Capítulo 77

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La chica de peinado afro y tez morena, se acercaba a Harry sin dejarlo de mirar, con pasos sigilosos, como una fiera a punto de atacar a su presa.

La joven se paró frente a Harry.

—¡Mírenla! ¿Qué hace ella aquí? —exclamó Harry alejándose asustado.

Todos los amigos miraron a la chica parada frente a ellos.

—¿Harry qué te sucede? —preguntó Farrah arrugando el entrecejo.

—¿Cómo qué me sucede? ¿No ven qué es Jammelah?

El rostro de Jammelah sonrió de forma macabra y amagó con sacar un arma.

Harry desesperado se colocó tras Lavell, y con sus dos manos cubrió su rostro.

El ojiverde se puso frente a su novio y lo tomó por los hombros.

—Harry, mi amor, mírame a los ojos... Mírame por favor —el chico blanco observó la hermosa mirada de Lavell—. Ella no es Jammelah, solo mírala.

Harry observó denuevo a la chica, la cual tenía un papel y una lapicera en sus manos, ella se veía un tanto estupefacta.

El chico blanco miró a sus amigos con miedo, los cuales se quedaron inmóviles ante la reacción de Harry.

Claramente había alucinado, entre la poca iluminación del lugar y el trauma que le dejó aquel horrible episodio, no pudo evitar ver el rostro de Jammelah en aquella joven que solo pretendía tener un autógrafo de su ídolo.

—Disculpa, ¿Eres el cantante de la sunshine band? ¿Me darías un autógrafo, por favor? —le pidió la joven tímidamente.

Harry puso su mejor sonrisa falsa, y trató de actuar como si nada hubiera pasado. Firmó el papel de la joven, le dió un breve abrazo y ella felíz partió de allí.

Todos permanecieron callados unos minutos. Aunque todos a su alrededor seguían de fiesta.

—Lavell, juro que era ella ví su rostro, tengo miedo —dijo casi temblando, su novio lo abrazó.

—¿Quieres ir a casa a descansar? Te llevaré si quieres —profirió acariciándolo.

—Quizás sea mejor que vayas a casa con Lavell... —le dijo Marcus preocupado.

—¡No, yo puedo y sé qué podré con esto, tengo que seguir mi vida normalmente! —exclamó levantando la frente en alto.

—¡Así se habla Harry, siempre con actitud positiva! —lo animó Farrah.

El resto de la noche la pasaron normalmente, pero al salir se entristecieron al ver que unos chicos latinos, habían sido atacados por matones.

La intolerancia ya se empezaba a sentir, sobre todo por que latinos y homosexuales no eran bien vistos.

Ante esto no les quedaba otra que resistir y no dejarse caer ante esos intolerantes, aunque aún eran pocos, querían hacerles la vida imposible.

Todo esto llegó a oídos de Tony, que no permitió de ninguna manera que hubiera discriminación en su local, tomó cartas en el asunto y a quien se atreviera a golpear a alguien solo por discriminar, tendría prohibida la entrada a Disco Studio de por vida.

La pregunta era... ¿Aquello calmaría las aguas, o se pondría peor? Solo el tiempo tenía la respuesta.

Disco Studio (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora