Capítulo 82

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Rashida, fue con Toby a la casa de la Sra. Casey. La invitó a caminar un rato por el vecindario, a pesar de que no había despedido a su hijo, su amiga la apoyó en todo momento, ahora estarían solas sin sus hijos por un largo tiempo. Dejaron a Toby solo en la casa, el ave permaneció en el cuarto de Harry y le dejaron agua y comida. Quizás rompería algo al darse cuenta que estaba solo, pero solo sería por un momento.

Las dos mujeres caminaban tomadas del brazo mientras hablaban, cuando se cruzaron con Rose, aquella que no hacía otra cosa que criticar a sus vecinos. La odiosa mujer estaba junto a una amiga y su hija Rebecca.

—Oh Liz ¿Cómo estás? —la saludó falsamente cruzándose de calle.

—Bien ¿y tú?

—Yo fantástica, aquí paseando con mi adorable hija y mi mejor amiga, pero que pena lo tuyo —dijo casi horrorizada—. Me enteré lo de tu hijo que es homosexual, me imagino la pesadilla que debe ser tener un hijo así.

Rashida rodó sus ojos.

—Pues si, mi hijo es homosexual —profirió Elizabeth resignada.

—¡Qué horror, lo mismo para ti Rashida, tu hijo se viste de mujer ¿no? Cuanto lo siento en verdad —decía Rose con tono casi burlón.

—Si, mi hijo se viste de mujer —afirmó—. Pero me siento muy orgullosa de él, Davon es un cantante muy talentoso y no me importa lo que digan las personas como tú, siempre estaré orgullosa de mi hijo porque lo amo.

Rose cruzó miradas con su amiga, un tanto asqueada.

—Pues te felicito Rashida, lo has superado, pero tú Elizabeth, casi que me das pena, tu hijo se veía tan sano...

—¡Y lo es! —la interrumpió Liz, con su frente bien en alto—. Mi hijo Harry Casey, es un chico sano, fuerte, talentoso, y también es homosexual, y no sabes lo orgullosa que me siento de que sea mi hijo.

Rashida miró a Liz con emoción, no podía creer lo que escuchaba.

—¿Qué? —se horrorizó Rose.

—Es verdad, Harry es un buen chico —opinó Rebecca ante el asombro de su madre—. Él demostró que hay que ser uno mismo, y ser fuerte ante cualquier cosa, que hay que ser libre sin importar lo que digan los demás. La felicito señora Casey, el sábado pasado lo vi bailar en Disco Studio y su baile me estremeció por completo. Es perfecto.

—¡Ya basta Rebecca! ¿Qué son esas palabras tan horrendas? —la reprendió su madre.

Liz le dio la razón a la chica.

—Tu hija tiene razón, en este momento Harry está volando a San Francisco para cumplir su sueño, pero ¿sabes algo querida Rose? Sea famoso o no, siempre estaré orgullosa de mi hermoso y talentoso hijo y nunca más me lamentaré por su homosexualidad, sé que él es así porque es único y especial, por eso lo amo. Así que puedes guardarte tus lastimas ya sabes donde. —Liz se veía sumamente firme y decidida con sus palabras.

Rebecca sonrió y su madre la reprendió. Elizabeth y Rose cruzaron sus miradas, esta vez con bronca.

—Vamos chicas —profirió Rose altanera, y siguió su paso.

La mujer iba discutiendo con su hija, por no haberla defendido.

—¡Jesús, Liz eso fue fabuloso! —exclamó Rashida abrazando a su amiga—. ¿Viste la cara que puso cuando le dijiste todo eso?

—Si, fue estupendo —sonrió feliz.

—Pero, fue más emocionante como defendiste a tu hijo, me alegra que te sientas orgullosa Harry.

—¡Así es mi amiga! Siento que me puedo llevar el mundo por delante, que puedo enfrentarme a todo, Rashida ¿crees que lleguemos a tiempo para despedir a Harry en el aeropuerto?

—¡Oh por Dios! ¿Quieres ir a despedirlo? —dijo sin poder creerlo.

—¡Si amiga, por favor, vamos ya!

Las mujeres corrieron juntas unas cuantas cuadras mientras reían a carcajadas, buscaban desesperadas un taxi que las pudiera llevar rápidamente al aeropuerto.

Hasta que por fin pararon uno, y subieron agitadas. No paraban de reír, ellas también se sentían libres y más que orgullosas de sus talentosos hijos.

Disco Studio (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora