(Narrador omnipresente)
Mientras tanto Paula y Dani en la otra habitación...
- ¿Y bien? Dime —Paula palmeó la cama invitando a Dani a que se sentase a su lado.
- ¿Qué tal te lo has pasado hoy?
- Bien, súper bien —sonrió.
- ¿Mejor que el otro día?
- Ni mejor ni peor, ha sido diferente. Pero sí que me ha servido para conoceros un poco más y confirmar que tenías razón, sois totalmente normales. Bueno, la verdad es que de normales tenéis poco porque estáis tan locos... —ambos rieron—. ¡Pero sois geniales! —Dani cada vez iba acercándose más a Paula mientras ella hablaba—. No sé... Ya te dije el otro día que... —Paula empezaba a ponerse nerviosa ante la atenta mirada de Dani, una mirada quizá algo lasciva —, como sois quienes sois, pues sentía que no pintaba nada con... con vosotros — casi no podía seguir hablando al sentir el aliento de Dani golpeando su cara—, que... que estaba fuera de lugar, p... —la boca de Dani interrumpió sus palabras.
Dani no sabía cuál sería la reacción de Paula, incluso tenía algo de miedo, pero no quería perder la oportunidad de volver a besarla y, quizá, tenerla gimiendo de placer sobre su cuerpo. La deseaba tanto que ni siquiera había escuchado nada de lo que había dicho, simplemente había estado esperando el momento oportuno para armarse de valor y hacerlo. Pero, al contrario de lo que Dani temía, Paula pidió acceso con su lengua para entrar en la boca de Dani, el cual no le opuso resistencia, lo que hizo que el beso fuese cada vez más intenso. Dani la empujó suavemente hasta quedar tumbado sobre ella en la cama y empezó a devorar su cuello mientras la respiración de ambos iba agitándose al mismo tiempo. La temperatura de aquella habitación fue aumentando por segundos. Hacía demasiado calor. A medida que iba desabrochando la camisa de Paula, Dani iba dejando un beso por cada botón que quitaba hasta que quedó completamente abierta. Observó su cuerpo como si de una obra de arte se tratase y Paula se ruborizó e intentó taparse pero Dani se lo impidió. Continuó besando sus pechos con mucha delicadeza por encima del sujetador y bajó hasta su tripa. Cientos de escalofríos recorrieron su cuerpo, lo que la hizo gemir demasiado alto y Dani tuvo que callarla poniendo una mano sobre su boca. Paula atrapó el dedo corazón de Dani y comenzó a saborearlo, causando efecto en su entrepierna. Rápidamente Dani tiró de su dedo y se lanzó a los labíos de Paula con los suyos.
- No vuelvas a hacer eso —continuó besándola.
- Mmm...
Paula pasó su mano de la espalda de Dani hasta su propia cadera, donde estaba la mano de él, y volvió a llevarse el dedo a la boca, esta vez con más decisión y firmeza, deshaciéndose de los labios de este, a la vez que apretaba su cadera contra la de él.
- Paula... no... —consiguió decir Dani con la respiración entrecortada.
Cada vez que hacía eso, Dani lo sentía en otra parte de su cuerpo, sin ni siquiera tocarle. Era muy excitante para él, demasiado intenso, pero, al mismo tiempo, muy frustrante porque no podía aguantar más el deseo de poseerla.
Paula sacó la camiseta a Dani y desabrochó su pantalón con algo de dificultad. Dani se incorporó e hizo lo mismo con los shorts de Paula, deshaciéndose de ellos y también de sus vaqueros. Ambos quedaron únicamente con la ropa interior sobre sus cuerpos.
- Si no quieres seguir, solo tienes que decirlo...
- Dani, si no quisiera, ya te hubiese parado.
- Pero... No quiero que esto estropee nada. No quiero ir demasiado rápido.
- Tranquilo, no te rayes ahora y disfruta, ¿vale? —le dedicó una sonrisa cómplice.
Paula se sentó encima de Dani, apoyó las manos en su pecho y comenzó a mover sus caderas empujando contra él. Dani alcanzó su espalda, le desabrochó el sujetador dejándolo caer y tiró de ella hasta que quedó tumbada encima de él, y sus lenguas volvieron a una pelea por entrar en la boca del otro. Dani estiró el brazo por el lateral de la cama intentando encontrar sus pantalones por el suelo mientras lamía el cuello de Paula.