Capítulo XXV

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No solo eran los terrores nocturnos y el irrefrenable miedo a la oscuridad, también era la incapacidad de Sofia de atravesar el día de pie. Abel mencionó algo sobre "la mona", pues ella había explicado que, durante su tiempo lejos, le daban diferentes medicamentos para que pueda conciliar el sueño.

A las horas de los terrores nocturnos llegaron los vómitos, que durarían durante un par de días. Si que se había sentido algo enferma durante el día, pero nada como aquello. Incluso Hange la había emborrachado para tranquilizarla.

Sofia tenía una alta resistencia al dolor, por lo que atravesó lo peor en un par de días y pronto se encontraba conviviendo con el resto del escuadrón, que parecían temerle, aunque sea un poco.

— Lo primero que hará Levi —Sofia les advirtió una mañana. Era la primera vez que hablaba desde el primer día—, será revisar el polvo debajo de las mesas.

Los niños, que desayunaban discutiendo entre ellos, no pudieron esconder su sorpresa a tiempo.

— ¡Se los dije! —gritó Eren a la vez que Jean le lanzaba un par de migas.

— ¿Conoces bien al Capitán Levi, Sofia? —preguntó Historia con una sonrisa mientras el resto la observaba con evidente curiosidad.

Entonces, ellos no tenían ni idea de ella y Levi, ni siquiera Eren, quien era el que llevaba más tiempo en el escuadrón. Algo le dijo a Sofia que su recuerdo era demasiado doloroso para Levi. Tal vez por eso nadie hablaba de ella. Ya no.

— Solía conocerle bien —respondió Sofia, con sinceridad—. Jugué un papel en su reclutamiento.

— Petra —los ojos de Sofia se llenaron de lágrimas cuando Eren mencionó el nombre de su ex subordinada—, una vez mencionó que el Capitán era un criminal buscado antes de entrar a la Legión.

—¡¿QUÉ?! —gritaron todos, especialmente Sasha, que tenía la boca llena.

— Es cierto —afirmó Sofia, sonriendo sinceramente. Le gustaba hablar de Levi—. De hecho, él y su pandilla robaron mi equipo y el de un par de amigos. Era algo así como héroe en el subterráneo, pues ayudaba a mantener el orden.

— ¿Ese no era el trabajo de la Policía Militar? —preguntó Jean, curioso.

— La Policía Militar no sirve para nada —Sofia se encogió de hombros mientras hablaba—. Y antes de la caída de María eran más inútiles, si cabe. Levi robaba a grandes mercaderes y repartía el dinero o los recursos entre varios jóvenes pobres. Incrementó muchísimo su actividad con los equipos robados, así que la Policía nos pidió ayuda para capturarlos.

— ¿Cómo aprendieron ellos a usar el equipo?

— Es Levi —Sofia sonrió—. Tiene talento nato. Casi me rompe una costilla cuando lo capturamos. Mike y Erwin lo sometieron, pero estoy segura de que solo porque atraparon antes a sus secuaces. Sabía que la única manera de someterlo era a través de sus amigos. Es un gran Capitán, tienen muchísima suerte.

— Salvó mi vida y la de Eren cuando luchamos con el Titán Hembra —soltó Mikasa mientras peinaba el cabello de Sofia—. Ella acababa de matar a su escuadrón, pero dejó todo aquello a un lado y se enfocó en el objetivo. Le debo una.

— ¿Será como Shadis? —preguntó Sasha con una mirada asustada. Al parecer su entrenamiento había resultado traumático.

— Es un fenómeno de la limpieza, así que nos convendría ponernos a limpiar —interrumpió Abel, metiendo algo de leña.

Todos obedecieron, hasta Sofia, que comenzó a preparar la comida para ese día, mientras Sasha la observaba curiosa y Mikasa la peinaba.

Y en eso estaba cuando escucho unos cuantos caballos a la distancia, con uno acelerando más de lo que debería.

Alas de la LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora