Capítulo 2, Travesía

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Llegó el día para embarcar en su viaje, había intentado mantener sus planes en secreto por posibles intentos de asesinato a bordo del barco, desde supuestos piratas a ninjas, Japón era un país de asesinos entrenados aunque la época de los samuráis hubiera terminado y la piratería fuera castigada no quería decir que no siguiera existiendo entre las sombras.

Lo sabía porque su familia había sido supuestamente de samuráis mientras que en las sombras entrenaban como ninjas, su padre se había negado a que aprendiera, aunque existieran las mujeres samuráis ella no tenía que ser una de ellas, eso no quería decir que no supiera defenderse, por mucho que se lo prohibieran acababa haciéndolo de todos modos. Había entrenado con las espadas como un samurái y con los shuriken como un ninja y, aún así habían logrado sorprenderla, ninjas probablemente por el gran control de su respiración, después de todo no había escuchado absolutamente nada.

Para mayor seguridad había sido disfrazada de hombre por Jack, su larga melena de color azabache había sido escondida y no cortada a petición suya, no podía deshacerse de todo lo que era después de todo... sus ropas eran las de un marino joven, tan sólo el capitán sabía quién era realmente, por lo que tendría que trabajar como todos os demás para mantener su disfraz creíble.

Empezó a subir bártulos al barco, era un barco de mercancía y no de pasajeros lo que dificultaba la exposición de su tapadera. Jack era más difícil de esconder, por ello había escogido un barco con extranjeros y no solo japoneses, nadie los relacionaba, era mejor así, aunque Jack se empeñara en sonreírle de forma que le daban escalofríos, había llegado a odiarlo en muy poco tiempo, no le resultaba extraño a pesar de todo, era un demonio, odiarlo era lógico, era un devorador de almas, un ser maligno al que solo debía usar para obtener su venganza, tampoco es que tuviera que caerle bien.

Cogió una caja, resultó ser más pesada de lo que creía, hizo que perdiera el equilibrio y, cuando creía que iba a caer, Jack apareció para sostener la caja y ayudarla a recobrar el equilibrio con una sonrisa burlona en los labios.

—Puedo yo solo. —dijo cortante.

—Como quieras Akio.—dijo con su habitual sonrisa.

"Akio" lo fulminó con la mirada, y le arrebató la caja de las manos, no podía mostrar debilidad en aquel barco y menos en un muelle lleno de gente, llevando la carga a duras penas subió al barco, ese era de los paquetes más pequeños...¿Cómo podían transportar los grandes sin apenas esfuerzo? Mientras se limpiaba el sudor de la frente entró Jack en la bodega de carga, sonriendo como siempre y llevando una caja en cada mano, ese maldito demonio no solo la avergonzaba sino que también se reía de ella. Apretó los dientes y se preparó para salir cuando Jack le cortó el paso.

—My lady no debería sobre esforzarse.—dijo sonriendo.

El comportamiento del demonio la irritaba, no solo su eterna sonrisa, que parecía cautivar a todas las mujeres con las que se habían topado, sino su tono burlón e incluso su forma de mirarla, no mostraba ningún respeto por nadie y eso era lo que más la molestaba, nadie había osado tratarla de esa manera.

—Sal de mi camino.

—¿Es una orden my lady? Porque aquí no hay ningún camino por lo que no tengo que acatarla.

Otra vez esa sonrisa de autosuficiencia...le dieron ganas de abofetearlo pero se contuvo.

—Estás entorpeciendo mi trabajo y demorando el tuyo, déjame pasar.

Se apartó sonriendo de nuevo.

—Es usted demasiado seria my lady, aburrida diría yo.—dijo con una fingida expresión de lástima.

Ninjas y demonios en Londres (Kuroshitsuji fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora