Capítulo 68

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El padre de Harry manejó hasta el hospital, todos los días para él eran un infierno junto a su esposa, las discusiones sobre la horrible actitud de la mujer, eran constantes.

El hombre ni bien pisó el hospital pudo hablar con el médico y le dio una excelente noticia, esa mañana Harry había despertado.

Su padre fue conducido hacia la habitación, era el hombre más feliz del mundo.

El Sr. Casey abrió levemente la puerta pero se detuvo a mirar.

Su hijo sonreía, estaba junto a su novio, el cual intentaba darle de comer, pero Harry se rehusaba entre risas.

Vió como Lavell trataba a su hijo con tanto amor que el hombre no pudo evitar emocionarse. Una lágrima cayó de sus ojos e ingresó a la habitación.

—¡Papá, estás aquí! —exclamó Harry de manera devil, el hombre se abalanzó hacia los brazos de su hijo y ambos lloraron.

—¡Oh, hijo mi querido Harry, por fin haz despertado, pensé que te perdería para siempre! —decía sin dejar de acariciarlo.

—¿Y mamá donde está?

Lavell y su suegro cruzaron sus miradas de forma preocupante.

—Harry, cuando tu madre se enteró del suceso se descompuso, tuvo que quedarse en casa a hacer reposo, pero en todo momento estuvo preguntando por tí —mintió.

Lavell agachó su mirada.

—Entonces, ¿ella vendrá algún día?

El hombre pensó por algunos segundos.

—Si Harry, ella vendrá, no te preocupes, ahora sólo descansa, debes reponerte, solo quiero decirte unas palabras...

—Yo los dejaré solos para que puedan hablar tranquilos... —lo interrumpió Lavell, poniéndose de pie.

—No, por favor Lavell quédate, tengo algo que decirles a ambos.

El Sr. Casey tomó una de las manos de su hijo suavemente.

—Lavell, toma la mano de mi hijo, tienes mi bendición, toma a mi hijo y sigue cuidando de él como siempre lo has hecho, esta semana me has demostrado que eres un buen hombre para mi hijo, asique tienen mi bendición, no importa lo que pase ni lo que digan las personas, solo prometeme que nunca lo soltarás y que siempre lo respetarás.

Lavell tapó su boca con una mano sorprendido y a punto de llorar.

Ambos jóvenes se emocionaron hasta las lágrimas.

El ojiverde tomó la mano de su novio, entregada por su suegro.

—¡Oh claro que si Sr. Casey, lo prometo, no le fallaré... No puedo creerlo, muchas gracias! —decía casi sin poder hablar de la emoción.

El hombre derramó algunas lágrimas, no importaba si esa situación era poco usual, amaba tanto a su hijo que aceptó la relación de ambos jóvenes.

Suegro y yerno se abrazaron.

—Lavell, ahora eres mi hijo también, solo sean fieles el uno con el otro.

—¡Oh papá, muchas gracias! —le agradeció su hijo entre lágrimas.

—¡Gracias Sr. Casey, nunca lo olvidaré, no se preocupe, respetaré a Harry siempre!

—Me alegra escuchar eso —sonrió el papá de Harry.

Al instante ingresaron los amigos del chico junto a su tía y primo. Todos traían flores y regalos.

Disco Studio (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora