Capítulo 8

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Despierto en mi habitación, pero hay algo raro, esta adornada de otra manera. Jean Paul no está a mi lado, pero huelo algo delicioso por lo que sospecho que ha de estar preparando el desayuno. Me levanto de la cama para dirigirme a la cocina. La casa parece algo diferente pero no le tomó importancia ya que pienso que Jean Paul tuvo algo que ver.

Veo muchos portarretratos, pero no puedo distinguir las fotos, es como si estuviesen censuradas. Probablemente aún tengo sueño por lo que me siento. Me doy cuenta que hay un anillo en mi mano izquierda. En eso escucho el llanto de un bebé venir del piso de arriba. Claramente algo está pasando.

—Cariño, puedes ir por el bebé— me dijo Jean Paul sin verme a los ojos.

—¿Cuál bebé? — le pregunté algo confundido.

—Buena esa, pero no es momento de bromas. Trae a Antjuan, por favor— me dice Jean Paul con un tono dulce.

Él no parece sorprendido de escuchar ese llanto. Tengo tantas preguntas en mente, pero prefiero ir a investigar si es cierto o no que hay un bebé. Subo al segundo piso para llegar a un cuarto adornado con temática para bebé. Veo una cuna, es de ahí donde proviene el llanto.

Me acercó a la cuna para ver al bebé. En cuanto el bebé me ve deja de llorar y alza las manos queriendo que lo cargue. Estoy tan sorprendido, no puedo creérmelo. Es un niño. Se parece demasiado a mí, solo que tiene los ojos de Jean Paul. El poco cabello que tiene se parece al mío. Su color de cabello es parecido al mío, pero su tipo de pelo es parecido al de Jean Paul.

Estoy tan confundido. Me siento en el suelo para pensar en lo que sucede, pero el bebé nuevamente comienza a llorar. Yo lo cargo en brazos logrando calmarlo. Hay tantas preguntas en mi cabeza, pero decido seguir la corriente e ir al comedor para desayunar con el bebé.

Coloco al bebé en su asiento especial. Jean Paul le pone su babero, le besa la frente para luego tomar asiento. Ambos comenzamos a desayunar. El bebé comienza a llorar a lo que Jean Paul me pide que lo alimente. Le doy comida para bebé usando una cuchara para alimentarlo. Finjo que la cuchara es un tren y el bebé lo disfruta.

—Menos mal que Antjuan prefiere que tú seas la persona que lo alimente— dijo Jean Paul.

—¿Antjuan? ¿Por qué le pusimos ese nombre? — pregunté.

—¿Hablas en serio? Habíamos quedado en que mezclaríamos nuestros nombres para nuestro hijo— me responde algo indignado.

—Es cierto, Juan es la traducción al español de Jean, lo había olvidado— le dije pensando en lo lógico— ¿Cómo fue que lo tuvimos?

—Oh, ya entiendo a donde va esto— me responde con una sonrisa burlona— Quieres intentarlo de nuevo.

—Sé como se hacen los bebés, pero sigo sin entender como lo hicimos. Ambos somos hombres.

—¿Acaso ya lo olvidaste? Ya existe un medicamento especial que permite a las parejas gay tener hijos. Fue algo difícil concebir, pero al final lo logramos— me explicó limpiándole la cara a Antjuan.

—¿Dónde lo concebimos? — pregunte algo curioso.

—Ya lo habíamos hablado. No lo volveremos a intentar en el sofá en presencia de Antjuan— me responde cargando en brazos a nuestro hijo— Ahora prepárate, que hay que salir.

—¿Acaso llevaremos a nuestro hijo a una misión de VILE?

—¿VILE? ¿Qué es VILE? — pregunta Jean algo confundido.

Su reacción indica que jamás había escuchado ese nombre. ¿Acaso VILE nos borró la memoria? Pero eso no tiene sentido, de habernos borrado la memoria no estaríamos juntos. No puedo investigar porque VILE no existe para la gente. ¿Por qué yo si puedo recordar VILE? Tengo que obtener respuestas.

—¿Recuerdas el día en que nos conocimos?

—Claro que lo recuerdo. Fue en un autobús. Yo terminaba de hacer escalada y tú te sentaste a mi lado para hacerme plática— me responde sin titubear. Es como si hubiese sucedido realmente.

Se supone que VILE borra su existencia de nuestras mentes dejándonos un vacío de ese recuerdo en blanco. Nada de esto tiene sentido. Jean Paul me toma de la mano para calmarme.

—Parece que no pudiste dormir bien. Tomar aire fresco te servirá, así que vístete para el paseo— me dice con preocupación.

—¿Qué hay del virus?

—Amour, recuerda que esta prohibido hablar del año innombrable— me dice Jean Paul con un tono decepcionante— Pero si tanto te preocupa, recuerda que ya es seguro salir.

Dejo de hacer preguntas y accedo a salir. Damos un paseo por el parque. Antjuan esta en su carriola viendo el paisaje. Nos topamos con otra pareja gay que parecen tener una hija biológica, y lo deduzco por el parecido de la niña hacia sus padres.

Al volver a casa, Jean Paul deja a Antjuan en su cuarto para que juegue con sus juguetes. Yo le hago compañía a mi hijo para saber más de él. Encuentro álbumes de fotos. Veo uno de nuestra boda, al parecer Jean Paul y yo nos casamos lo que explicaría el anillo. Nos vemos tan bien. El otro álbum es de Antjuan, veo fotos de Jean Paul embarazado lo que me desconcierta, pero a la vez me alegra.

Disfruto de ver ese álbum porque puedo ver el crecimiento de Antjuan desde su nacimiento hasta la actual. Parece ser que apenas cumplirá el año. Volteó a verlo, él solo se chupa el dedo mientras juega con su sonajero. Si esto es un sueño, no quiero despertar.

Cae la noche, Antjuan duerme tranquilamente en su cuna. Jean Paul y yo hacemos el amor en nuestra habitación. Tratamos de evitar hace mucho ruido para no despertar al bebé. Jean Paul gime en voz baja cuando en eso se me salen unas palabras.

—¡Quiero otro bebé!

Tras decir eso, Jean Paul se me queda viendo algo sorprendido. Parece que arruine el momento. Él me aleja para sentarse en la cama.

—Ya lo habíamos hablado, no estoy listo para tener otro bebé— expresa Jean Paul.

—Perdona, me emocioné— le dije algo incómodo.

—Descuida, no te culpo, tener a Antjuan nos ha alegrado la vida— dijo Jean Paul con una sonrisa deprimente— No es raro que quieras tener otro.

—¿Acaso no podemos intentar tener otro? — pregunte esperando una respuesta estúpida.

Jean Paul me mira por unos segundos para luego sonreírme. Va al baño para tomarse unas pastillas frente a mí.

—¿Acaso es el medicamento del embarazo? — pregunte algo nervioso.

—Sí, aunque depende de nosotros hacer que funcione— dijo Jean Paul abrazándome con seducción— ¿Listo para intentar embarazarme?

Yo no lo dudo y hago el amor con él. Ambos lo hacemos con placer, y una vez llegamos al clímax él se toca la panza comentando que solo queda esperar. Yo caigo rendido en la cama contento por haberlo logrado.

Romance secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora