This party is not a party II

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*POV Sodam*

Estaba tan eclipsada por el momento maravilloso en el que me había sumergido, que no noté cuando el imbécil de Eric se acercó a nosotras, y al mirar que Solar no hizo ningún movimiento, ni reaccionó a las estúpidas palabras de "su chico", decidí levantarme antes de que las cosas se pusieran incómodas, y antes de que la tregua de paz que habíamos conseguido se vaya por la borda.
Caminé lo más lejos que pude por entre los pasillos, con unas ganas infernales de sacarme con alcohol los celos que me consumían, y grabarme en lugar de eso, la realidad obvia de que ella no me pertenecía, por muy dulce que fuera, y por más "señales" que recibiera de su parte.
Encontré una barra montada en medio de un salón, me acerqué y pedí el trago más fuerte que tuviesen, y después de al menos tres rondas, no sentía el dolor desvanecerse, más bien sentía el impulso ridículo de ir a gritarle a Eric que esa chica hermosa que él no merecía, era también la chica de mis sueños... Pero no lo haría, tal vez me quedaría a beber hasta tener la confianza de pedirle a uno de mis conocidos que sea nuestro conductor designado, pues irresponsablemente había bebido de más sin planearlo, consciente de que tenía que cuidar a Solar, y de que había traído el auto de papá conmigo. Era una chica que tenía el corazón roto, y un sentido horrible de la responsabilidad.
Mientras pensaba en la terrible persona que estaba siendo esa noche, y mientras recordaba que prometí devolver a Solar antes de las 12, como siempre, me preguntaba si podía usar la excusa de que mis sentimientos me estaban transformando en alguien que no era, porque nunca hice algo tan impulsivo, pero todas las respuestas me decían que no, que era una excusa simplona, y que lo mejor sería alejarme, volver a buscar a Solar, y ver si estaba bien con el tonto de Eric.
Caminé tambaleante de vuelta, con intenciones de encontrarla, pero ya no estaba en el sofá, así que me dirigí como pude a la parte exterior, y justo cuando cruzaba una de las entradas principales, un abrazo me rodeó, seguido de un saludo que no pude escuchar bien por la música que retumbaba. Enfoqué mi vista, y ahí estaba Naeun, la chica que parecía aparecer siempre que lo necesitaba; estaba preciosa, con un el vestido rojo que se había probado en la tarde, y sus amigas detrás nos veían encantadas, formando pequeños saludos con sus manos. Mi cara debió pintarse de rojo cuando noté que me había quedado mirándola fijamente, así que decidí hablar:
- H..ho...La
Dije no muy segura, temiendo que el alcohol me hiciera sonar graciosa o estúpida.
- Sodaaaaaam... Veo que ya te ambientaste. Es bueno verte.
Respondió Naeun, mientras sus amigas solo avanzaban sonrientes hacia el interior, dejándonos paradas en ese sitio.
- Es... ES... Verte bueno TAmbiÉn.
Dije rápidamente sin pensarlo, por lo que ambas empezamos a reír sin fin.
- Yo... He bebido un poco.
Aseguré lentamente, para no trabarme ni decir algo sin sentido.
- Un poco, casi nada, ya veo.
Dijo Naeun, graciosa. Entonces una idea brillante llegó a mí cabeza: Naeun vivía muy cerca, un par de calles antes de llegar a casa, por lo que ella podía llevarnos hasta allí, y Solar podría hacerse cargo después, aún cuando era una muy mala conductora, esta vez sería lo mejor. O quizás Naeun podía llevarnos hasta casa, para que después papá la devolviera a la suya. ¿Se molestaría papá si llegara en este estado? La última vez él...
- Tierra a Sodam...
La voz suave de Naeun interrumpió mis pensamientos.
- Lo SSsientoooo. Es solo que quería Pp...preguntarte si tú manejas cosas... Ya sabes... Que transportan.
Respondí intentando ser natural. Bastante avergonzada estaba ya.
Naeun solo sonrió y me tomó la mano.
- Seguro hay un balcón en esta mansión.
Dijo mientras avanzábamos entre la gente.
Subimos las escaleras, esquivando a muchísimos grupos de chicos ebrios que se comían entre sí, que fumaban o se metían cualquier cosa, que se caían de ebrios, y un montón más de actos dignos de un circo. Cuando llegamos a uno de los balcones, sentí que el frío me golpeaba el rostro, y pude ver que desde allí podía verse el bonito cielo nocturno.
Mi teléfono vibro, y el nombre que quería evitar a toda costa se iluminó en mi pantalla, mostrando la vista previa de un mensaje largo que decía "¿Dónde estás, he estado busc..."
Ni siquiera lo abrí, solo tecleé rápido algo que hiciera que no se preocupe: "balcón"
- Pensé que necesitabas un poquito de aire.
Dijo Naeun mirándome curiosa.
- Tal vez, sí...
Respondí nostálgica al recordar la razón por la que me había salido de control, y de pronto sentí que el alcohol no estaba siendo suficiente placebo para lo que tenía atorado en el pecho.
- ¿Estás bien?
Dijo Naeun acercándose, notando seguramente que mis ojos empezaban a aguarse.
- Yo... Solo... Me duele mM...Ucho sen.. SEntir y saber que no soy suficiente.
Respondí casi incapaz de frenar esas palabras que sabía que no me admitía. Naeun me miró con sorpresa, pero solo seguí hablando sin poder detener la idea que punzaba mi cráneo, implorando salir.
- Creo que a veces no somos lo que otros... Lo QUe ellos... quieren, y eso duele... Duele, Dduele aceptarlo, y entonces me digo: Si fueras diferente no te harías tanto daño, y si fueras inteLI...gente, tus diferencias no te lastimarían. ¿Sabes? Es un A..asco sentir que de un momento a otro cambias quien eres solo porque hay algo que te falta, pero que no te pertenece, y lo... Lo peor es que sé que no puedo compararme con nadie, porque siempre voy a ser quien piE...Pierda.
Luego de todo eso, de un discurso extraño de una persona medio ebria y totalmente dolida, esperaba que Naeun dijera que necesitaba un psicólogo, pero en lugar de eso se acercó a mí y quitó las lágrimas que se escurrían por mis mejillas.
- Oye, Sodam... Yo... Yo no te conozco tanto como me gustaría, y la verdad es que no tengo idea de cómo aconsejar a alguien, pero en el poco tiempo que he tenido la dicha de compartir contigo, y de mirarte ser quien eres, he descubierto que tienes una luz especial, y creo que estarías quitándole al mundo un detalle bonito si dejaras que alguien te la apague.
No siempre vamos a encajar en todas partes, pero creo que el secreto está en buscar el sitio único al que pertenecemos, y no en intentar compactar en lugares comunes. Yo... Yo... A veces... Cuando te veo sonriendo... Yo... Yo creo que eres perfecta, y más allá de suficiente, eres demasiado.
Al terminar de decir esas palabras que tocaron mis fibras e hicieron que mi corazón se sobresalte, Naeun, con las mejillas casi en fuego por el sonrojo, me abrazó muy fuerte, y tal como me pedían mis instintos, yo le devolví el abrazo, pero cuando quise separarme, miré directo a sus ojos, y sentí una calma tan poderosa arrastrándose por lo que antes era una tormenta dentro de mí, que mi rostro empezó a acercarse al suyo casi como un imán llamado por su polo opuesto, y sabía que podía ser el alcohol, o el dolor que me estaba desequilibrando, pero en ese momento lo único que deseaba era descubrir el sabor de ese lápiz labial rojo que utilizaba.
Lentamente seguí con mi misión, y cuando estaba a escasos centímetros de sus labios, volví a mirarla, para saber si esto estaba bien, si ella comprendía que necesitaba un beso para sacarme esa pena que cargaba esa noche, y su respuesta llegó cuando la vi cerrar los ojos, así que sin esperar más, cerré la distancia y rocé sus labios casi como una caricia. Temblé y la sentí temblar cuando acaricié su boca, pidiendo un beso más profundo, que pronto se convirtió en uno de esos besos románticos pero apasionados, en los que no puedes, ni quieres alejarte, porque el sabor de los labios contrarios es adictivo.
El aire empezó a faltarnos, así que suavemente me separé, dejando algunos besitos delicados. Nos miramos por un momento, sin entender bien lo que sucedía, y solo pudimos reír, antes de abrazarnos nuevamente.
Mientras tenía a esta chica tan sanadora contra mi pecho, sentía que las cosas tristes y depresivas en las que pensaba, no existían más, y mentiría si dijera que no quería besarla de nuevo, porque eso había sido revelador de muchas maneras, pero también mentiría si dijera que todo estaba perfecto, porque dentro de mí, aunque tratase de suprimirlo, y aunque hubiese vivido un momento especial, también tenía la sensación constante de que algo estaba haciendo mal.

They... (Soldam/Moonsun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora