14. ¡Gambare Ichimatsu-kun! [2/2]

655 93 61
                                    

–¡Wow, Karamatsu nii-san volvió a crecer~strike!– sonrió bastante alegre el de amarillo cargando en sus brazos al pequeño que recién había entrado con Ichimatsu a la sala donde ya estaban los otros desayunando.

Mientras que el de morado estaba siendo acosado por Todomatsu y Osomatsu.

–¡Vamos Ichima~chan! dinos ¿qué fue lo que hiciste para que volviera a ser más grande? ¿mm?– el mayor frotaba su mejilla contra la del menor causando que una venita en la frente se le saltará.

–Si Ichimatsu nii-san, dilo– demando el de rosa observando con malicia a su cuarto hermano mayor.

–No hice nada par de idiotas, ahora atragantense con la comida para que se mueran y me dejen en paz– gruño el amante de los gatos con un aura bastante oscura levantándose de la mesa para encaminarse a la cocina.

De solo recordar lo que hizo su pecho dolía gracias a lo agitado de su corazón y sus mejillas se calentaban, trataba de esconderlo pero le era sumamente difícil.

–Ah, buenos días Ichimatsu ¿vas a comer o esperarás a que los demás se vayan?– interrogó el de verde aún con la pijama puesta junto a un delantal verde sobre ella.

–Buenos días Choromatsu nii-san y no quiero comer con esos idiotas, que se mueran– escupió con enfado el menor confundiendo al otaku de idols.

–Bien...– respondió mirándolo raro– ¡ah, si! como a ti te toca cuidar hoy todo el día de Karamatsu, entonces tienes que hacerle su desayuno... no sé que hiciste para que volviera a crecer y quisiera saberlo pero conociéndote no me lo dirás, así que te dejó unas cuantas instrucciones para que no te cueste tanto– sonrió orgulloso de si mismo el mayor entregándole una hoja de papel y seguidamente se quitó el delantal.

–¿Eh? ¿a dónde vas tu?– interrogó Ichimatsu alzando una ceja, algo alarmado al no tenerlo cerca por si le sucedía algo al más pequeño.

–¡Hoy Nya-chan tiene un concierto y no puedo perdermelo, así que te lo encargó Ichimatsu!– sonrió emocionado y con voz aguda despareció de la cocina.

El de morado observó por algunos segundos la puerta, y después a la lista, hizo una mueca y suspiró resignado.

–Ah~ este va a ser un día jodidamente largo...–

[...]

El reloj marcaba las ocho de la mañana y los cuatro que debían de salir ese día estaban en la entrada poniéndose los zapatos cuando un pequeño Karamatsu con Ichimatsu detrás de él, llego a despedirlos y a desearles un buen día.

Bye~ bye~ ¡ten un bonito día Osomatsu nii-chan!– sonrió el de azul siendo alzado por el mayor, se acercó a su mejilla y dejó un tierno besito, causando que el mayor chillará– ¡sonríe mucho Jyushimatsu nii-chan!– le dio también un beso causando que el de amarillo se sonrojara y asintiera frenético– ¡nos vemos luego Todomatsu nii-chan!– lo abrazo y también beso su mejilla causando que al igual que el primero, también chillará– ¡diviertete Choromatsu nii-chan!– y con ese último beso en la mejilla al de camisa verde, entonces muy a su pesar salieron de casa para ir a trabajar o en caso del tercero, a un concierto.

Karamatsu dejó de agitar su manita cuando cerraron la puerta y algo desanimado suspiro, ya extrañaba a sus hermanos mayores. Pero la repentina caricia en su cabello hizo que levantara la mirada y observará al de morado, quien tenia los ojos puestos en otra dirección, avergonzado.

–Mm... ellos volverán pronto así que... va-vamos a di-divertirnos t-tu y yo– la voz le temblaba y estaba seguro de de que en cualquier momento comenzaría a sacar espuma por la boca.

El más pequeño por otro lado lo veía con ojos brillantes y asintió feliz, tomó la mano del amante de los gatos y este sonrojado los dirigió a la cocina, pues primero debían de desayunar.

[...]

–Bien... ¿qué es lo que quieres de desayunar?– interrogó el de morado sentando al bebé de tres años en una de las sillas verdes del pequeño comedor que había en la cocina.

–¡Pastel!– sonrió en grande y emocionado Karamatsu– ¡y helado!

E Ichimatsu estuvo a punto de caer gracias a la expresión tan adorable del menor, pero la razón volvió a él y se recordó que esa comida podría ser muy dañina a tan tempranas horas del día, así que entre-cerro los ojos y negó.

–No, eso no, si Choromatsu se entera, me matará y a ti no te darán más dulces– dijo el de cabello desordenado causando que los grandes ojos de Karamatsu se abrieran sorprendido y el miedo se apoderará de su expresión.

–No, yo quiero dulces– hizo un puchero, no quería perder ese paraíso.

–Bueno, entonces otra cosa... Todomatsu mencionó que te gustan los sándwiches en forma de animalito... ¿estaria bien eso?– interrogó Ichimatsu alzando una ceja, escuchando como el estomago de su hermanito rugía.

–Si, si, uno de osito y uno de estrellita, por favor– pidió Karamatsu saltando en la silla emocionado, el Matsu mayor se alarmó creyendo que se iba a caer, entonces lo tomó entre sus brazos y lo llevó hasta la sala para acomodarlo junto a unos cogines y prender la televisión dejando algunos programas infantiles.

–Mientras yo hago el desayuno, tu quedate aquí ¿entendiste?– cuestiono el amante de los gatos y Karamatsu asintió sonriendo.

No quería ver a su nii-san enojado y por eso iba a ser un buen niño obediente, también porque quería que Ichimatsu le comprará helado después. Todo sea por los dulces. 

El mayor regreso a la cocina y comenzó a preparar todo sacando todo lo que necesitaba de gavetas y del refrigerador; el no era para nada bueno cocinando, pero un simple sándwich si que podía prepararlo. Así que cuando lo tuvo listo, tomó el cortado en forma de osito y lo colocó sobre el pan precionandolo, hizo lo mismo con el cortado de estrella.

Estos los había comprado Choromatsu una semana atrás cuando Karamatsu ya pudo comer alimentos más sólidos e Ichimatsu aún no podía acostumbrarse totalmente a ver peluches, ropa pequeña y utensilios de bebé regados por toda la casa.

En cierta foma... era frustrante que no fueran sudaderas azules o ropa con lentejuela o alguna mierda dolorosa... y le costaba creer que estaba pensando que necesitaba a su hermano mayor devuelta, pero era así como se sentía también.

Una parte de el tenia bastante miedo, estaba aterrado de lo que pudiera pasarle a Karamatsu si él no regresaba a la normalidad... no quería perderlo y es por ello que, después del incidente que tuvo con su ahora pequeño hermanito, se dio cuenta de que lo que pasaba no era ningún chiste y mucho menos se lo podía tomar a la ligera. Debía de esforzarse y dejar a un lado su orgullo para ayudar y apoyar a quien siempre lo alienta y le demuestra su incondicional cariño.

Sonrió al pensar en toda esa estupidez y negó suspirando, llamó al pequeño que corrió y le dedicó la más dulce carita con ojos brillantes que nunca había recibido en su vida.

–¡Gracias por la comida, Ichimatsu nii-chan!– rió el pequeño besando la mejilla del mencionado cuando fue depositado en la silla y antes de que se alejará.

Ichimatsu se sonrojo mucho... "¿por qué? ¡agh, maldito y adorable Kusomatsu!" pensó el amante de los gatos cubriendo su abochornado rostro, pero sonrió con levedad y acarició los cabellos del infante con suavidad... esto jamás lo diría en voz alta, pero también disfrutaba un poco de la situación.

¡Así que, gambare Ichimatsu-kun!




🍼continuará.

Karamatsu Baby🍭 [Osomatsu-san]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora