*Pov Solar*
No tengo idea de cuánto tiempo pasé recluida en ese baño, pero cuando sentí que no tenía más lágrimas para llorar por todo lo que se me había juntado, y después de limpiarme el maquillaje que se me había corrido, decidí que era momento de salir y largarme a casa, aunque no tenía idea de cómo, o con quién, pues Sodam estaba pasando el rato con su amiguita, y el imbécil de Eric debía estar bebiendo aún más, bueno, eso si se había despertado del golpazo que le di.
Sin casi notarlo, me encontraba de vuelta en la zona de la piscina, con la idea de pedirle a Hwasa que me llame un taxi de confianza, o que me permita quedarme esa noche allí, arriesgándome a la vergüenza de apenas conocernos, a las incómodas preguntas que me haría sobre Sodam, pues se suponía que yo era su compañera en aquella fiesta, y sobre todo, a que mis padres perdieran toda confianza sobre mí.
Me acerqué despacio, pero me di cuenta de que ni Hwasa ni WheeIn estaban en la piscina, así que solo suspiré derrotada, ¿Qué se supone que haría ahora?
- Así que las cosas no fueron bien...
Dijo una voz detrás de mí. Cuando giré, miré a la atlética bartender que me había regalado un trago antes, luciendo una de sus típicas sonrisas. No dije nada, ¿Qué podía decir? Seguro me veía horrible, como un ciervo ante las luces de un auto en movimiento, o tal vez como uno al que acaban de arrollar.
- Me alegra que hayas vuelto, ¿Qué te sirvo?
Preguntó Moonstar mientras se dirigía a la barra ignorando mis pensamientos.
- ¿Sabes dónde está Hwasa?
Pregunté de vuelta, sin responderle.
- Hwasa... Hwasa... La niña del cumpleaños debe estar disfrutando del mejor de sus regalos.
Dijo soltando una pequeña risa pícara. Otra vez me quedé en silencio, pero la seguí hasta sentarme en una de las mesas, porque hasta ahora, ella era la única persona que no me había hecho sentir una mierda.
- Entonces... ¿Qué te sirvo?
Dijo Moonstar mientras se acercaba. Debo admitir que aunque su sonrisa era distinta, me recordaba al modo en el que Sodam nunca quitaba ese gesto de su cara.
- No creo que deba.
Respondí agachando la mirada. Ella pareció decepcionada.
- Yo creo que debes, y también creo que lo necesitas. No quiero sonar como esa persona que intenta emborrachar al resto para aprovecharse o algo así, pero valoro estos momentos en los que la gente no se abarrota en mi barra ordenando bebidas, y valoro también tener un poco de tiempo para tomarme una copa mientras disfruto de la fiesta al menos por un rato, hasta que los invitados quieran más. No me gusta sentir que alguien está deprimido, y no me gusta saber que pude hacer algo y no lo hice. Ahora, estaría bien si me acompañas, creo que nos distraería a las dos, y también puedes contarme lo que te molesta... Dicen que soy buena consejera, ¿Quieres ponerme a prueba?
En ese momento no tenía idea de cómo responder; me sorprendía de sobremanera la forma en que Moonstar se expresaba, la forma tan confiada en que se movía, sus gestos, sus ojos fijos, su sonrisa ladeada y coqueta. ¿Era real? Porque sentía que en algún descuido pude caerme a la piscina, y debido a la falta de oxígeno, soñar con esta guapa mujer que sería la representación humana de mi conciencia. Mentiría si dijera que no quería quedarme ahí con ella, pues ninguna opción parecía mejor: no quería toparme con el baboso de Eric ni por error, y tampoco quería encontrarme a Sodam y a su nueva novia, así que charlar un rato mientras bebía una piña colada hasta que algo pareciera tener sentido, no lucía tan mal.
- Eres buena con las palabras.
Dije lo primero que se me vino a la mente.
- Soy mejor con los tragos, y ya verás cómo te quitan esa carita de infortunio.
Respondió iluminada.
- Vale, vale, pensé que no eras insistente. Me gustaría una piña colada.
Dije entrando en su ambiente gracioso.
- Bueno, no conocí a nadie que me rechazara tantas veces. Estabas hiriendo mi ego.
Dijo al dirigirse a la barra.
Cinco minutos después estaba de vuelta en la mesa con mi cóctel, y en su mano traía también una botella de vino tinto y una copa.
- Entonces... La diosa de la coctelería no toma cocteles.
Dije cuando se sentó y se sirvió una copa de vino.
- Voy a tomar eso como el agradecimiento que no me diste, y, pues, soy una chica clásica.
Dijo bebiéndose la copa.
- Es cierto, que distraída, y mira que debe estar buenísima.
Respondí al beber también. Para su orgullo, fue un bocado bastante largo, porque no me equivoqué, estaba más allá de bueno. O esta chica tenía talento, o mi corazón roto necesitaba el alcohol para seguir bombeando adecuadamente. Moonstar me miró divertida antes de añadir:
- Eso es todo, ya eres mi fan.
Casi escupí el bocado que había tomado, pero había que admitirlo, además de ser excelente con los tragos, era graciosa, y sabía que intentaba distraerme un poco, porque estaba segura de que mi cara era de lástima.
- Gracias, Moonstar.
Dije sonriendo de vuelta, aunque no le dije que no solo le agradecía la bebida.
- Por nada. Puedes llamarme solo Moon, si gustas.
Dijo mirándome.
- ¿Y si te llamo solo Star?
Bromeé un poco.
- Bueno, técnicamente mi nombre es Moonbyul, así que puedes llamarme como gustes, la cuestión es que me llames.
Agregó bromeando también.
- Vaya... Todo este tiempo pensé que era solo un nombre artístico, o algo así.
- Nope, mis padres sabían que en un futuro sería una mujer brillante.
Después de que dijo esto, ambas reímos y bebimos de nuestros vasos, e inmediatamente sentí vergüenza, porque no había pasado nada de tiempo y yo ya me había terminado la bebida. ¿Era así de buena, o yo estaba desequilibrada?
- ¿Puedo ponerte un poco de vino?
Dijo Moonbyul poniendo un rostro más serio. En ese momento pesé mis opciones, y tal vez una o dos copas era lo que necesitaba para volver a la realidad. Simplemente empujé el vaso que me había terminado, y ella sirvió un chorro de vino dentro de él.
- Entonces, señorita nostalgia, ¿Quieres hablarme de lo que sucedió?
Dijo mirándome.
No quería contarle, sentía que podía romper en llanto, además, ¿Qué iba a decirle? "Oh, sí, lloraba porque un tipo que me gustaba intentó tocarme sin mi consentimiento, y cuando fui a buscar a mi mejor amiga, la encontré besándose con una chica a la que ni conozco, y eso fue horrible porque creo que desde hace un tiempo siento cosas por ella" Dios, era patética. Tomé de una sola vez el contenido de la copa, y hablé:
- Lo haré, pero me gustaría escuchar una historia tuya antes, para romper el hielo.
Esto lo dije para darme tiempo de inventar algo que ocultara mi vergonzosa verdad.
- ¿De qué tipo?
Dijo sacando su sonrisa coqueta otra vez, volviendo a llenar mi copa.
- Lo que quieras está bien.
Moonbyul no solo era buena preparando cocteles, o animando gente triste, no solo tenía buen sentido del humor y no solo era oscuramente atractiva. Descubrí que era una narradora genial, contándome sobre cómo conoció a WheeIn y Hwasa en una fiesta, y como desde entonces son buenas amigas; sabía cómo cambiar el tono de voz cuando era necesario, y le añadía mucho suspenso a las partes interesantes. Así, después de explicarme que ahorraba todo el dinero que podía, de contarme cómo es que aprendió a preparar cocteles, y de sorpresivamente revelarme que jamás saldría con ningún hombre, ni aunque le pagaran todo el dinero de todos los bancos del mundo, empecé a sentir unas agradables cosquillitas en el cerebro y en el estómago, lo cual relacioné a medias con la botella de vino que habíamos vaciado. Para este momento no me interesaba Eric, ni Sodam, ni el hecho de que mi hora de marcharme había pasado hace un rato. Tampoco me escandalicé cuando Moonbyul me dijo que Hwasa y WheeIn tenían algo que nunca querían aceptar, y pensé en que últimamente había mucha gente queer a mi alrededor, gente increíble y maravillosa, y que tal vez lo que sentía no estaba tan mal. Quería preguntarle a Moonbyul, quería que ella me ayudara en algo que no podía confiarle a nadie más.
Mientras reunía el valor necesario para contarle mi verdad, ella se paró hacia la barra y descorchó otra botella, y yo solo pude reír, agradeciendo que la fiesta se hubiera concentrado adentro en su mayoría, y que nadie hubiese venido a interrumpir.
- Tú turno.
Dijo Moonbyul llenando mi copa.
- No puedo superar lo de Hwasa y WheeIn.
Dije fuera de contexto.
- Sí, bueno, ellas tampoco lo superan, y aunque hasta un ciego podría ver lo que sienten una por la otra, prefieren seguir fingiendo que es cosa del alcohol o del impulso. El día en que dejen de hacerse daño, o serán felices para siempre, o van a olvidarse por completo.
- Eso es triste, ¿Crees que justo ahora estén con otros mientras se piensan?
Dije suspirando y bebiéndome el vino. Moonbyul me miró y soltó una risita al rellenar mi copa.
- No... Justo ahora deben estar en la habitación de Hwasa, en su fiesta privada, que "misteriosamente" se les olvidará mañana.
Respondió haciendo énfasis con sus dedos, a lo que ambas reímos sonoramente. De pronto Moonbyul se puso bastante seria.
- ¿Por qué llorabas antes?
Dijo mirándome fijamente. Dentro de mí, tenía la sensación de que no quería compartir esto con nadie, pero había un ingrediente fuerte en todo esto, que me gritaba qué tal vez no vería a Moonbyul nunca más, y que era mi única oportunidad para desahogarme sin ser juzgada.
suspiré profundo, sintiendo tensión, mareo, y ganas de mirar el fondo de mi copa otra vez. Cuando la bebí toda, le hice una seña a Moonbyul para que la rellenara, y cuando lo hizo, volví a beberme todo de golpe, sintiendo como de repente me llenaba de energía y valor.
- Despacio, vaquera.
Dijo Moonbyul, y no volvió a servirme.
- Valor líquido.
Respondí señalando a mi copa. Ella negó y me sirvió una vez más. Así que la miré, sonreí, y sentí la seguridad de decir todo lo que tenía que sacarme.
- El chico que me gustaba, Eric, se puso realmente violento en el pasillo. Siempre ha sido un poco precipitado, pero nunca se ha portado como un verdadero salvaje. Cuando tú me viste por primera vez, lo había golpeado tan fuerte, que se había quedado tirado en medio del piso. Estaba asustada, buscaba a mi... A mi mejor amiga.
Me detuve a evaluar la cara de Moonbyul, y su semblante estaba serio. Apretaba la mandíbula, y sus ojos ya no eran tan cálidos.
- Debiste decirme, hubiera vuelto, y hubiera freído al imbécil. Odio a los abusadores. ¿Por qué te fijaste en él?
Preguntó. Bebí despacio de mi copa y respondí:
- No lo sé, la verdad es que él se fijó en mi primero, así que sentí que era lo correcto, ya sabes, salir con el tipo guapo y fortachón que te pretende, pero me equivoqué terriblemente.
- Guapo y fortachón... Suena a un oso gris cazando peces.
Bromeó.
- No ofendamos a los osos.
Bromeé de vuelta. Ambas reímos.
- Y... ¿Nunca encontraste a tu amiga?
Listo, el tema que no quería topar, el botón de la bomba había sido presionado.
- Ella...
Tomé mi copa de golpe. Moonbyul solo me observó.
- Ella estaba besándose con una chica que apenas conoce.
- ¡Vaya!
Dijo bebiendo también.
- ¿No lo sabías? Digo, que a ella le gustaban las chicas...
- No, no, claro que lo sabía, ella nunca lo ha escondido, el problema es que...
Moonbyul sirvió despacio otra copa, como si leyera mi mente. Bien, aquí vamos.
- Es que yo no entiendo lo que siento...
Mi lengua tomó vida propia, y supe que a partir de aquí no habría vuelta atrás porque no quería detenerme. Necesitaba que Moonbyul me dijera que no había nada de malo, necesitaba un consejo.
- Ella y yo siempre nos hemos llevado bien, demasiado bien diría yo, tanto que llegamos a conectar en muy poco tiempo. Cuando supe que era gay nada cambió, porque era una persona tan especial, que nada de lo que fuera podría cambiarlo. Nos hicimos inseparables, pero cuando empecé a salir con Eric todo pareció ir en picada, porque obviamente él no era el mejor pretendiente, y eso hacía que Sodam se moleste. A veces dejaba de hablarme sin que yo supiera por qué, pero siempre llegaba a la conclusión de que Eric tenía algo que ver. Con el tiempo, empecé a notar cambios en ella, situaciones incómodas en las que siempre me evitaba, o no era ella misma, lo cual se hacía evidente, y me dolía.
Últimamente yo... Yo... Yo he sentido que hay algo dentro de mí que no soporta tenerla lejos, que desea estar entre sus brazos todo el tiempo, que desea escuchar su voz y sus cumplidos a todas horas, que desea... Que desea mucho de lo que se supone que no debería desear. No quiero sentir esto, Moonbyul, porque no quiero que me digan que está mal sentirlo, y porque no quiero que piensen que soy... Lo que sea, el punto es que yo no soy así, ¿Sabes? No está mal, no juzgo a nadie, pero yo... Yo no creo que esta sea yo.
Cuando la vi besando a esa chica, sentí celos, lo admito, celos profundos, y no tengo idea de lo que eso significa, o si la tengo, no quiero aceptarlo, porque eso sería... Sería como romper todo en lo que he creído, para sembrar estas nuevas sensaciones crecientes, y estoy jodidamente asustada, porque las rechazo, porque no sé qué más hacer para dejar de sentir todo esto.
Cuando terminé, noté que estaba llorando otra vez, y Moonbyul se acercó a mí, envolviéndome en un abrazo cálido. Lloré en sus brazos por un rato, y me sentí calmada inhalando su perfume, fuerte y a la vez dulce, como ella. Se separó de mí y limpió las lágrimas de mis mejillas, mirándome a los ojos.
- Oye... Si tu no quieres ser nada, no necesitas serlo, ¿Sabes?
El miedo es normal, no dejes que te cambie, ni que te haga cambiar lo que tienes en el corazón. Entiendo que lo que ahora experimentas sea caótico e inesperado, pero si te das el tiempo de reflexionar, y saber que sigues siendo especial, te guste quién te guste, y sientas lo que sientas, verás que la vida es solo un parpadeo como para callar lo que en realidad queremos gritar.
Te prometo que en unos meses vas a reírte de esto, porque las tormentas no son para siempre, pero el sol tampoco, así que hay que aprovecharlo mientras caliente; creo que hace muchísimo tiempo, cuando era un adolescente insegura, sentí algo parecido a lo que sientes ahora, pero te prometo que tú sola encontrarás las llaves, y cuando lo hagas, sabrás que el castigarse no sirve de nada, y que nuestras pasiones son sabias. Así que, chica nostalgia, no sé si te lo han dicho, pero tienes una risa que deberían escuchar todos para sentirse mejor, no dejes que un imbécil borracho o una mejor amiga indecisa te la robe... pero más importante, no te la borres tú y se valiente, que luchar por lo que somos y creemos vale la pena.
Moonbyul me abrazó una vez más, y seguí llorando en su hombro hasta que mi teléfono empezó a sonar, iluminándose el nombre de mi padre en la pantalla. Me sobresalté, y Moonbyul me observó por un momento, viendo como la llamada se iba directo al buzón.
- Van a matar a Cenicienta.
Dijo sonriendo.
- Seguramente me conviertan en Rapunzel cuando llegue a casa.
Dije preocupada.
- ¿Dónde vives, chica nostalgia?
- ¿Me vas a llamar por mi nombre? Soy Yongsun, o Solar, o como quieras, solo deja de decirme "chica nostalgia"
Respondí rodando mis ojos.
- Bueno, has llorado tres veces frente a mí hoy, así que estoy en mi derecho.
Dijo, riendo, para después continuar:
- Creo que ya hice lo mío aquí, y quisiera despertarme temprano mañana, así que pensaba en convertirme por un momento en tu carroza.
¿Moonbyul quería llevarme a casa?
- No es necesario, no te preocupes, no quiero molestarte, yo...
- No es molestia, de hecho, será genial tener algo de companía mientras salgo de aquí, además, no creerás que mi ética profesional va a dejar que te vayas con alguien que apenas conozcas.
Respondió interrumpiéndome.
- Vale, ética profesional, a tí acabo de conocerte apenas.
Respondí sonriente. Era increíble como una persona podía ser tan amable, relajada y encantadora sin intentarlo.
- Sí, pero ya sabes de mi vida y yo de la tuya, si algo sucede, te cedo los derechos de las historias para una novela de aventuras, incluyendo la parte de WheeIn y su majestad.
Ambas reímos a carcajadas, y esa fue la única confirmación que Moonbyul necesitó. Delicadamente tomó de mi mano para que pudiera pasar entre todas las personas de la fiesta, aunque yo ni siquiera notaba quiénes eran, incluso si los conocía. Salimos al parking, dónde Moonbyul pidió su vehículo, que resultó ser una elegante motocicleta clásica, al igual que ella.
No voy a mentir diciendo que no me sorprendió, porque la verdad es que me estaba muriendo del miedo por subirme; no recordaba la última vez que estuve en una motocicleta, pero seguro había gritado mucho.
- ¿Te asusta?
Dijo al pasarme un casco que me coloqué enseguida.
- Claro que no.
Respondí dispuesta a no quedar como una niñita miedosa.
- Bien, solo recuerda sujetarte fuerte. Puedes usar esto para cubrir tus piernas.
Respondió sonriendo mientras se quitaba la leva de su traje para pasármela.
Moonbyul era muy gentil, e impresionantemente atractiva, y podía ser el alcohol, pero no dudé mucho en subir con ella, sintiendo su calidez al rodearla con los brazos, a lo que ella reaccionó juntando mis manos aún más apretadas contra su torso; era sorprendente como ella lograba que me sintiera segura, aún cuando éramos desconocidas prácticamente, y también lo era el hecho de que yo, Kim Yongsun, chica campeona en temerle a todo, estaba totalmente cómoda viajando a una gran velocidad, en motocicleta, con una extraña, apoyando mi cabeza en su hombro.
No había admirado lo bonita que se veía la ciudad desde este ángulo, pero aprecié poder vivir otro momento de calma entre la tormenta. Sabía que mis padres iban a matarme, pero justo ahora no me interesaba, solo deseaba que el viaje fuese un poco más largo, para seguir sintiendo la brisa contra mí rostro, y para conservar esa calidez que me hacía cosquillas cada vez que sentía el abdomen fuerte de Moonbyul chocando contra mis palmas.
Cuando llegué a casa y ella apagó el motor para después quitarse el caso, sentí la sensación triste que se planta en las despedidas largas, y cuando volteó a mirarme, también parecía sentir lo mismo.
- Muchas gracias, Moonbyul, te debo tanto que no sé por qué agradecerte.
Dije quitándome el casco.
- Veo que te agradó mi bebé. ¿Eso significa que merezco un premio?
Dijo meneando las cejas para después reír y palmear el asiento de la motocicleta.
- Bueno, la moto sí que merece un premio, y respecto a tí... Ya lo veremos, por ahora pórtate bien.
Respondí siguiendo el juego.
- Oh, lo haré, siempre y cuando tú prometas no llorar tanto otra vez.
- No prometo nada.
Respondí sonriendo. Nos miramos en silencio por un rato, hasta que una nueva llamada me sobresaltó. Bloqueé el teléfono y Moonbyul me ayudó a bajar.
- Adiós, luna.
Dije agitando la mano, pero cuando estaba a punto de entrar, la bocina hizo que volteara a ver a Moonbyul, que ahora estaba rodeando la moto. A pasos rápidos se acercó a mi puerta, luciendo algo nerviosa al pasarse la mano por el cabello un par de veces.
- Yo... Ahm... Creí que sería bueno mantenernos en contacto. Ya sabes, por si... Por si en algún momento te apetece hablar o desahogarte.
Dijo algo rápido. Agradecí mentalmente su gran idea, pues no quería que sea solamente la heroína anónima de mi noche. Estiré mi mano para que me pase su teléfono, y guardé mi número como "niña nostalgia", lo cual ocasionó una risita de su parte.
- Te llamaré.
Dijo mientras se alejaba sonriente.
- Espero que lo hagas.
Respondí mirando como se alejaba a toda velocidad en ese monstruo de metal, y antes de entrar a enfrentar la ira y los castigos de mis padres, miré como desaparecía la evidencia de la noche loca que había vivido. Estaba muy cansada, mental y físicamente, sentía algo de mareo ocasionado por tanto llanto mezclado con vino tinto. Esa fiesta me había quebrado la cabeza, y me había pintado una realidad en la que nada sería lo mismo con Eric y con Sodam, pues había aceptado a medias lo que tanto tiempo me estuve negando. A pesar del shock y las revelaciones, sabía que los consejos y las distracciones de esa noche habían dejado una huella significativa en mí, y que si bien la fiesta me había clavado un par de ganchos al hígado, también me había regalado uno de los momentos más sinceros y reales de mi vida, y que la magia que había rodeado esos momentos, tenía nombre y apellido.
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They... (Soldam/Moonsun)
FanfictionKim Yongsun está descubriendo quién es y lo que realmente quiere en la vida. Es feliz, pero los terremotos emocionales, personales y pasionales van a darle la vuelta a su mundo. El amor todo lo puede, y está llamando a su puerta, pero si golpea var...