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---. A-ah, señor Sing ---.gimoteo al sentir los largos dedos de su novio abandonar su interior, abultó los labios por sentirse vacío.

--- Dijiste que querías saltar sobre mis muslos ---tomó el rostro de Krist con una de sus manos, apretando sus mejillas,--- quiero ver que lo hagas, ahora.

Lo besó duramente, le volvía loco la sumisión del menor con él en la cama, su miembro está duro como una roca solo por escuchar sus dulces gemiditos en voz baja. Un hilito de saliva unía sus
labios al separarse, ambos sonrieron al notarlo.

Singto estaba listo, su espalda recargada en la cabecera de la cama. Acarició las caderas de su novio mientras lo veía ocupar su lugar, sus manos bajaron a aquellas abultadas masas de carne
que tanto le gustaban y dió un par de azotes.

--- Señor Sing, por favor...--jadeó, sintiendo una de las grandes manos del adulto tomar uno de sus glúteos, separandolo mientras que con la otra mano tomó su dura erección y tanteó su entrada con la punta.

--- ¿Que pasa, bebé?-pregunta haciendose el inocente pero una sonrisa se asomó por sus labios, era inevitable.

--- Lo necesito dentro, no me haga esperar más, señor....---gimió al sentir la cabeza del pene entrar.

--- ¿Cuanto lo quieres, bebé? ¿Quieres decirmelo? ¡No! Mejor demuestralo, quiero verte saltar sobre mi pene mientras gimes.

Sus labios volvieron a unirse, callando los altos gemidos de ambos. Debían ser silenciosos, no querían molestar a los menoresque dormian.

Krist puso sus manos sobre los hombros del
mayor y lentamente comenzó a pernetrarse, dolía, vaya que dolía pero a la vez le gustaba sentir como su entrada se estiraba y se acostumbraba al gran tamaño.

No pudo evitarlo, el pelinegro deshizo el beso y echó su cabeza hacia atrás gimiendo cuando estuvo completamente leno por ese gran pene que era solo para él.

--- Se siente bien, amor? ¿te gusta sentirme dentro? --Sing movió sus caderas de un lado a otro---. Necesito escucharte, bebé..-sus uñas acariciaron sus muslos y después los palmeo --¿Krist?.

De sus rojizoslabios solo salían esos obscenos sonidos que volvian loco al adulto.Su contestación fue que, el pelinegro tomó sus manos y las puso sobre sus glúteos, no perdió el tiempo y los apretó para después separarlos.

---.Pu-puede ayudarme, señor ?---preguntó en un tono bajito, necesitado.

---. Por supuesto, bebé, anda, fóllate--le respondió con su voz caliente y excitada.

Sus manitas volvieron a los hombros del mayor para sostenerse, subió y bajó despacio para no lastimarse.Sing capturó su grueso labio inferior entre sus dientes viendo el delgado cuerpo moverse,rebotando sobre él, se veia perfecto.

Krist saltaba sobre su pene autopenetrandose, las
embestidas eran más profundas gracias a esa posición. Las manos de Singto viajaban por su cuerpo, acariciandolo con deseo, masajeando sus firmes glúteos, tomando su cinturita y después se detenía en sus caderas hundiendo sus dedos en esa zona. Movió su pelvis, chocando contra su trasero y dando justo en su punto sensible que le hacía temblar.

--- Mmh, se-señor ---sus ojos lagrimeaban por tanto placer,aquel placer que solo el adulto sabía darle---. Fóllame, fóllame duro,¡por favor!

Cuarenta Y Veinte [ᵖᵉʳᵃʸᵃ] 𝑨𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora