonzado.
- Oye, tranquila, la próxima vez podrás invitarme tú.
Dije queriendo aliviarla, pero a la vez insinuando que quería salir con ella de nuevo. Claro que quería.
Durante la próxima hora me maravillé aún más con su existencia; se había comido el brownie como si fuera lo más delicioso del universo, y el batido se lo había tomado procurando que no quede ni una sola gota, manchándose en varias ocasiones con la crema, y sonriendo ampliamente cada que lo notaba. Yo solo me limité a hacerle preguntas pequeñas mientras comía, porque no quería que se distraiga y pierda ese toque infantil del momento.
Era muy claro para mí que no quería una relación seria, y que no iba a enamorarme nunca, por más encantadora que fuera, pero justo ese era el dilema, que ella era demasiado encantadora, y no podía evitar sentirme atraída. Entendía que le gustaba su mejor amiga de un modo confuso, y también entendía que no podía relacionarme con ella ni intentar profundizar nada, pero no podía solo fingir que era una chica de esas a las que ves una vez, haces algo impulsivo y dejas de llamar, por supuesto que no. Solar era dulce y tímida, no era de las chicas que iban por todo en una sola noche, así que debía calmarme y centrar bien mis ideas, porque no quería terminar ofendiéndola o dándole una mala impresión. Amigas con derechos estaría bien, o tal vez esas amigas que de vez en cuando se besan y siguen como si nada. ¿Qué pensará ella sobre eso?
- ¡WoW!
Dijo sacándome de mis pensamientos. Había terminado todo y parecía muy contenta.
- Te gustó, eh, a pesar de ser el peor sabor del mundo.
Bromeé un poco al tiempo en que ella levantaba una ceja acusadora contra mí.
- Pues claro que me gustó, pero solo es para personas que sí saben apreciar lo bueno y gustan de lo mejor.
Respondió irguiendo su postura y moviendo la bandeja hacia un lado. "A mí me gustas tú. ¿Entonces no sé lo que es bueno?" Iba a contraatacar, pero pensé que para alguien como ella sería demasiado pronto, así que solo sonreí, cómplice de las ideas que cruzaban por mi cabeza.
- Oye, estaba bromeando. En realidad quería decir que estoy muy agradecida por todo, estuvo delicioso. Pero más que eso, gracias por salvarme de un momento muy incómodo.
Dijo con los ojos brillantes.
- No tienes nada que agradecer, eres una gran compañía, y hoy que no llorabas cada diez minutos, puedo decir que estar contigo es bastante refrescante, así que gracias a tí por venir conmigo.
Vi como agachaba la mirada e imaginé que quería esconder su muy seguramente rostro carmín, así que para aligerar el ambiente continué.
- ¿Ese momento incómodo tiene que ver con tu mejor amiga? Parecía algo enojada cuando partimos de ahí.
Solar volvió a levantar la cabeza y dudó antes de responder.
- Sí... Bueno... Ella... Ella había quedado con su novia, pero no me lo dijo, así que llegaste como enviada del cielo, o tal vez este día también lo habría terminado llorando. Y creo que Sodam se molestó porque no te conoce, no sabe nada de tí, y se supone que sabemos todo de la otra.
- Tampoco sabe que te gusta.
Dije mirando su reacción. Me hubiera gustado que me diga que no le gustaba, que solo era una atracción, pero parecía que había aceptado sus sentimientos, y solo miró entristecida por la ventana.
- Oye, no pasa nada, se ve que te quiere mucho. ¿No has pensado que tal vez haya la posibilidad de que también le gustes?
Dije haciendo que me mire sorprendida. La verdad para mí no era una teoría alocada, pues había notada algo extraño en el comportamiento de esa chica, algo como el deseo de darme una paliza cuando le sugerí a Solar que vengamos por el helado, y eso no era del todo normal.
- ¿Qué dices? Eso es imposible. Ella tiene novia.
- ¿Y eso qué? Tal vez tiene a su novia para ocultar lo que siente por tí. Es muy jodido que te guste tu mejor amiga.
En cuanto dije eso me arrepentí, pues vi a Solar agachar su rostro otra vez, con un gesto de tristeza dibujado en él.
- Me refiero a que... Tal vez ella no quiere arruinar la amistad, y por eso decidió girar la vista hacia otro sitio. No sé si viste su mirada cuando nos alejábamos, o si notaste su extraño comportamiento. Quiero decir, cuando se trató de tí parecía que no le importaba dejar a su novia a la merced de una desconocida, y ella me dijo que no llevaban mucho de salir, así que más o menos encaja.
Dije explicando mi punto de vista. Solar levantó la cabeza para responder.
- Llevan un día de novias, y se conocen tres, pero aún así no creo que Sodam sienta eso por mí. Siempre es así de dulce y preocupada... Aunque... Admito que sus celos a veces me sorprendían muchísimo.
- Las amigas no sienten celos, Solar...
Señalé lo obvio y luego continué.
- Tampoco se consiguen novias después de tan poco tiempo de conocerlas. Por dios, es obvio que siente algo por tí, pero también es obvio que no quiere perderte.
- Yo no quiero perderla, pensé que mencionarle sobre estos raros sentimientos podía alejarla, y peor aún en esos momentos en los que estábamos tan mal.
Respondió entristecida.
- ¿Y si se lo dices ahora?
- ¿Qué? ¡NO! Lo que hablamos es sólo una teoría, Sodam tiene novia, es mi mejor amiga, y no quiero hacerlo todo más incómodo. Además, en el hipotético caso de que sea cierto, ¿Qué ganaría? Pudo ser que en una época ella también haya estado confundida, pero ahora está con Naeun, y no voy a ser el tipo de chica que arruina una relación prometedora. Todos lo dicen, ella parece una chica agradable.
Respondió decaída. Ay, mi chica nostalgia, ahí estaba esa dulce muchachita que me había deslumbrado. ¿Quería en serio seguir dándole consejos para qué tal vez pueda salir con esta chica que ante mis ojos era obvio que la deseaba? Claro que no, no quería que se aleje de mí tan pronto, sin habernos conocido bien, y menos sin haber probado su boca... ¡No, no! No podía ser egoísta, estaría bien si gano una amiga tan genial como ella, Solar no merecía a una aprovechada, y lo obvio era que Sodam la quería de verdad, no como yo, que me había maravillado con ella, pero no podía prometerle nada.
- Como yo lo veo, estar con la persona que quieres es una ganancia suficiente, y en eso del amor alguien siempre sale perdiendo, no sería tu culpa, más bien, es un error de tu amiga estar con esa chica si no la quiere. Solar, te dije una vez que la vida es demasiado corta porque lo es, así que no vale la pena que sufras pensando en lo que quieren los demás. Si quieres un consejo, el mío es que te arriesgues.
Respondí casi mordiéndome la lengua, porque moría por decirle que se olvide de eso y la pasé bien conmigo, pero esa sería una solución temporal, y yo acabaría haciéndole daño, así que intentaba ser tan dulce y desinteresada como ella.
- No sé cómo arriesgarme, y por alguna razón no puedo convencerme de que pueda gustarle de ese modo, ni que sea capaz de separarla del lado de su novia.
Dijo con un dejo de frustración en su voz.
- Solar, eso es porque sigues pensando en ellas, no lo hagas, piensa en tí y en lo que sientes. En lo poco que te conozco veo lo sincera y transparente que eres, ¿Por qué no ser valiente ahora? Podrías arrepentirte mucho más después.
Por otra parte, ¿Segura que no has notado el modo en el que te ve? Quiero decir, estuve ahí cinco minutos y ella me fusiló con la mirada durante seis.
- Creo que no estoy segura de nada. A veces Sodam actuaba como si... Como si fuésemos algo más, pero yo siempre creí que eran mis sentimientos confusos los que me hacían percibirlo así. De hecho, siempre tuvo choques fuertes con Eric, cosas que me confundían de más, pero nunca me lo cuestioné.
- ¿Quién es Eric?
Dije ignorando todo lo demás.
- Bueno, Eric es un tonto, siempre lo supe, pero él era mi flotador en el naufragio de todo lo que llevaba dentro. Me atraía, era guapo y popular, pero finalmente se quitó todas las máscaras y terminó casi abusando de mí en la fiesta. Te lo dije, ¿Recuerdas?
- Recuérdame molerlo a golpes cuando lo vea.
Respondí sintiendo una rabia enorme en mi interior. Ni conocía al maldito y ya quería reventarle la cabeza.
- Entonces él y tu amiga siempre peleaban por tu atención, ¿No?
Continué. Solar lo pensó un poco.
- No sé si por mi atención, pero ella lo odiaba, y odiaba que yo esté con él. Últimamente los problemas se daban por eso, porque Eric quería mas, y yo ya no podía seguir fingiendo que podía dárselo, así que Sodam se molestaba porque no lo mandaba a volar pese a sus insistencias.
- ¿Eso es normal para tí? Digo, ¿Qué pensarías si yo me pusiera celosa del tal Eric?
Dije segura de llegar a un punto, pero Solar pareció incómoda.
- Bueno... Él... No creo que vuelva a verlo o a dirigirle la palabra. Pero en el caso de Sodam, pensé que solo se preocupaba por mí.
Respondió.
- Seguro lo hacía, pero también debe haber algo más tras sus acciones. Parece que los celos activan esa parte que tanto se esfuerza por ocultar.
Dije uniendo todos los puntos lógicos que hallaba en mi cabeza.
- Quiero creerte... Mi corazón quiere hacerlo... Pero... No lo sé, solo, me cuesta pensar que durante todo este tiempo ambas perdimos la oportunidad.
Dijo con la voz quebrada.
- Es que el único problema es que crees que es tarde, y no lo es, ni siquiera un poco. Vamos a ver, Solar, si Sodam te dijera que siente algo por tí ahora mismo, ¿Le dirías que tú también y te darías la oportunidad?
Pregunté curiosa.
- No lo sé... Yo... No creo que pase.
- Imagina que sí.
Dije impaciente.
- Yo... Yo... Sí... Eso creo... Sí.
Dijo sin mirarme. Ignoré la pequeña parte de mí que se sintió triste por eso y respondí.
- Eso es todo lo que importa. ¿Sabes? Me agradas, y no quisiera que sigas siendo la chica nostalgia por siempre. Creo que mereces mucho más. ¿Confías en mí?
- Ahmmm... Eres muy amable... Creo que... Sí.
Dijo insegura y con la mirada aún lejana.
- Genial, genial, ¿Me dejarías ayudarte?
Respondí con una idea en extremo alocada rondándome la cabeza. Solar pareció indecisa y se tomó un largo tiempo.
- Eres... Eres la única que sabe lo que siento... Creo que del mismo modo eres la única que podría ayudarme, pero... No quiero equivocarme.
Respondió aún con pesadez.
- Aunque no lo creas soy bastante buena con este tipo de cosas, y saber que confías en mí es todo lo que me basta. No preguntes ahora porque tengo algunos detalles que afinar antes de explicarte, pero creo que tengo un plan infalible, tan bueno, que ni siquiera tendrás que declarar tus sentimientos, aunque eso sería lo mejor. Créeme, déjame ayudarte y será ella la que vuelva a tí.
Dije tomando su mano mientras veía su rostro tímido y su mirada caer en todas partes menos en mí.
- No quiero herir a nadie, y no quiero herirme.
Respondió con sus ojos empezando a cristalizarse.
- Es por eso que me tienes aquí, porque tampoco quiero que te hieras, ni que nadie más lo haga.
Esto último lo dije sin meditarlo mucho, pero Solar pareció tomarlo como algo positivo, regalándome una de sus bonitas sonrisas, lo cual fue un premio, pues conseguí que no llore.
El viaje a su casa se me hizo demasiado corto, porque quería seguir contando con su adorable compañía, pero estaba atardeciendo, y no quería causarle problemas. La deje en la puerta de su casa y tuve problemas para despedirme, pues sabía que extrañaría su aroma cuando ya no la tuviera ahí.
- Bueno, espero que haya una próxima.
Dije fingiendo ser la tipa cool que siempre era.
- Gracias, como siempre fue... Sanador.
Respondió con una pequeña sonrisa.
- Es un placer, en serio.
Respondí mirándola despacio, ella pareció avergonzada, así que continué hablando para romper la tensión.
- Recuerda que tú y yo tenemos un plan.
- Seguiré pensando mucho en eso, créeme.
Dijo soltando un suspiro. Antes de que cualquier razonamiento me impidiera hacer lo que quería, me acerqué a ella y dejé un pequeño beso en su mejilla, el cual interiormente deseaba llevar a más, pero siempre consciente de que no era lo correcto. Cuando me alejé vi a Solar convertida en un tomate, con los ojos abiertos a tope, y sin poder hablar.
Sonreí ante su ternura y me puse el casco para luego decirle:
- Te veo pronto, Solar.
Arranqué con un sentimiento de tranquilidad en el corazón y sabía exactamente a quien se debía. Me alegraba saber que ahora era parte de su mundo, y en serio solo quería que ella esté feliz siempre, pues eso significaba que tendría esa sonrisa bonita frente a mí. Cuando llegué al primer semáforo caí en cuenta de que las cosas con ella habían sido bastante extrañas, pero no sentía el límite ni la disposición para cortarlas, después de todo, podía detenerme si se me salía de las manos, ¿No?
No iba a enamorarme, eso lo tenía jurado, era prácticamente imposible, pero si tuviera que elegir a alguien, solo hipotéticamente, como un caso improbable, solo si fuera algo obligatorio, no tenía dudas, estaría loca e irrevocablemente enamorada de Kim Yongsun.

They... (Soldam/Moonsun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora