Capitulum septimum.

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Finn es un torbellino de emociones

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Finn es un torbellino de emociones. Apenas si puede asimilar todo lo que acaba de escuchar. Está confundido y además, está ahora encerrado en una habitación que no es suya, en una casa que tampoco lo es y con personas que fácilmente podrían estar juzgándolo en este momento por haber decidido encerrarse en su cuarto demasiado temprano. Y por encima de todo, hoy seguía siendo su cumpleaños. Uno que había quedado totalmente arruinado por él en gran parte.

Se sentó en la cama, con las rodillas juntas a su pecho, las abrazó y decidió rebobinar todo. Quizá así le entraría más sentido y dejaría el mínimo estado de shock en el que se encontraba. Así que trajo las escenas de vuelta.

—Bueno, bien. —Delila buscó la mirada de Maya, quien la miró asintiendo lentamente con la cabeza—. Es realmente mucho, Finn.

—Solo quiero saber ¿Si? Dios, estoy tan cansado mentalmente justo ahora, pero no me importa. Porque juro que mi mente me torturará aún más si no obtengo respuestas.

—Está bien. —Delila es quien vuelve a hablar, es como si un pequeño acuerdo de pronto hubiera surgido entre ellas y Maya debía quedarse en silencio mientras su mejor amiga explicaba todo—. Melanie fue nuestra mejor amiga desde hace muchos años. Siempre habíamos sido las tres, para todo y ante todo, siempre nos teníamos a nosotras. Supongo que habrás, uhm, habrás leído algo sobre ella ¿No? Habrás leído las noticias y seguro estarás pensando lo mismo que ellos: que no tenía motivos para suicidarse. Mierda, eso es lo que querían hacerle creer a todos, pero las cosas no eran así. No puedo ni siquiera contar las veces en que quise salir y gritarles que sí, que tenía motivos para sentirse mal, que todo eso estaba ocurriendo bajo sus narices, pero nadie se daba cuenta. Y sé que, bueno, según algunas mentes, no existe ningún motivo para quitarse la vida, eso no lo sé, pero Melanie lo sabía y lo hizo. Nosotras, naturalmente, sólo podíamos ayudarla hasta cierto punto, el resto dependía de ella, pero nunca funcionó... y creo que si alguien no quiere ser ayudado, de nada servirá que te esfuerces en ayudarle. En fin. —Suspiró como si lo siguiente que fuera a decir fuera algo grave o pesado, Finn no sabe bien cómo descifrarlo. Él no es un lector de expresiones, pero como sea—. Melanie sufría de bullying y, claro está, que ella no estaba sola en eso. Nos tenía a nosotras y siempre tratábamos de pasar todo el tiempo posible con ella. Sin embargo, no podíamos estar siempre con Melanie. Teníamos distintas materias y clases extracurriculares que nos impedía eso. Y antes de que lo preguntes, sí. Le comunicamos a los profesores que un maldito bastardo la hostigaba hasta decir basta y ¿Por qué? Solo porque él no estaba de acuerdo con las elecciones que Mel había tomado sobre sí misma, pero ¿Qué hicieron ellos? Nada. No podían hacer nada y con justa razón porque el flamante bully era nada más y nada menos que el hijo de la directora, así que si, nadie quería problemas con perder el trabajo o... no sé, que repruebes todos los cursos, simplemente uno no se podía meter con él. Ni siquiera sus padres estaban como opción porque no nos creyeron, o si lo hicieron simplemente nos dijeron que hoy en día éramos tan sensibles que no podíamos soportar ningún comentario en nuestra contra y que ella debía acostumbrarse a ese trato porque no toda era rosa y si ella- si ella había elegido ser así entonces debía afrontar las consecuencias. Así tan crudo e injusto como suene viniendo de un padre y una madre. Entonces lo único que podíamos hacer era defenderla cuando podíamos, nadie quería meterse con el maldito, así que bueno. Solo nos tenía a nosotras. Sin embargo, yo... yo no creo que haya sido solo por el bullyng porque decidió suicidarse o si es que siquiera lo hizo, já. Apuesto a que hay mucho más sobre cómo fue su muerte escondido.

Initium: Los líos de Finn.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora