ᵇˡᵒᵒᵈʸ ʰᵃⁿᵈˢ

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Todo alrededor no contaba más. Miraba sus manos llenas de sangre, sin poder moverse. Tanto que había dejado de respirar. No oía más los sollozos de su madre, tampoco el trueno que golpeaba afuera. Sólo veía esas manos llenas de sangre. Sangre que no era solamebte la suya.

La sangre de la persona que acababa de matar.

Un día normal se anunciaba para el joven español que abacaca de despertar

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Un día normal se anunciaba para el joven español que abacaca de despertar. El sol llenaba su habitación de luz, oía los pasos de su madre abajo, y su gato, Nuit, estaba dormido a su lado. Eran solo las seis y media de la mañana, pero tenía que levantarse para ir a la escuela. Acarició un poquito su gato hasta estar bien despierto, y finalmente se levantó, aún cansado. Cuando bajó las escaleras, pudo notar que su madre estaba cantando. Parecía de buen humor, lo que le encantaba.

- Luna quieres ser madre
Y no encuentras querer
Que te haga mujer

- Dime, Luna de plata
¿Qué pretendes hacer con un niño de piel? - terminó acercándose a su madre, para luego hacerle un beso en la cabeza. - ¿Cómo estás mamá?

Manuel y Lucía tenían una hermosa relación. Se amaban, se respetaban y se hablaban. Cuando algo estaba mal, ambos  decían qué querían hacer o cambiar, y trataban de encontrar soluciones. A veces se peleaban, como en todas famílias, pero cada pelea terminaba en disculpas y en "te quiero" de ambas partes.
Pero había un tema que no lograban solucionar, un sólo tema que causaba tensiones.

- Muy bien, muy bien. Dime, ¿tienes algo planeado para esta noche?

- No, si no te lo hubiera dicho. - dijo con el ceño fruncido. Le extrañaba que su madre le pregunte eso, nunca lo hacía porque siempre le decía cuando tenía algo planeado. - ¿Por qué?

Ella guardó su sonrisa, pero era forzada. Tenía algo que decirle y ya sabía de qué se trataba.

- Nada importante, sólo es que Alfredo viene esta noche.

Al oír eso, Manuel suspiró, bastante molesto. Sabía que diría eso, y no le gustaba.

- Mamá, en serio.

- ¿Qué? ¡Es mi novio Manuel!

- No mamá escúchame. Él no te hace bien, te hace daño y tú se lo permites. Deberías escucharme de una vez.

- Siempre te escucho, y lo sabes.

- Sobre ese tema no, nunca lo hiciste. Y cuando te hará daño físicamente vas a decir que tendrías que haberme escuchado. Yo no te dejo a solas con él, no quiero permitirle que te haga daño. Y ¿sabes qué? Me duele, pero me duele muchísimo, que hayas planeado no decirme que ibas a verlo, esperando que yo salga esta noche.

Después de esas palabras, el chico volvió a su habitación. No tenía más hambre, se había vuelto triste y enojado otra vez por culpa de ese tipo. Tenía miedo de que le hiciera daño a su madre. Sabía que era ese tipo de personas, la madre de una de sus amigas ya había pagado el precio. Pero la policía no había hecho nada contra él. Manuel estaba enojado, a veces contra el mundo entero, porque ese hombre había enamorado a su madre en vez de estar en la cárcel.

One Shots →Disney Bia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora