Cuarenta Y Veinte [ᵖᵉʳᵃʸᵃ] 𝑨𝒅𝒂𝒑𝒕𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏

06

{♡}

Todo sucedió demasiado rápido, la ropa salió volando,esparcida por el suelo de la sala.Krist frotaba su trasero contra el duro y grueso miembro de su vecino,el moreno estaba fascinado por el cuerpo del chico.

--Por favor señor Prachaya , tómeme...-pedía sin dejar de moverse.

Singto tomó el trasero del chico con sus grandes manos, amasando su suave piel para después palmearlo con fuerza. El menor gritó por la sorpresa y acercó su rostro para besarlo duramente, exigente, enredando sus lenguas.

--Dije que no y menos lo haré si me sigues llamándome señor en tales circunstacias-le dijo, tomando sus caderas con fuerza para que se mantuviera quieto.

--Lo siento, se... -el mayor levantó una de sus cejas y Krist calló-Si-Singto, es que, me parece más excitante llamarle de esa manera.

--Me vas a volver loco -ledijo, acariciando su rostro con ternura.

Krist parecía tan irreal y estar en esa situación con el chico, Dios, era como un suerño. Un jovencito de veinte años, desnudo, gimiendo para ély pidiendo ser tomado por un hombre maduro de cuarenta... la fantasía que nunca tuvo y ahora deseaba
cumplir.

--iLoco!de que manera,Singto?-dice moviendo
ligeramente las caderas.

--Me haces desearte aún más pero no puedo hacerlo, al menos no por ahora- su voz se escuchaba tan diferente que el pelinegro sentía su exitación irse. La forma en que ahora el mayor
hablaba le hacía sentir una increible paz en su interior-.

--No quiero hacerte daño.

--No me importaria ser partido en dos por usted, señor Prachaya quiero que sea mi primera vez, por favor-puchereó.

El hombre rió.

--No voy a follarte-una sonrisa se formó en sus gruesos labios--Puedo hacerte sentir placer sin la necesidad de tener mi miembro enterrado en tu interior, quieres que te enseñe?

El menor asintió lentamente.

--Que tengo que hacer?-sus mejillas tomaron un bonito color rosado.

--Toma mi miembro yel tuyo con una de tus manos, moverás de arriba a abajo para masturbarlos juntos, ¿entiendes?

El chico volvió a asentir e hizo timidamente lo que Singto le dijo, se sentía un poco avergonzado por la gran diferencia entre sus penes. Ambos gimieron cuando estuvieron juntos y siendo
rodeados por los dedos del pelinegro.

El mayor posó sus manos sobre los muslos contrarios, echando la cabeza hacia atrás abriendo sus labios para dejar salir sonidos
por el placer. El cuerpo de Krist temblaba, su mirada fijamente en sus miembros, pasando el pulgar por las puntas húmedas.

--iPapá, ovidé mi llave! ¿puedes abrir? ipapá!

Se quedaron quietos y mirándose asustados, las voces fuera de la casa junto a las risitas les hizo entrar en pánico.Fiat seguía insistiendo, golpeando la puerta con su puño y, gracias a Dios que las cortinas estaban cerradas, así no podia ver lo que sucedia.

--Ve a mi habitación, ok? Toma tu ropa y llevala ahí, esperame desnudo, no hemos terminado -susurró el mayor contra sus labios para volver a besarlos.