Capítulo 7

196 27 2
                                        


Ha pasado una semana desde que comenzamos a dormir juntos. Cada mañana es alegre despertando con Jean Paul a mi lado. Él siempre me da un beso de buenos días y me dice lo mucho que me ama. He decidido hacerle una cena especial, claro que esta vez le avisé con antelación para evitar otro desmayo.

Una vez que cae la noche, invitó a Jean Paul a cenar. He preparado el ambiente con un toque romántico. Puse velas y música romántica. Esta vez cociné algo a lo que estaba acostumbrado, pues no quería desmayarme. Jean Paul se río entendiendo porque prepare esos platillos. Dimos inicio con la cena.

—Dime Jean Paul, si pudieras cambiar algo de mí, ¿Qué sería? — le pregunté viéndolo tiernamente.

—Creo que sería el que dejaras de ser distraído— me responde mientras sostiene un tenedor en mano.

—Es verdad, suelo distraerme fácilmente.

—También tiendes a ser algo ingenuo. Sueles dejarte engañar fácilmente.

—Al menos eso me ha llevado hacia ti— le respondo con una sonrisa.

—Sabes Antonio, cuando me evitabas, pensaba que ya era un fastidio— me dijo algo deprimente.

—¿Por qué te consideraría un fastidio?

Él se tardó en responder. Parecía pensarle demasiado para luego finalmente responderme.

—Era un adolescente cuando me enamore de un chico. Fue a los 16 años que comprendí que me gustaban los hombres— su respuesta comenzaba a incomodarme.

—¿Ya te gustaba alguien más? — le pregunte de una forma estúpida.

—Me gustaba alguien, de hecho, nos hicimos pareja al poco tiempo de habernos conocido.

Escuchar eso me partió el corazón. Entiendo que no siempre se puede ser el primer amor, pero yo lo creía así, ya que para mí Jean Paul fue mi primer amor.

—¿Cómo era él? — le pregunte muy nervioso.

—Él era el más popular de la escuela. Aparte de sus músculos, me gustaba que fuera más alto que yo.

—¿Ósea que no te gusta mi estatura? — le pregunte algo decepcionado.

—No es que no me guste, simplemente se me hace tierno tener a alguien más alto que yo— me dice sin verme a mi cara.

—Como sea, ¿Qué pasó entre ustedes?

—Todo parecía ir bien hasta que él quiso subir el nivel. Estábamos en mi casa besándonos cuando intentamos hacer el amor. Me puse nervioso, pues toda mi vida había aprendido que el hombre siempre debía ser el dominante, no sabía cómo hacerlo.

—¿Pensé que eras virgen?

—No lo hicimos. Aunque ese fue el problema.

—¿El problema?

—Yo me negué a hacerlo. Él insistía, pero siempre lo rechazaba. Fue hasta que finalmente descubrí que me engañaba con otro chico. Tuvimos una discusión y me dijo que yo era aburrido.

—¿Aburrido?

—Al parecer él solo salía conmigo por mi cuerpo, no por quien era yo en realidad— me responde de forma deprimente— Por eso cuando empezaste a alejarte de mí, pensaba que ya no querías nada más de mí.

—¿Por eso querías hacer sexo oral conmigo? Te sentías culpable por ese rompimiento, aún cuando en realidad no fue tu culpa.

—¿Qué puedo decir? Era muy joven para entenderlo. Fue mi primer amor— él jugaba con su comida— Sabes, siempre soñé con tener una cena romántica viendo la torre Eiffel.

—¿Acaso no te gusta esta cena?

—No es eso, es solo que extraño mi hogar.

—Lo haces sonar como si no fueras feliz conmigo— expresé algo triste.

—Si soy feliz contigo, es solo que quiero pasar más tiempo contigo— pone sus manos sobre la cabeza— Es difícil de explicar. Me encanta estar contigo, pero quiero y a la vez no quiero salir contigo. Quiero salir contigo, ya sea al cine o a un parque, pero a la vez no.

—¿Temes que VILE nos alejé cuando se enteré? — pregunté dejando los utensilios.

Jean Paul no responde. Me pongo de pie para invitarlo a bailar. Aunque él sea más alto que yo, trato de no tomarle importancia y ser yo mismo. Bailamos dentro de casa hasta que él nota una pequeña torre Eiffel en la ventana.

—¿Acaso ese el recuerdito que te traje de Francia? — me preguntó.

—Supuse que extrañabas tu hogar, así que lo puse en la ventana para simular que vemos la torre Eiffel por la ventana.

Él se sonrojo para luego reírse. Su risa cambió a llanto arrepintiéndose de lo que había comentado antes. Él cae de rodillas pidiéndome perdón, yo solo lo beso en los labios y le digo que todo esta bien. 

Romance secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora