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Domingo, un poco agradable y muy caluroso día de fin de semana, donde Krist aceptó salir en otra cita con Singto, no una cita como las anteriores, tenía algo diferente.

Perawat intentaba prestar toda su atención a su novio, quien estaba midiendose camisas para ir a la oficina, preguntandole si se veía bien con ciertos colores y diseños. Pero el vientre le dolía de una manera extraña y un gesto de dolor en su rostro lo delató.

ㅡ Cariño, ¿te duele algo? ㅡ le pregunta sentandose en cuclillas y tomar su rostro entre sus manos.

ㅡ Estoy bien, ¿si? No me pasa nada malo, creo que no me cayó lo que pedí en el restaurante ㅡ intentó reír de manera creíble para tranquilizar al mayor.

ㅡ Krist ¿quieres que te lleve al médico? No es la primera vez que te sientes de este modo y para ser sinceros, esto me preocupa demasiado, bebé.

ㅡ No amor, ya se me pasó, ¿si? ㅡ le sonrió lo mejor posible para no preocuparlo ㅡ. Por cierto, te ves muy guapo cuando usas trajes en color negro.

El chico le miró mordiendose el labio inferior, haciendo reír al mayor.

ㅡ Conozco esa mirada y sé cómo vamos a terminar y la respuesta es, no lo haremos en lugares públicos.

ㅡ Quien sabe ㅡ jugueteó con el collar colgante del cuello de su novio y tiró de él para acercarlo ㅡ. ¿No te gustaría tener una aventura conmigo?

Le besó los gruesos labios de manera lenta y suave, haciendolo sonreír. Sabía lo mucho que le gustaba que hiciera aquello para acercarlo y besar sus labios, podía sentir la brillante y preciosa sonrisa con hoyuelos durante el beso.

ㅡ Cuando te sientas mejor en verdad, lo voy a considerar, tienes fantasías muy raras conmigo últimamente, ¿no? ㅡ le dió un pico en los labios.

ㅡ Cuando te sientas mejor en verdad, lo voy a considerar, tienes fantasías muy raras conmigo últimamente, ¿no? ㅡ le dió un pico en los labios.

ㅡ Singto, mi amado y guapo Singto Prachaya, estoy en la edad de las hormonas locas, necesito amor, afecto y saltar sobre ti toda la noche ㅡ sonrió coqueto ㅡ. ¿Qué dice, señor? ㅡ volvió a tirar del collar.

ㅡ Podemos arreglar eso, mi lindo gatito en primavera pero no aquí, no en público, no quiero que nadie vea tu hermoso cuerpo en todo su esplendor, es sólo para mi.

Krist sonrió más que contento por esa respuesta, y cuando su hombre le decía cosas así, todo su interior se convertía en mariposas felices revoloteando por todos lados.

ㅡ Mamá no está en casa, salió a una demostración de productos de belleza con sus amigas, tal vez, podrías pagar esto e ir a casa.

Las bolsas de las compras y la ropa Krist junto a la camiseta de Singto, quedaron tiradas por el suelo de toda la sala, Prachaya no se resistió a la propuesta de su chico y ahora sus manos estaban muy ocupadas amasando los glúteos de su novio mientras le besa el cuello.

Los besos después del sexo lo hacían sentir todavía más especial y protegido por Singto, pues se mostraba en una faceta tranquila y suave a comparación de su transformación al follarlo sin descanso.

Sus manos descansaban sobre los hombros anchos del mayor mientras tenía los ojos cerrados, disfrutando de las sensaciones, y con las mejillas rojas, algo acalorado y sudoroso de tanto saltar.

Singto se separó con una sonrisa al ver el rostro de Krist, un hermoso desastre entre sus brazos.

ㅡ Oye, ¿estás bien? ¿porqué no abres los ojos, amor? ㅡ le pregunta en tono bajo, acariciando una de sus mejillas con el dorso de su mano, haciendo que el pelinegro abra lentamente sus ojos llorosos por el placer.

Cuarenta Y Veinte [ᵖᵉʳᵃʸᵃ] 𝑨𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora