Ocean

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Me miro al espejo y la sensación en mis labios aparece como un recuerdo. Sus lábios sobre los míos, sus manos en mi pelo después de haber dicho que nuestro amor era inevitable. Tal vez si me hubiera ido a otro planeta con ella, como se lo dije, seguiría a mi lado y no tendría que imaginarme sus lábios para sentirlos. Pero no es así, ella se fue, me dejó, seguramente porque hay una mejor persona que yo en el mundo. Una persona que no sea rota por todas las mentiras. Una persona que no le haya hecho daño, una persona que su familia ame. No fui suficiente para ella, y tuvo que dejarme para estar feliz. Aparentemente, conmigo no lo podrá estar. ¿Y yo ? ¿Ahora qué hago? ¿Cómo hago para olvidar? ¿Para estar feliz?

Me ahogo en esas olas de lágrimas qué siguen cayendo, como una cascada sobre mais cara, y me siento sólo, como en el medio de un oceano, sin poder volver a la tierra.

Cierro los ojos y la veo a ella, a su sonrisa, a su mirada. Veo como su pelo es largo y brillante, como mis manos encajaban con sus caderas, y cuando abro los ojos me veo a mi, los ojos rojos, recordando qué ahora está con otro, que ahora otra persona la hace feliz. Otra persona besa su sonrisa, y eso me vuelve loco. Yo estoy solo, triste y patético, llorandole a un amor no tan inevitable. Si pudiera volver atrás, la haría feliz, la enamoraría una vez más, y lo haría cada día para que no deje de amarme. La necesito a ella, y ella me necesita lejos. ¿Cómo pudimos llegar a esta situación? Si estábamos tan enamorados... Ahora ya no queda prácticamente nada. Solamente el fantasma de una relación perfecta, y un corazón roto, una alma sola, unos ojos llorando.

En el espejo la veo a ella, veo a Bia. Me está sonriendo, y pone su mano en mi pelo, como esto me podría ayudar. Si fuera real, me ayudaría, pero sólo es un recuerdo que veo en este reflejo. Quisiera verla, decirle que la quiero, ahora está lejos. Cerca de los ojos pero lejos del corazón. Quisiera gritar todo este dolor pero no hay nada que sea más fuerte para expresarlo. Ni una palabra, ni un grito, ni una melodía, ni la muerte es bastante fuerte para hacerme sentir mejor. Me imaginaba acabar mi vida con ella, y resulta que ella acabó con mi vida. No hay bastantes colores en este mundo para sacarme una sonrisa ahora mismo, y el tiempo ya sabe que lo voy a necesitar.

Este amor inevitable no lo fue, y el último beso qué le di queda tatuado en mis labios para siempre. Ahora ella se fue, y mi felicidad quedó en el pasado, como nuestra relación y mis esperanzas de poder salirme de este oceano. Necesito que alguien me ayude, pero ella es mi única boya. Ahora todo lo que tengo que hacer es nadar hasta no poder más, esperando no ahogarme a medio camino, y terminar esta vida solo, en medio de este oceano.

Ni la lluvia, ni un poema, ni una película podrá representar lo que siento adentro. Con una familia qué me tira los pies para llevarme en el fondo del oceano, y unos amigos qué se quedaron sobre la tierra, sólo puedo esperar que alguien llegue de la nada, con una fuerza increíble, para llevarme a la orilla. Pero sé que no tengo el tiempo de esperar que alguien me ayude. ¿Quién lo haría? Soy un caso perdido, yo solo me puedo ayudar. Salir del agua no es fácil pero... ¿me queda otra opción? Ahora ella ya no está conmigo, está con otro y no puedo hacer nada para cambiarlo. Qué sea feliz, que haga su vida con él, que no borre su sonrisa para iluminar a la la tierra. Y yo, de mi lado, saldré de este oceano y volveré a vivir. Y si no lo logro, entonces me caeré en el fondo.

Pero eso, lo elije el destino.

One Shots →Disney Bia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora