XXIV

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Al llegar a casa lo primero que hizo fue tomar una ducha, ducha en la cual se tardó más de lo acordado y acabó pidiendo un taxi hacia la casa de su novio. Ya iba corto de tiempo y sentía que no iba lo suficientemente atractivo, aunque juraba sentirse demasiado sexi en sus pantalones de cuero.

Bajó del auto, arreglando su camisa un poco hasta llegar a la puerta principal y tocar el timbre. Se sentía nervioso, no sabía el por qué, pero se sentía sumamente nervioso, era como su primera cita oficial, se sentía como un adolescente medio hormonal llegando a la casa de su novio a pedir su mano prestada para una comida -lo era, excepto por lo de adolescente medio hormonal, él era un paquete de hormonas completo-, sin olvidar el pequeño gran detalle de que, ¡Aún no tenía parte de su sorpresa lista!



.....




La idea fue propuesta por él, mientras que Park se había ofrecido a ayudarle. Dado que era el día en que cumplían su primer mes juntos, debían celebrarlo, y para Wooyoung, celebrar en grande significaba una enorme sorpresa. Faltó dos horas a clases por planear todo a lujo de detalle, conseguir una reservación en un restaurante y asegurarse que sirvan los platillos favoritos de su novio, conseguir un obsequio, conseguir verse atractivo y lo más importante, conseguir el perdón absoluto de su novio.

La reservación al restaurante ya estaba hecha -gracias a Park-, y el obsequio iba a mitad del proceso -gracias a Park-, y según Wooyoung, nada podría salir mal.

Excepto por el pequeño detalle de no saber la talla del dedo de su novio.

- ¿Talla? ¿¡Piden talla?!, ¿Tu dedo tiene talla? A ver, muestra. -Woo tomó la mano de Park para analizar su dedo de una manera -para nada- delicada. Logrando que este se quejara un poco por el mal trato de su pequeño, delgado y muy lastimado dedo anular.

-Wooyoung... ¿Cómo no sabes la talla del dedo de tu novio?

- ¡Ni siquiera conozco la mía, ¿Sabes por qué? ¡NO TENÍA IDEA QUE ESO EXISTÍA! -no quería exaltarse, no quería sonar grosero ni mucho menos, pero podía considerar ese detalle como el peor de sus problemas. -Señorita, ¿No hay talla universal? -un poco calmado, se dirigió a la bella chica que atendía en la joyería.

-Es un diseño personalizado, necesitamos la talla o no sabremos el tamaño al que adecuarlo.

La chica se fue de ahí, a atender al resto de clientes que esperaban pacientemente. Mientras que Woo empezaba a perder la paciencia. ¡Nadie le dijo aquello! ¡Qué talla de dedo!

- ¡Ah hyung, tu dedo! -como su última salida, podía tomar la talla de algún dedo al azar, pero no, tomaría la talla del dedo de su ex novio, porque... ¿Por qué no?, no se te ocurre mejor idea, una que no haga enojar a tu novio, ¿Cierto, Jung?

-Debes estar bromeando... -quería ser de ayuda, pero Park conocía a Choi San más de lo que deseaba, y juraría que podía escuchar las molestas quejas del chico reclamándole a Jung por usar su dedo como talle. -Wooyoung, no acabará bien. -sin querer sonar grosero, pero, en teoría quería hacerle un favor al chico frente a él, y salvarse él de igual forma. ¡No podía ser el consejero de sus amoríos!, bueno, amorío.

-No sabrá que es tu dedo y con suerte sí le quede. Por favor, hyung.

Park SeongHwa odiaba dos cosas en esta vida; querer salvar el trasero de otros a costa suya, y que otros salven su trasero a costa de él.

დ.𝒀𝒐 𝒋𝒂𝒎𝒂́𝒔 𝒒𝒖𝒊𝒔𝒆... ⟿ woosan ⬳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora