Despertó... en una celda. Una celda subterránea y oscura. ¿No lo había logrado?
Los latidos de Sofia se aceleraron como nunca antes a la vez que el terror la invadía de nuevo. No podía enfrentarse de nuevo a la oscuridad. No podía seguir siendo una mascota. No podía soportar que Zeke si quiera la mirara una vez más.
— No, no, no, no —repitió mientras un rio de lágrimas se deslizaba por sus mejillas y su respiración se dificultaba por el miedo que sentía. No sabía si podría regresar a esa apatía que la mantuvo viva desde su primer encuentro con Zeke.
La puerta se abrió de repente mientras un par de voces susurraban y Sofia solo pudo morderse los labios hasta que estos comenzaron a sangrar violentamente.
— ¡Sofia! —gritó alguien, pero ella se veía incapaz de pensar—. ¡Soy yo! ¡Soy yo!
— ¿Tenemos tranquilizantes?
— Hay vino. Tal vez...
Cuando alguien se acercó a sujetarla fue cuando comenzó a gritar de terror. Y no paro hasta que alguien sujeto una botella en su boca y la obligó a beber. Poco a poco, Sofia se fue tranquilizando, aunque el efecto pasaba rápido. Aun así, en aquellos momentos en que su cuerpo se relajaba, reconoció el rostro preocupado de Hange.
— No me dejes otra vez en la oscuridad, Hange —rogó con la voz temblorosa—. No podré soportarlo todo de nuevo.
Como nunca, los ojos de Hange se llenaron de lágrimas a la vez que asentía y palmeaba ligeramente su cabeza pues seguramente había notado la rección de Sofia cuando la tocaban. Hange siempre notaba las cosas más rápido que los demás.
Su amiga la sacó de la celda y la llevo a una habitación privada de aquel lugar donde le dio un baño. Sofia seguía sin asumir lo que estaba pasando mientras escuchaba a Hange parlotear sobre titanes.
— Titanes... —soltó Sofia cuando Hange hablaba sobre cómo había comprobado el peso de los titanes—. Erwin. ¿Erwin está bien?
— Si. Está vivo gracias al torniquete que le hiciste, aunque aún no ha despertado —los ojos de Hange se suavizaron mientras una profunda preocupación invadía sus ojos.
— Bien —si bien ya estaba más tranquila, esa sensación urgente de querer salvar a Erwin seguía presente—. Y... ¿Eren? ¿Eren Jaeger? ¿Era Eren Jaeger?
La expresión de Hange cambio ligeramente a la vez que se alejaba para agarrar una toalla.
— Es un soldado del escuadrón de Levi —contesto Hange—. Está bien. Nos ayudó a salir de allí.
Levi.
Solo pensar en él hizo que se sintiera mareada. Seguía vivo. Y Eren estaba en su escuadrón. Estaba cerca. Tal vez podría verlo. Solo necesitaba eso, pues no podía asegurar que él sintiera lo mismo que ella. Y tampoco estaba segura si siquiera Levi podría amarla si supiera todo por lo que atravesó o tuvo que hacer.
— Así que al final si se unió a la Legión —Sofia salió de la tina y se envolvió con la toalla—. Desde solo un bebé solía ser así. Si se propone algo, tratara de conseguirlo como sea.
Hange le prestó algo de ropa, demasiado grande para Sofia, pero se sentía bien ponerse algo que no fuera... ¿Cómo iba vestida antes?
Con algo de miedo recorriendo su cuerpo, Sofia se acercó a un espejo y observo su reflejo por primera vez en años.
Se veía mucho más pálida, aunque su aspecto no había cambiado. ¿Cómo su interior había cambiado tanto, pero su cuerpo no?
Sus ojos se veían más adultos, pero su rostro no, aunque tenía una cicatriz que cruzaba una de sus cejas y otra sus labios, que ya habían sanado. Tenía una cicatriz en su cuello y otras en las muñecas por los grilletes que uso tanto tiempo. Su piel era lisa y casi suave, como si no hubiera atravesado un infierno. Ya casi no quedaban marcas de su tiempo en la oscuridad.
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Alas de la Libertad
FanfictionUna versión de Shingeki no Kyojin con un personaje extra 💕. Soy pésima para las sinopsis, pero denle una oportunidad 🥺 La mayoría de los personajes y la historia pertenecen al gran Hajime Isayama. LevixOC