CAPÍTULO 4

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(Narra Paula)

A la mañana siguiente, ya estaba despierta a las diez. Apenas había podido pegar ojo en toda la noche, pero había sacado provecho de ello. A pesar de habernos reconciliado, sentía que había fallado a Sara. Quería recompensarla de algún modo y, aunque lo de Dani fuera algo grande, sabía que no iba a ser suficiente, así que tuve una pequeña idea. Vencí mi timidez y abrí conversación con Dani en whatsapp.

- ¡Hola simpático! ¿Qué tal? —le dije eso y al poco estaba en línea, ¡genial!

- ¡Hola simpática! Bien, con ganas de verte, ¿y tú?

- Bien, en la cama aún. Yo también estoy impaciente por que llegue esta noche. Oye, ¿te puedo pedir un pequeño favor?

- Claro que sí, dime ;)

- ¿Podrías llevar hoy a Carlos contigo? A Sara le encanta, y así sería una gran sorpresa para ella. 

- Ahora mismo se lo pregunto, pero ya te digo yo que no creo que tenga ningún problema.

- Vale. ¡Muchísimas gracias! ¡¡Si es que eres un sol!!

- Anda, anda, no será para tanto... 

- ¡Sí que lo es!

- Si tú lo dices... ¡Ah! Me acaba de contestar Carlos... Que sí, que viene.

- ¡Bien! ¡Muchísimas gracias de nuevo!

- ¡No hay que darlas! Nos vemos esta noche :)

- ¡Adiós! Muak :)

Cerré la conversación y me levanté de la cama. Caminé hacia la cocina para prepararme el desayuno y cuál fue mi sorpresa al descubrir que Sara ya estaba ahí.

- ¡Uy! ¿Vuelves a estar mala o algo? —bromeé colocándole la mano sobre la frente—. ¿Qué haces despierta a estas horas un sábado? —si me extrañaba tanto era porque Sara los fines de semana podía quedarse durmiendo hasta las dos de la tarde tranquilamente.

- No tonta —respondió ella dándome un manotazo y apartando mi mano—, los nervios, ¿sabes? Apenas he dormido dos horas esta noche...

- Si te sirve de consuelo, me ha pasado lo mismo. No he podido dormir nada y, lo peor de todo, es que ahora me toca estudiar. Voy a dormirme encima de los apuntes —puse cara de pena a la vez que fingí un sollozo y Sara rió conmigo.

- Qué payasa eres cuando quieres, de verdad... Deja de quejarte y desayuna, que hay que coger fuerzas para esta noche.

***

La mañana pasó rápido entre estudios y trabajos, y para cuando quise darme cuenta ya habíamos acabado de comer y tenía a Sara cada poco en mi habitación. En cada una de sus visitas traía una pieza de ropa distinta: ¿Qué queda mejor con esta camiseta: el short vaquero o el negro? ¿O llevo vestido mejor? No, no, no, esta falda me gusta más.  Paula, ¿qué zapatos me pongo con esto? 

Me hacía gracia la pobre porque estaba exactamente igual que hacía unas semanas cuando íbamos a conocer a los chicos en la firma, histérica perdida. Y eso que no sabía que venía Carlos, sino no querría imaginármela...

- A ver Sara, lo primero de todo, ¡relájate! Aún quedan cinco horas para que salgamos. Y lo segundo, tranquila que yo te ayudo a escoger la ropa, pero deja de traerme el armario entero, que ya voy yo —fui a su habitación y me coloqué enfrente de su armario.

- Mira, este vestido azul cielo me encanta, y para hoy es perfecto —le dije sacándoselo del armario—. Después, ponte las cuñas marrones y la cazadora vaquera, y el pelo puedes alisártelo y dejártelo suelto. Y ahora, tira para la ducha que a este paso acabaremos llegando tarde.

Dream in secretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora