Le vendí el alma al diablo por una rosa,
subí de los infiernos para dársela a ella.
Trepe a la luna, para buscar su sonrisa,
y por su risa hice trizas las diez cosas más bellas.Lami el suelo del infierno, para reconocer la miel.
Puse el mar a mi nivel y me hundí en el para encontrarla.
Abri las puertas de la jaula, donde dormía su piel
Y la convertí en aire, para poder respirarla.Fui pasado pecador, su pecado favorito,
en un rincón del infinito, le inventé un nuevo color.
Quise sentir el sabor del saber más exquisito,
que fue perderme en sus ojos para encontrar el amor.Traje noches de deshonra de los confines siniestros,
puse fin a lo nuestro en más de una noche de alcohol,
compre todo el desamor y lo cultive en un huerto,
donde hoy cosecho poemas que done a su corazon.Fui príncipe negro del río, del mar y las lunas en vela,
dibuje en mi ser su estela, que me acompaña en el frío.
Le dije que yo era mío, pero me entregué a ella
y le regalé una estrella, que es donde ahora vivo.Oh reina, que sin castillo, me gobierna donde esté,
solo sabe usted hasta donde la necesito.
Y si hablarle no me admito, lo debo reconocer,
Lo hago por cobarde, de su mirada proscrito.
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Antología Cotidiana
Thơ caAntología de poemas que reflejan la vida de un escritor de los suburbios, obrero de clase baja, padre a distancia y víctima de sus adicciones.