ADVERTENCIA: Uso de drogas y representación de ataque de ansiedad. Si ya no te sientes cómodx leyendo, en la parte final haré un resumen lo más superficial posible para no afectar tu sensibilidad.
—Quizá mi destino sea vivir bajo un puente.
Entonces así eran las cosas, con el pasar de los días, Finn había descubierto muchas cosas importantes. La primera era que Maya solía exagerar las cosas de sobremanera, pero ella, nunca, nunca hablaba en serio. A menudo repetía cosas como "Me voy a tirar desde el noveno piso, lo juro" o quizá "Me tomaré 10 pastillas para dormir, veremos qué pasa" o, cómo ahora, ella podría decir "Quizá mi destino sea vivir bajo un puente", pero lo cierto era que solo podría estar cansada de seguir estudiando, rendida de seguir intentando recetas, buscando el punto exacto de sabor (a pesar de las miles de veces que Finn y Delila le habían dicho lo bien que sabían sus platillos) así que ella solo optaba por soltar frases dramáticas, las cuáles nunca cumpliría.
También había aprendido que Delila podía ser muy amable y comprensiva, pero si a caso te atrevías a distraerla cuando estaba con algún libro que tratase de enfermería, como sus fundamentos o la anatomía humana, ella simplemente podría mandarte a la mierda. Era un hecho. Él había aprendido a comprenderlas, a actuar prudentemente cuando se requería y a ser completamente él cuando no estaban atareados con deberes universitarios.
Estaban en épocas de parciales y Finn se había visto en la necesidad de pedir permiso a su trabajo para poder faltar debido a la gran presión que podía ejercer su carrera durante esa época. Después de disfrutar el resto de días de sus vacaciones, ingresar de vuelta a la universidad, realizar tareas, proyectos y buenas acciones en el voluntariado, la falta de tiempo les había pasado factura y ninguno de los tres creía que tenían el suficiente tiempo para estudiar todo lo que debían. Así que era normal que Maya esté tan desmotivada como para decir aquello.
—¿Te falta mucho? Son apenas las seis de la tarde con un poco más, aún tienes tiempo.—Finn pensó que con decir ello Maya se tranquilizaría, es decir, aún tenía tiempo ¿Cuál era el problema?
—El tiempo no me importa, me importa mi cerebro. —Un suspiro agotado y el sonido seco de su cuaderno cayéndose logró distraer a Delila de su lectura—. Solo siento que ya no le entra más información, me duele demasiado. He terminado hace un rato, pero sigo repasando por si algo no me ha quedado claro, es mi cerebro el que no quiere seguir en lo suyo. Estúpido cerebro. —Murmuró golpeándose la cabeza con su libro.
—Cuando me preparaba para ingresar a la universidad, un profesor me dio un consejo muy valioso. —Recordó el rizado.
—¿Y cuál es?
—"Está bien estudiar, hazlo tanto como puedas, pero recuerda que esa no es tu única función, tu cerebro puede retener mucha información, pero también se cansa y cuando lo hace es imposible retener algo más de conocimiento. No solo se trata de estudiar y estudiar, se trata de estudiar y distraerte, refrescar tu cerebro para que vuelva a estar listo para seguir memorizando" —Citó.
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Initium: Los líos de Finn.
Teen FictionFinn ha oído decir frecuentemente que el peor enemigo del hombre es la muerte, sin embargo, él cree que, en realidad, es la universidad. No sabe realmente cuándo fue que todo inició o si es que puede decir "Hey, desde aquí todo empezó a ir cuesta ab...