Caput quindecim.

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Son casi las nueve de la noche y Finn se siente raro

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Son casi las nueve de la noche y Finn se siente raro. Es una extraña combinación en su ser, como si alguien más estuviera en su cuerpo y como si él mismo no estuviera en él. Supone que es porque se ha dormido de tarde, él a veces suele levantarse atontado, perdido y aunque con eso trata de tranquilizarse, no puede. Esto es diferente.

Camina por el pasadizo —que es borroso para él— y puede jurar que no lo recuerda así. Aquellas paredes se le hacen familiares, sin embargo, no son las que recorrió hace unas horas. Conforme va avanzando una sensación se va instalando en su pecho y en su cabeza, él ni siquiera puede identificarla o describirla.

A lo largo del pasadizo hay un espejo y esa pequeña duda que se había instalado en él se resuelve al instante: Es él quien está en el espejo. Un poco desaliñado y con su cabello un poco más largo y rizado, pero sigue siendo él. Es cuando empieza a oír voces, las voces de las familias de sus amigas, pensó. Y cuando llega a la sala encuentra a las personas que menos esperaba ver, en serio. Una incluso estaba desaparecida, pero al parecer está ahí en un mueble mirándolo con sorpresa, igual que sus padres. Él observa primero a su papá y este le devuelve la mirada algo frío, pero Finn puede observar la tristeza ahí. Luego observa a aquellos ojos marrones que siempre le hacían bien.

—¡Finn! —El rizado aparta su mirada de los ojos de su mejor amigo para mirar a su madre, quien lo acaba de llamar—. Oh dios mío, bebé, estás con nosotros. —Ella se acerca con lágrimas en sus ojos—. Pensábamos que no te volveríamos a ver más por aquí tan pronto.

—¿M-Mamá? —Su voz suena ronca, demasiado para su gusto, sin embargo, deja la sorpresa a un lado—. ¿Jack... está ahí? ¿O... o solo lo veo yo?

Una pequeña y suave risa emerge de su mamá y Jack le comienza a sonreír. Él se acerca a pasos lentos, con su dedo índice lo toca y suelta un gran suspiro cuando se da cuenta que él realmente está ahí.

—Sí, él está ahí bebé. —Le reafirma su mamá al notar su expresión de sorpresa

Finn entonces lo abraza, lo abraza mucho y comienza a llorar, él puede sentir como los brazos de su mejor amigo lo rodean y lo acercan más a su cuerpo.

—Ha venido porque estaba preocupado. —Habla su mamá cuando ya se han calmado un poco y Finn ahora está recostado en el mueble junto a él.

—¿Preocupado? ¿Por qué? ¿Ha pasado algo?

El pestañea varias veces, sintiéndose con sueño otra vez, pero aún así él hace un increíble esfuerzo para mantenerse despierto y entender las palabras que su madre está diciendo. Pero todo es raro, es como si alguien lo estuviera jalando, le estuviera obligando a cerrar los ojos y él no puede controlarlo, él trata, lucha y se desespera, pero no puede hacerlo, no puede. Y lo último que siente es como Jack lo aprieta entre sus brazos.

Entonces se despierta.

Finn observa a su alrededor, asustado, con su respiración acelerada y siente alivio cuando se da cuenta que está en el cuarto que le habían dado en la casa de Maya. Cierra los ojos un rato y recuerda cómo Jack se sentía tan real y como sus padres lo habían visto ahí, sin reprocharle nada. Si he soñado con él, significa que estoy cerca de encontrarlo, es lo que pensó y lo que con todas sus fuerzas desea que se haga realidad.

Initium: Los líos de Finn.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora