10. Fight.

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Karamatsu jugaba con uno de los tantos peluches que sus hermanos le habían comprado, el que tenía ahora entre sus manitas era un tigre amarillo de rayas azules y lentes de sol, jugaba con el en el cuarto que compartía con sus hermanos, Choromatsu e Ichimatsu habían estado ahí pero el tercero había corrido auxiliar al de rosado en la cocina y el de cabello desordenado había ido al baño, era rápido. Sin embargo, como Karamatsu seguía siendo un niño, su curiosidad era igual a la de uno y claramente no pudo no hacerle caso, cuando, por andar jugando abrió el armario donde los seis guardaban sus cosas y vio una patita anaranjada sobresaliendo de una caja, justo al alcance de él.
Abrió la caja y sacó lo que había dentro, sonrió feliz al darse cuenta de que era un gatito de color naranja, pensó que el podría ser el amigo perfecto de su tigre amarillo, por ello siguió jugando ahora con los dos muñecos, pero no se dio cuenta de que el felino naranja estaba deshilado justamente de la patita de donde lo agarraba, así que en una vuelta, el peluche salio volando por un lado, cayendo a los pies del recién llegado.

Ichimatsu observó lo que había caído delante de él y al percatarse de que su muñeco favorito -regalo del que ahora era un niño- había perdido una de sus patitas, abrió los ojos sorprendido, para después ocultar su mirada tras su fleco, estaba enojado.

–¿Quién te dio permiso de agarrar mis cosas, mocoso?– interrogó con los dientes apretados el de morado avanzando con paso lento hacia el menor.

Karamatsu se asusto y sus ojitos se cristalizaron a causa de las lágrimas que querían salir.

–P-perdón... yo...– trataba de excusarse pero el aura intimidante de Ichimatsu no le dejaba.

–¡Ni de pequeño me dejas de joder Kusomatsu! ¡sigues siendo la misma molestia de siempre idiota!– gruño el mayor arrepintiéndose segundos después al ver la expresión dolida y triste del pequeño.

Sus lágrimas mojaban sus sonrojadas y gorditas mejillas, le temblaba el labio inferior y su corazón dolía, dolía mucho, pues su hermano mayor jamás le había gritado así. Salió corriendo de ahí y bajo las escaleras de la misma forma, cosa que casi lo hace tropezar y caer, hasta llegar a la sala y esconderse debajo del kotatsu.

Se sentía mal, su cuerpicito temblaba, su corazón seguía doliendo, no sabia la mayoria de los significados de las palabras que Ichimatsu le había dicho, pero por alguna razón sabia que eran malas porque se sentía muy triste. Escondió su cabeza en sus piernas y siguió llorando lo más silencioso que podía hasta quedarse dormido.

[...]

Mientras que por otro lado, Ichimatsu había salido de su transe segundos después, apretó sus puños y mordió su labio inferior. Sabia que no debía de hablarle así, pues solo era un niño, pero no se había podido controlar, no cuando vio uno de sus más preciados tesoros en ese estado.

–Tsk, maldición...– gruño y salió corriendo detrás del menor, dándose cuenta de que no estaba en el corredor.

Buscó en las demás habitaciones y no estaba, probablemente estaba donde Choromatsu y Todomatsu, eso solo significaba que lo iban a regañar, suspiró y se adentro a la cocina, pero sus hermanos ni enterados de lo que había pasado estaban, los dos le observaron interrogantes al ver como la expresión neutra de Ichimatsu se iba deformando a una de terror.

Corrió hasta la puerta de entrada y por suerte estaba cerrada y los zapatitos de Karamatsu seguían ahí. Suspiro algo aliviado al ver que no había salido, entonces ¿en dónde esta?

–¿Quieres explicarnos que te pasa Ichimatsu nii-san?– cuestiono el de rosado con el ceño fruncido.

–Si y ¿dónde esta Karamatsu?– frunció aún más el ceño Choromatsu al fijarse que su ahora hermanito estaba ausente.

–Y-yo... emm yo...– el cuarto estaba sudando nervioso, bajo presión al ver cada par de ojos escudriñandolo sin piedad en busca de una respuesta.

No obstante, una voz detrás de ellos los asusto.

–¿Lo estaban buscando?– pregunto con seriedad el de sudadera negra señalando al bebé que el de blanco traía en brazos.

– Akumatsu... Kamimatsu...– susurro sorprendido el de verde, sus ojos se desviaron al pequeño bulto que el más amable traía en brazos y confundido hizo su boca un usual triángulo– ¿por qué se ve más pequeño?

–Creo que Ichimatsu tiene que decirles algo ¿no?– Akumatsu sonrió de lado y el mencionado chasqueo la lengua volteando hacia un lado.

Y pues si, tenia mucho que explicar.

🍼continuara.



[Si ven alguna falta, por favor avisarme🙏

Besos~💋]

Karamatsu Baby🍭 [Osomatsu-san]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora