Capítulo 16, Dead end

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Se despertó en la cama de la habitación de invitados de la casa, tenía a Snake a pocos centímetros, al verlo su corazón se aceleró momentáneamente, tenía una expresión realmente dulce en el rostro aún dormido. Se deslizó al exterior de las sabanas para cambiarse y recogerse el pelo, una de las serpientes la miró desde el suelo con curiosidad, siseando.

Debían de haberse colado mientras dormía... bueno, no importaba, tan solo esperaba que Snake no se despertara mientras se iba, no quería meterle en aquello...con cuidado de no pisar a alguno de los reptiles llegó a la puerta, con su wakizashi y kunais en mano, mirando al chico por última vez, realmente era la última vez que lo veía... reprimió un suspiro y cerró la puerta con delicadeza tras salir.

Último desayuno... tenía el estomago revuelto como para pensar en comer algo en aquel instante, recorrió los pasillos con cautela, esperando no encontrarse a nadie para finalmente salir por la puerta principal, iba a morir, pensó mientras caminaba por las frías calles aún sumidas en la fría y húmeda niebla, no tardando en llegar a la casa en la que había estado el día anterior.

-Ya he llegado, Jack. -anunció con la garganta seca y tensada por la expectación.

-¿Tuviste una buena última noche con el chico serpiente? -inquirió la voz del rubio a pocos metros de ella, finalmente saliendo él de la oscuridad.

-No es de tu incumbencia, llévame con la persona que quiere matarme de una vez. -replicó, añadiendo mentalmente "antes de que mi resolución se quiebre y quiera volver a sus brazos".

-Yes, my lady. -respondió él en un tono sarcástico, guiándola por uno de los largos pasillos del lugar, hacia el sótano, para parar en seco frente a una pared de piedra maciza.

-¿Una pared quiere matarme o nos hemos perdido? -preguntó intentando conservar la calma con la ironía, gran invento inglés la ironía, aunque seguía confundiéndola un tanto cuando otros la usaban.

-Tan impaciente como siempre. -comentó él con una sonrisa burlona tirando de uno de los candelabros de la pared, haciendo que se escuchara un mecanismo poniéndose en funcionamiento al tiempo que la pared se abría como si fuera algún tipo de puerta.

Pasaron al interior, estaba aún más oscuro que la estancia anterior, Jack encendió una pequeña lámpara de aceite guiando el camino, alumbrado por aquella escasa luz tenía un aspecto realmente tétrico, propio de las historias de terror a las que estaba acostumbrada.

Tras unos minutos caminando comenzó a verse luz al final del túnel que atravesaban, saliendo a un sótano totalmente vacío con multitud de lámparas en las paredes, Jack no paró allí, ni habló, siguió caminando y subiendo por unas escaleras mientras ella, rezagada por haberse quedado quieta acostumbrándose a la luz, lo alcanzaba finalmente.

Las escaleras los llevaron a otro pasillo, decorado de forma ostentosa, donde quiera que estuviese, era un lugar que pertenecía a alguien muy rico, quizás tanto como el Conde que la había acogido no hacía tanto tiempo, aunque fuera algo que le parecía parte de un sueño, un sueño del que iba a despertar en breve...

-Es aquí. -indicó Jack parando frente a una gran puerta de madera roja con ribetes dorados y abriéndola con una leve sonrisa, su clásica sonrisa de burla.

No dijo nada, no se atrevió y tampoco se le ocurrió nada inteligente que escondiera el miedo que sentía, entró sin más, torpemente, en la habitación, estaba prácticamente a oscuras, pudo distinguir una figura a pocos metros por delante de ella, sentada sobre un enorme sillón más similar a un trono que a una simple butaca.

-Por fin nos vemos cara a cara. -dijo la figura, tenía una voz aguda, de mujer, pero amarga, fría, los únicos sentimientos que mostraba eran... desprecio e incluso asco.

Ninjas y demonios en Londres (Kuroshitsuji fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora