Capítulo 32

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Harry se encontraba en Disco Studio junto a toda su banda. Habían grabado a la perfección la canción que había escrito para James.

—Harry, hablé con mi productor de San Francisco, dijo que está interesado en escuchar sus demos —le dijo Davon.

—¿en serio? Suena genial, ojalá le guste nuestra música

—si, seguro le gustará, cuando vuelva a San Francisco dentro de dos semanas, tendré que llevarle los cassettes

—si genial, en casa los pasaré y te los podrás llevar —le decía Harry emocionado.

Luego de la grabación todos salían felices, eran como las 18:40 cuando al salir del lugar se cruzaron con Jammelah y Al, los cuales ingresaban a practicar su baile.

—mira nada más, la basura blanca y sus esclavos —decía engreída y de forma alta para que los demás la escucharan.

—¿que te ocurre maldita zorra? ¿No tienes algo mejor que hacer que venir a molestar? —le dijo Davon volteando.

—¿perdón? Yo no hablo con idiotas homosexuales —le contestó Jammelah altanera.

—tampoco yo hablo con perras prostitutas, pero si que puedo ponerlas en su lugar... —le dijo Davon. 

—sigue con la basura blanca, no molestes...

—¿que no moleste? Tú comenzaste primero —le dijo Harry molesto.

Jammelah hizo un gesto burlándose y tapando su boca.

—oh, ¿acaso escuché a la basura blanca hablarme? No te diríjas a mí, asqueroso homosexual quita novios, debería darte vergüenza...

—¿qué te ocurre conmigo maldita infelíz? yo no robo novios, lavate tu asquerosa boca antes de hablar de mí —contestó Harry enojado.

—recuerda , este sábado ganaré el maldito concurso, y barreré el piso con tu horrenda cara, ¿entiendes?

—¡oh no puede ser! ¿Participarás en el concurso de baile? Por favor, harás el ridículo maldita zorra —le dijo Farrah más que molesta.

—así es y todos ustedes son los que harán el ridículo, me da asco de solo verlos, solo mírense, negros de mierda... —dijo Jammelah altanera.

—¡yo te mato maldita perra adicta! —le gritó Farrah lanzándose a atacarla.

Las chicas se trensaron a golpes.

Hubo un tumulto, Jammelah y Farrah se rasguñaron a más no poder.

Harry empujó a Jammelah intentando alejarla de su amiga.

—¡no me toques maldito blanco asqueroso! —gritaba Jammelah, intentando también pegarle a Harry pero no pudo.

—¡ya basta mujer, cálmate! —le gritaba Al también intentando separala.

Todos gritaban al unísono.

—¡ya basta! ¿¡Qué demonios ocurre aquí!? —les gritó Tony apareciendo de repente.

—¡esta maldita perra nos insultó! —le dijo Davon.

—¡ya basta, no me importa quién haya empezado la pelea, no quiero problemas en mi local! —los retó el hombre.

Todos se separaron. Y siguieron sus caminos más que molestos.

La banda de Harry ya se había ido.

James no entendía nada.

—Harry ¿por qué esa idiota te dijo roba novios? —le preguntó el chico mientras iban todos caminando a casa.

—porque ella cree que yo le quité a Lavell

—¿te refieres al chico que fue al local? ¿Con él haz tenido tu cita?

—así es, al parecer él ya no quiere estar con ella y piensa que yo hice algo, ¡Ay, la odio, juro que la odio con el alma!

—es una maldita, creo que estuvo perfecto que ese chico la haya abandonado —opinó el adolescente.

Todos regresaron a sus respectivas casas. Ya sabían que el sábado sería una noche muy especial, solo deseaban no volverse a cruzar con Jammelah.

Disco Studio (LGBT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora