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Oajun siempre le cuidaba la espalda y esta vez la tendría más dificil, krist le dijo a su madre que saldría a comer después de clases con sus amigos y eso incluia a Fiat.

El pelinegro salió antes de su clase para arreglarse un poco en los baños, quería verse bien para su cita con el señor Prachaya,su ropa consiste en una linda camiseta de mangas largas,la cual tenía el torso blanco y las mangas de color amarillo junto con un ajustado pantalón rasgado en las rodilas que se adaptaba a su cuerpo perfectamente, casi como si estuviera hecho a la medida.

Recibió un texto del hombre y salió rápidamente de la institución,severían en la parte trasera, así no corrían el riesgo de ser vistos por Fiat.

Su corazón latió con fuerza al verlo recargado en su auto cruzado de brazos, llevaba un traje negro, corbata amarilla y lentes decorando su rostro. El chico lamió sus labios. Corrió hasta su lugar, dejando su mochila en el suelo para envolver sus brazos en el cuello del mayor mientras que Singto
tomaba su cintura con sus manos, y sus labios se unieron sin desperdiciar el tiempo.

-Estás precioso,Krist-le sonrió Sing.

-Y usted señor Prachaya se ve muy guapo de traje- ambos rieron--¿vienes del trabajo?

-Así es, espero no te moleste que me vea así para nuestra primera cita.

--¿Molestarme? Al contrario señor Prachaya-una de sus manos bajó lentamente por su pecho-, me calienta tanto como no se imagina.

Singto tomó la mano del joven que se acercaba a su parte baja, dejó un beso sobre sus labios antes de alejarlo de su cuerpo.

--Vámonos antes de que alguien más nos vea, įde acuerdo?Y nada de tocarme en público.

El pelinegro subió de copiloto dejando en los asientos traseros su mochila, se ajustó el cinturón mientras Singto se acomoda en el asiento de piloto. Encendió el auto y lo puso en marcha.

Sing le hablaba sobre su empleo y algunas cosas interesantes sobre él pero Krist no podía dejar de mirarlo de la cintura hacia abajo. Su mano se movió sola, descansando sobre el muslo ajeno.

--Krist, ¿que haces?pregunta en un tono duro.
Apretó el volante cuando los dedos del menor acariciaron desde su rodilla hasta el bulto que comenzaba a formarse en sus pantalones.

--Detente Krist, en serio.

--Mmmh, Io siento señor Prachaya , mi mano se está moviendo sola -sonrió ladino.

--El lugar al que iremos está muy cerca y no podré bajar con una maldita erección así que detente-volvió a pedir.

--Descuide, ese problema puedo resolverlo con gusto con mi boca-dijo en forma seductora y siguiendo con las caricias.

Las manos del menor abrieron habilmente la hebilla del cinturón, abrió el botón y después bajó el cierre.Singto jadeó al sentir los finos dedos contrarios acariciar su miembro cubierto por la tela del boxer.

--¿Quieres matarme, verdad?

--Morir de placer debe ser genial, no cree, señor Prachaya?--Metió su mano dentro de la ropa interior para sacar el pene del mayor, quien gimió bajo tratando de concentrarse en conducir.

Subió y bajó lentamente torturándolo, soltó una risita.

--Vamos a entrar al estacionamento, será mejor que pongas todo en su lugar si no quieres que tengamos problemas-le dijo.

El menor asintió y después de dejar un beso sobre la punta,acomodó el miembro dentro de la ropa interior y simuló que el cinturón estaba abrochado .

Krist acomodó en su asiento y le miró con una sonrisa inocente. Prachaya buscó un buen lugar de estacionamiento, uno donde no vieran lo que el chico quería hacerle alli dentro.

Después de mirar a su alrededor y apagar el motor, tomó por la nuca al pelinegro y lo acercó a sus labios. Un beso duro y exigente que le costaba seguir, la lengua de Singto pedia entrar y el
contrario no se lo negó, juguetearon con sus lenguas un par de minutos.

La mano de Krist se apresuróa sacar el miembro ajeno y un jadeo se escuchó cuando comenzó a masturbarlo rápido.

--Quiero tu boca, bebé -le dice agitado al separarse.

El pelinegro asiente, se acomodó mejor en su asiento y abrió su boca para darle la bienvenida al grueso pene de su amante, escuchando un ronco gemido por la acción.

Singto se sentía enel cielo, acariciando el cabello oscuro de Krist. Sacó el miembro de su boca y pasó su lengua de un lado a otro sobre la punta, saboreando el liquido preseminal Sintió un tirón en su cabello.

Levantó la mirada mientras su mano subía y bajaba por su extension, Singto tenía la cabeza hacia atrás, ojos cerrados con fuerza y labios entreabiertos.

Eso le animó a continuar.

Envolvió la punta del pene con sus labios, dandole atención especial con su lengua, el agarre de sus cabellos se hizo más fuerte. Succionó el glande hinchado y metió de una la mitad del
miembro. La constante práctica con ese gran pene en su boca estaba dando sus frutos, podia tener más porción dentro de su boca haciendole disfrutar aún más.

Singto sentia el orgasmo formarse en su vientre, sus jadeos inundaron el auto,Krist lamió toda la extensión delineando las venas que sobresalian.

-Mierda, mierda-gruñó, sus caderas se levantaban.
El pelinegro tomó el pene en su boca lo más profundo que pudo y aguantó las pequeñas embestidas que Singto comenzó a hacer contra su boca..

El liquido espeso y caliente bajó por su ganganta, un gemido gutural por parte del mayor le indicó que había hecho bien su trabajo. Tragó con gusto y le masturbó hasta que no salió más.

Levantó la cabeza de Krist tirando de sus cabellos para besarlo, hundiendo su lengua de manera brusca contrala cavidad contraria. Sintiendo su propio sabor.

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El lugar parecía costoso, entró detrás de Singto,
siguiendolo con la mirada abajo mientras los guían a su mesa.

Ambos tomaron asiento al mismo tiempo y el mayor ordenó por
los dos, gracias al cielo porque nunca había visto nombres tan extraños en un menú de restaurant, por lo menos no en los que solian visitar seguido.

--¿Que le dijiste a tu madre para poder escapar conmigo?--pregunta Singto acomodando sus lentes.

--Yo, le dije que iría a comer con Fiat y Oajun después de clases-se mordió el labio inferior.--Oajun me cubrirá.

-¿El sabe que estás conmigo?-El pelinegro asiente.

--Si pero no te preocupes, confia en él, nunca se lo dirá a nadie, te lo aseguro-le sonrió cálidamente para tranquilizarlo.

--Y el día que Fiat nos interrumpió..

--Le envié un mensaje para que se llevara aFiat de la casa, n-no te molesta?

Singto lo analizó un momento, ahora había otro chico involucrado en su amorío, de nuevo sintió culpa por su hijo por estarle mintiendo y escondiendose de él.

Soltó un suspiro y tomó la mano del menor sobre la mesa.

--Si confias en el chico, entonces yo también lo haré-le sonrió--estar en esta situación contigo me hace sentir más joven, por lo menos diez años menos-rió por su comentario.

Se quedaron en silencio,Singto deseaba ahora más que nunca abrazarlo y llenarlo de besos pero se vería mal.Krist lucia como su hijo, parecían padre e hijo y eso lo mataba por dentro.

--Yo.. quisiera tener más edad para poder estar contigo con mayor libertad-dijo el menor en voz baja, algo desanimado, al parecer no era el único que pensaba en ello.

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Listo!
《Si ven errores corríjanme》

Cuarenta Y Veinte [ᵖᵉʳᵃʸᵃ] 𝑨𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora