XXXIII

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Se detuvo en cuanto correr se volvió agotador para él y su débil cuerpo. Estando dentro de aquella casa y en la fiesta, no se había percatado de la fuerte lluvia que había caído de la nada. No fue hasta que salió corriendo de dicha casa, que se dio cuenta.

Sus piernas se movían a una velocidad que hasta él mismo desconocía, su mente tan solo le repetía una y otra vez la inquietante imagen de su novio besándose con otro, sus lágrimas no paraban de salir, titiritaba por el frío y su corazón dolía. Dolía como la mierda.

Se detuvo a sentarse a una orilla de la calle, suerte -o mala suerte-, que las calles cerca de aquella casa permanecían vacías, qué patético sería que otros le vieran llorar desconsoladamente por ahí. Se permitió llorar, y lloró cuanto quiso.

El dolor de un corazón roto, no sabe curarse tan fácil. Ni disimular un mínimo de sus heridas recién abiertas. Bajo el sonoro ruido de la lluvia caer, solo se escuchaban los gritos desconsolados de un chico enamorado.


.....


Desde muy temprano había llegado a la casa del menor. Este último le había pedido ayuda para arreglar los últimos detalles para su fiesta de la noche, salió de casa muy temprano por la mañana y llegó ahí en menos de una hora. Almorzaron juntos e inclusive, Wooyoung se habría alistado ahí mismo.

Las primeras personas en llegar a la fiesta no eran más que amigos de Yoon Oh, el cual no parecía querer irse de su lado ni por un segundo, en varios intentos -fallidos, por cierto-, pedía un poco de aire y cero ofuscaciones, el menor solo le sonreía y pedía que tratara de calmarse, que la fiesta le caería de maravilla y que le haría olvidarse de todo por una noche.

Y eso quería. Olvidarse de cualquier preocupación que rondara por su cabeza, así fuese por cinco minutos.

¿Cómo marchaba su relación? No lo sabía, hacía días que había perdido comunicación total con su pareja y este ni siquiera se molestaba en asistir a clases, rendido, y creyendo que éste se habría molestado de nuevo, tan solo lo dejó estar. Más su corazón le pedía a gritos que corriese a buscarlo, y que se quedara ahí. Claro, si tan solo Yoon Oh le dejara en paz por un segundo.

- ¡Wooyoung! -el aturdido grito proveniente de Jung menor, le hizo re colocar sus pensamientos en orden, y salir de su burbuja propia. -Cari, te ves mal. Toma, bebe esto.

Alcohol.

Quizá funcione.

Pasadas dos horas de haber iniciado la fiesta, Jung Wooyoung ni siquiera sabía quién era o dónde estaba. Yacía cegado por el alcohol y realmente no parecía tener consciencia de sus propias acciones. Bailó, bebió más, siguió bailando y bebiendo. Por fin estaba solo pues Yoon Oh le había dejado para ir por ahí, pero él y su mente boba y ebria, tan solo querían divertirse más allá de sus preocupaciones.

Yoon Oh le encontró justo en el centro de la pista, sudado y con un vaso vacío en su mano, se hundió en aquella rueda de personas y logró sacar a su mayor de ahí, por suerte, ileso.

-Yoon... ¡Esta mierda está increíble! ¿Qué es? -su situación no podía ser más deplorable, no luego de intentar beber de un vaso completamente vacío.

-Se llama ron, ¿Pero sabes qué es más increíble?

- ¡¿El qué?!

-El agua, ven acompáñame. -quería ayudarlo, debía ayudarlo. Se miraba fatal hasta para él. Su plan no era aquel, y no haría las cosas si no salían a su manera.

დ.𝒀𝒐 𝒋𝒂𝒎𝒂́𝒔 𝒒𝒖𝒊𝒔𝒆... ⟿ woosan ⬳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora