𝖲𝗂 𝖳𝖾 𝖯𝗎𝖾𝖽𝗈 𝖠𝗒𝗎𝖽𝖺𝗋 [PARTE 2]

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Previamente...

- Estoy aquí. - tocó la frente de su hijo y él puso su mano en la suya.

- Mamá... no te veo mamá... No veo nada...

- Es una mancha negra que ve. - dijo el señor Martínez. Él estaba en su oficina con Lucía y Bia, hablando del problema de Manuel. Después de despertarse, él había entrado en pánico, dándose cuenta que no veía nada. O casi nada. En realidad veía, pero había una gran mancha negra que lo impedía ver la mayoría de las cosas. - Es una secuela del traumatismo craneoencefálico. Podemos tratar de sanarlo pero no estamos seguros de que se puede recuperar por completo. El traumatismo es también psicólogo, y eso no ayuda. Al parecer, Manuel está un poco perdido sobre lo que hace aquí y no recuerda lo que le pasó. Es posible que su mente haya decidido de borrar ese momento traumático. Podrán notar también que solamente le hace caso a su madre. - Lucía asintió y Bia bajó la cabeza. - Todo es consecuencia del traumatismo, craneoencefálico y psicológico. Lo más preocupante es la vista. Os propongo que vayan a verlo sin usted, Lucía.

- Si, si es lo que necesita. - dijo la mujer tomando la mano de la más joven. - Todo estará bien Bia. Seguro hoy te va a hablar.

- Si, es probable. Manuel sólo necesita tiempo y apoyo. Y para el resto, nos encargamos nosotros.

El médico sonrió y Bia hizo lo mismo. Ella tenía la esperanza de que su amigo le vuelva a hacer caso.

 Ella tenía la esperanza de que su amigo le vuelva a hacer caso

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Bia entró en la habitación de Manuel un poco nerviosa. Él estaba en su cama, durmiendo, con los audífonos en sus orejas. Se veía en paz, y hacía mucho qué Bia no veía eso en él. Pero había detalles que no engañaban, como la infusión, o la manguera que tenía en la nariz y que le ayudaba a respirar. Él no estaba bien, para nada. Bia sabía muy bien que el traumatismo de Manuel era muy grave, tan físicamente que mentalmente, pero también sabía que no era el único traumatismo qué sufría.
Ella se sentó al lado de la cama, e instintivamente, tomó su mano. No sabía muy bien porque, se suponía qué era para darle fuerza, pero también porque ella necesitaba sentirlo cerca, saber que estaba aquí.
Manuel abrió los ojos de repente, y los cerró directamente. Lucía había dicho que siempre lo hacía, porque no le gustaba no ver nada. Prefería cerrar los ojos y pensar que era por eso que casi no veía la luz.

One Shots →Disney Bia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora