დ.𝒀𝒐 𝒋𝒂𝒎𝒂́𝒔 𝒒𝒖𝒊𝒔𝒆... ⟿ ｗｏｏｓａｎ ⬳

XVII

-Hijo. -su madre insistía aún después de la novena respuesta, jamás ha cambiado. -Te hará bien salir de esta casa por un tiempo, mírate, luces enfermo y estoy segura de que es porque vives en un cuchitril. -la chillona voz de su madre, la décima insistencia más la enorme observación que San realizó cuando su madre mencionó la última palabra, le dejaron llevar su respuesta.

Y bajo un largo suspiro sentenció. -Bien, pero no pienso irme por un mes, regresaré luego de una semana.

-Tres semanas. -replicó su madre.

-Dos semanas.

-Trato. -su madre formó una sonrisa y salió corriendo hacia su habitación, seguro le entusiasmaba en demasía la idea de salir y disfrutar de cortas vacaciones con el hijo que alguna vez abandonó. -Haré las maletas de ambos, tú aparta los boletos de avión.

Rendido, y aún con la esperanza de que su madre notara en su rostro las pocas ganas que tenía de ir -cosa que no sucedió-, asintió y pretendió estar extasiado en dosis de felicidad, cuando en realidad lo que quería era encerrarse y no salir ni a ver un rayo de luz proveniente del sol. Tomó su laptop e inmediatamente compró dos boletos de avión hacia la isla Jeju; sitio donde alguna vez él pasó un buen tiempo de calidad con su madre antes de que esta le dejara.

- ¡El vuelo sale mañana por la mañana! - avisó, esperando que su madre recibiera el mensaje a pesar de estar pésimamente ocupada con las maletas de ambos. -Mamá. -el chico había ido a su habitación encontrándose con la sorpresa de que su madre estaba ahí, movilizando su armario entero, con una maleta abierta de par en par en la cama y algunos de sus productos del rostro dentro de ella. -El vuelo sale mañana temprano. -espetó llamando la atención de su madre, quien de inmediato sonrió asintiendo seguidamente.

La ocupada tarea de su madre por hacer sus maletas le ponía incómodo, él podría hacerlo, pero la emoción de su madre al avisarle que ella se encargaría de todo, le retuvo de rechazar la oferta. Caminó hasta la puerta de su baño, esperando que, al salir su madre ya haya acabado con todo en su habitación.

-Hijo, tenemos que levantarnos temprano mañana. Pones alarma. -la voz de su madre se escuchó al otro lado de la puerta mientras que San reposaba sus brazos en el lavabo, observándose en el espejo y dándose por vencido de verse bien, su barbilla tocó su pecho y respiró profundo antes de responder a su madre. -Hmh, entendido. -sus pocos ánimos de responder, o bien hablar, eran notorios, aunque rezó porque su madre no se diera cuenta. Era probable que, al notar un mal humor en su único hijo quiera interrogar, y San no se encontraba emocionalmente estable para responder a cuestionarios de parte de su madre; ni para aguantar que su madre se preocupe por él -cosa que jamás hizo mientras estaba de viaje-, esas facetas ya las conocía. Y no gustaba si quiera tolerarlas.

Pero su madre ya no dijo nada, al contrario, ni siquiera se escuchaba que estuviese sacando ropa de su armario o gavetas, pareciera que había dejado su habitación, o que ya había acabado de hacer su maleta. San salió del baño bajo aquella esperanza, encontrándose con la enorme sorpresa de que su madre aún yacía en su pieza, estaba sentada a la orilla de su cama sosteniendo un cuadro de fotos que; a primera vista, pudo notar que se trataba de una foto de él y Jung Wooyoung que había mandado a enmarcar hace mucho. Usualmente mantenía esa foto en su mesita de noche, justo al lado de su cama, le hacía bien mirarla antes de ir a dormir, pero por los últimos días, San había retirado la foto de su lugar habitual y la había guardado en una de sus gavetas, y su madre no tardó mucho en encontrarla siendo que ella buscaba ropa interior para su hijo y acabar de hacer su maleta. La foto no revelaba nada malo, nada fuera de lo normal; solo eran ellos dos sonriendo, con San sobre la espalda de su mayor, disfrutando un buen tiempo, aunque recordándolos con dolor. El chico intentó arrebatar la foto de las huesudas manos de su madre, lo consiguió y se alejó de ella, colocando esta vez la foto en su escritorio, tapando la enorme sonrisa de ambos.