Capítulo 81

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Un día después.

Desde aquella discusión, Harry y Lavell no se volvieron a hablar, ni siquiera James pudo convencerlo.

Todo estaba dicho, ya habían roto su relación, pero Harry sentía su corazón roto en mil pedazos, ya que se iría y ni siquiera su madre había aparecido para despedirlo. Ya tenían las maletas listas, junto a James y sus amigos partirían hacia el aeropuerto donde lo esperaba seis horas de viaje hasta San Francisco. Su padre sería el encargado de llevarlo al día siguiente hacia su destino, solo deseaba que todo le fuera de maravilla.


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La Sra. Casey estaba en sótano de la casa. En total silencio miraba las cintas de vídeo en donde se podía ver a Harry con tan solo un año de vida, aprendiendo a caminar.

Allí veía cómo el pequeño bebé casi corría para llegar hasta los brazos abiertos de su madre, para luego abrazarlo y besarlo como si no hubiera un mañana. Su marido la encontró llorando viendo aquellos hermosos recuerdos.

—¡Oh Liz, es hermoso! ¿Lo recuerdas? Él solo quería seguirte a ti —le dijo abrazando a la mujer que no paraba de sollozar.

—Si, claro que lo recuerdo.

El hombre pensó por algunos segundos.

—Querida ¿Recuerdas la mañana en que nació Harry? Era extraño, en Florida casi nunca hacía frío, pero esa mañana del 31 de enero en verdad fue fría y con abundante lluvia.

—Es verdad, esa mañana fue extraña —recordó su esposa.

—Liz, hay algo que no te conté, esa mañana al salir del Hospital luego de haber visto por primera vez a Harry, observé el cielo, había dejado de llover y allí estaba... un enorme y colorido arcoíris. La vida me había mostrado que mi hijo sería alguien muy especial y tenía razón, míralo ahora, mañana partirá hacia San Francisco a cumplir su sueño, espero que puedas despedirlo.

—Si, nuestro Harry siempre ha sido especial, pero no sé si pueda despedirlo o hablar con él, creo que nunca estaré lista.

Ambos progenitores se abrazaron y siguieron observando el hermoso video.


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Martes al mediodía.

Harry lloraba mientras besaba a Toby, su mascota pellizcaba sus labios suavemente.

—Por favor tía Rashida, cuídalo muy bien, encontraré la forma de llevármelo, todo depende de lo que pase, si tengo que vivir en San Francisco por un tiempo, lo vendré a buscar —dijo sumamente triste.

—No te preocupes bebé, lo cuidaré muy bien, entre tanto cuídate mucho, que tengas mucha suerte y seas famoso —le dijo dándole un fuerte abrazo, ambos lloraron.

La mujer luego abrazó a su hijo y también lloró sobremanera.

El Sr. Casey estaba esperando con su camioneta. Primero acomodaron sus bolsos, luego cada uno se acomodó en su asiento. Hasta la novia de Marcus viajaría con él, solo por amor a su novio. Simplemente la adorable chica dejó todo para seguir con su amado. Esto le dolía a Harry demasiado, ¿por qué ella si dejó todo por amor y Lavell no? Claramente el ojiverde no lo amaba como solía decírselo. Todos subieron a la camioneta, pero Harry no lo hizo, esperaba unos minutos, mirando aquí y allá con la esperanza de que apareciera Lavell, o quizás su madre. Pero ninguno se hizo presente.

El chico subió a la camioneta y desde aquella casa, partieron al aeropuerto.

Rashida los saludó levantando una mano al aire, con la otra tenía a Toby. Harry lloró mucho, por un momento tuvo ganas de bajar de la camioneta y quedarse con su adorada mascota, nunca se habían separado, ni siquiera por varios días. Mientras iban camino al aeropuerto, el Sr. Casey puso la música que más le gustaba a su hijo, pero ni eso lo puso de buen humor.

Farrah tomó la mano de Harry, el chico estaba cabizbajo.

—La verdad que desconozco a Lavell, no puedo creerlo, yo misma le avisé a que hora nos iríamos al aeropuerto, ni siquiera fue a la casa de Rashida a despedirte. ¿Sabes? Quizás sea mejor que des vuelta la página, ¿Quién sabe? Quizás conozcas a alguien en San Francisco.

—No Farrah, no quiero conocer a nadie, solo me concentraré en la banda, por un largo tiempo no quiero conocer a nadie, no me interesa —le dijo desanimado.

—¡Hey esperen! No se desanimen —los animó Marcus—. Quizás Lavell irá al aeropuerto.

—Eso espero... —profirió Farrah molesta.

Una vez que llegaron al aeropuerto, se adentraron listos para esperar su turno de abordar el avión, que sería en una hora y media.

Disco Studio (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora